El Abrazo del Koala
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El fraude de Gowex no podía ser más positivo
Lo que ha ocurrido es muy bueno para todos. Los directores de empresas cotizadas tienen el mejor máster de su vida sobre cómo buscar indicios de fraude en una empresa
Una empresa que ofrece wifi gratuito, que genera un cash flow libre de unos 10 a 20 millones de euros anuales –según las cuentas oficiales presentadas en su día, que muy probablemente se reducirán a 0 o negativo–, llegase a capitalizar en bolsa más de 2.000 millones –es decir, pagando hoy entre 100 a 200 años de cash flows futuros– se haya derrumbado en bolsa… es muy sano. Y no sólo es sano, sino que además es saludable.
Además, si no hubiera sido un fraude, la cotización futura de Gowex habría caído más del 70%, por lo que quien podría haber invertido en los últimos meses no habría tenido la mala suerte de sufrir un fraude contable, pero sí que habría perdido la práctica totalidad de sus ahorros por equivocarse gravemente en el precio de compra.
Me gustaría conocer el porcentaje total de personas que han adquirido acciones en la bolsa española en los últimos dos años. Está claro que antes de hacerlo han mirado, por ejemplo, la capitalización de esa empresa. Ya no digo que hubieran realizado un complejo cálculo de valoración de empresa por descuento de flujos… Sólo con mirar los beneficios y la capitalización ya da muchísima información.
Por ejemplo, Pescanova publicaba beneficios contables pero en la caja de la empresa cada año salía mucho más dinero del que entraba y, por tanto, no podía financiar nuevas inversiones, ni dividendos y debía pedir continuamente dinero a los inversores o banqueros.
En mi opinión, las cajas gallegas inflaron la burbuja de Pescanova al proporcionarle unos créditos que no merecía, y le permitieron una huida hacia adelante. Gowex también realizaba ampliaciones de capital continuamente, aunque el caso es distinto.
En lo referente a Gowex, es muy difícil descubrir el fraude, aunque probablemente no lo es tanto si le hubiésemos dedicado muchas horas y recursos. Los analistas de Batman, como brillantemente les describía Daniel Lacalle este sábado, hicieron un trabajo extraordinario. Le dedicaron muchas horas y recursos.
Cuando leí las 93 páginas del excepcional documento el pasado martes, me quedé impresionado. De hecho, escribí en Twitter lo siguiente: “El informe de Gotham sobre Gowex es absolutamente demoledor. Solo con el resumen de la página 4 te entra un sudor frio”. Enseguida que lo leí me di cuenta que era muy profesional, muy de hedge funds. Es analítico y especialmente detectivesco. Os recomiendo a todos que os lo leáis entero. Es una obra maestra de descubrimientos de fraudes. Como escribió en su Twitter Iñaki Arrola: “Olé por Gotham. Viva Batman. Se han ganado su curro con matrícula de honor. Espero que a The Joker le metan en la cárcel.”
¿Cuál fue la reacción de la mayoría de inversores, analistas, periodistas, curiosos? ¿Y la del propio regulador? La de matar al mensajero. Y más por ser un especulador y estar en Nueva York.
En numerosas ocasiones, algunos directivos de empresas cotizadas pequeñas hacen el ridículo en el exterior. No tienen ni idea del grado de profesionalidad existente en Londres o Nueva York. Creen que los engañarán con cuatro explicaciones. Pero no saben que ellos han visto muchos fraudes y que son gente muy experimentada en análisis de empresas –como un caso de unos años atrás–.
Lo que ha ocurrido es muy bueno para todos. Los dirigentes de empresas cotizadas –sean en el MAB o en el mercado continuo– tienen aquí el mejor máster de su vida sobre cómo buscar indicios de fraude en una empresa. Yo, si fuese profesor de un MBA, lo usaría como caso.
Los inversores deben aprender que cuando el directivo de una empresa de menos de 200 trabajadores declara que “seremos la próxima General Electric”, que “Cisco nos ha elegido a nosotros como aliado internacional" o que "Estados Unidos está esperando a empresas como nosotros”, no se deben fiar –recomiendo que todos vean la ridícula entrevista en el programa Made in Spain a empresas de éxito españolas en el mundo–.
Y soy tan cauteloso porque, en una ocasión, perdí el 80% de lo que invertí, precisamente por hacerlo en dos empresas que no fueron un fraude, pero perdieron casi todo su valor en bolsa por cotizar a múltiples similares a Gowex, de 100 a 200 años. Fue tan traumático para mí entonces que me he acordado toda mi vida.
Lo que es incomprensible es que ahora se cree el club de los afectados de Gowex. Son personas que han invertido en bolsa, han perdido su dinero, y luego han culpado al Estado y le han pedido que se lo devuelva. Tenemos una sociedad enferma. Ya está bien. “Afectados por Forum”, "afectados por Afinsa”, “Afectados por pagarés de Ruiz Mateos”, etc. Siempre se pide dinero al "papá Estado de inversiones" cuando uno se equivoca por la ambición de querer ganar más dinero que el resto.
Sólo los afectados por las preferentes tienen toda la razón del mundo, ya que no fueron a buscar mayor riesgo y el banco pasó sus depósitos bancarios a un producto garantizado por la entidad.
Lo de Gowex servirá para mejorar a los inversores, a los gestores profesionales que continuamente nos equivocamos, a los directivos de empresas, a los estudiantes, a los auditores, a los consultores, y a dejar en evidencia a muchos periodistas que hablan de empresas como si fuese en el Hola.
No es el caso de Pedro Calvo, que realizando periodismo de investigación publicó varios artículos antes de la confesión del Joker, donde exdirectivos y socios confirmaban la veracidad del informe Batman.
Debemos estar todos muy felices porque este caso puede hacernos mejores. Quien perdió dinero es quien más provecho obtendrá. Ha sido el máster de su vida.
Por último, me encanta que alguien que tiene en el perfil que "en España llamamos especulador, bajista, etc." haya alertado de un fraude que ni reguladores, ni inversores, ni auditores, ni entidades financieras habíamos descubierto.
Estos “especuladores” de Nueva York han salvado a más gente de perder más dinero, ya que este Jenaro estaba enloquecido y habría arrastrado a más inversores y trabajadores. Hemos de estar muy felices.
Y, por cierto, querría pedir al Gobierno que no empiece a diseñar grandes leyes para evitar otra Gowex, ya que lo único que conseguirá es complicar la vida a quienes son honestos y trabajan por el bien de inversores y trabajadores. En el mundo los fraudes siempre han existido, existen y existirán. Qué manía intervencionista la de sacar una ley por cada acontecimiento que no nos gusta.
Escribí hace unos meses que las cotizaciones actuales del MAB eran muy peligrosas. De hecho, estoy convencido de que veremos la cotización de más empresas hundirse a 0 en los próximos dos años. Hay sociedades que nunca deberían haber cotizado en bolsa. Pero también hay otras compañías cotizadas que harán ganar dinero a sus inversores y crearán empleo. Es bastante fácil identificar algunas de las que acabarán mal. Y no hay más que dedicarle un cierto tiempo de análisis.
Es más difícil encontrar las que irán muy bien. No las voy a enumerar, ya que la gente debe aprender a pensar por sí misma. En este país todo el mundo quiere hacerse rico sin esfuerzo y con "chivatazos". Es la cultura del antiesfuerzo. Sólo os hago una pregunta: calculad la rentabilidad obtenida en toda vuestra vida en las compras en bolsa que habéis hecho por medio de un “chivatazo que venía de fuentes muy cercanas a la empresa”. Los números seguro que son irrefutables.
Una empresa que ofrece wifi gratuito, que genera un cash flow libre de unos 10 a 20 millones de euros anuales –según las cuentas oficiales presentadas en su día, que muy probablemente se reducirán a 0 o negativo–, llegase a capitalizar en bolsa más de 2.000 millones –es decir, pagando hoy entre 100 a 200 años de cash flows futuros– se haya derrumbado en bolsa… es muy sano. Y no sólo es sano, sino que además es saludable.