El Arte de Crear: ¡se encienden las luces!

Se encienden las luces. No unas luces cualquiera, sino esas que tienen algo de mágico, como las que anuncian que algo nuevo está a punto de empezar. El plató aparece: blanco, preciso, con el contorno de una casa abierta dibujada sobre un fondo terracota. Un sofá impecable, dos cojines cómplices, una lámpara que parece la única luz de la noche y un par de plantas que traen calma.

Es un escenario minimalista y poético, pero con una fuerza especial: la de invitar a hablar. No a vender. No a posar. No a fingir. A hablar de verdad. A mirarse a los ojos y contar lo que tantas veces se calla en los consejos de administración.

El origen íntimo

En ese instante recordé dónde había nacido todo esto. No en un estudio de grabación, ni en una reunión estratégica, ni en una tormenta de ideas con posits de colores. Fue mucho antes, en mi libreta.

La pensé en la ducha, en los paseos por la ciudad, en esas madrugadas donde la cabeza no descansa. La comenté con mi socio y amigo Javier García, la taché, la reescribí, la subrayé. Y poco a poco dejó de ser un apunte para convertirse en una certeza: había que transformar la forma en que contamos la empresa.

Así nació El Arte de Crear.

El desafío

El reto es tan simple y complejo como esto: aprender a hablar de las empresas de otra manera. Llevamos demasiado tiempo describiéndolas como torres de cristal o como balances fríos.

Pero detrás de cada logo hay personas. Detrás de cada decisión, miedos y noches sin dormir. Detrás de cada marca, cicatrices, fragilidad y coraje.

Eso es lo que busca este proyecto: reconciliar a la sociedad con quienes arriesgan, sostienen y construyen futuro. Lo que nació en una libreta es hoy un programa de televisión que muy pronto llegará a millones de personas gracias a El Confidencial: medio oficial de El Arte de Crear.

Los aliados

Para esta misión, El Arte de Crear ha encontrado aliados sólidos.

El Confidencial se convirtió en su ventana natural: un medio comprometido con la verdad, con la influencia positiva y con la libertad, convencido de que la prosperidad solo se construye desde el rigor y la confianza.

El proyecto cuenta también con el respaldo de Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, y de Fátima Báñez, presidenta de la Fundación CEOE. Con ellos firmamos el 29 de mayo un convenio que supuso un verdadero punto de inflexión: el reconocimiento institucional y el apoyo decidido que necesitaba para crecer.

A ello se suma el compromiso de Xavier Marcet, referente internacional en pensamiento empresarial, que junto a Javier García ha impulsado un manifiesto por el management humanista. De ahí nació un movimiento que ya acompaña a este proyecto y que Marcet liderará desde un Comité de Sabios, creado para garantizar la coherencia, la profundidad y la visión de futuro de El Arte de Crear.

Opinión

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Ahora este proyecto tiene casa, aliados y voz. Una voz respaldada por instituciones, medios y referentes que creen en este movimiento de comunicación humanista.

Los protagonistas

¿Y quiénes son los protagonistas? Las empresas. Miles de ellas.

La inmensa mayoría en España están levantadas por personas cercanas, positivas y valientes. Personas que arriesgan su tiempo, sus ahorros y dedican su vida en un empeño que no siempre se entiende y casi nunca se reconoce como merece. Construyen riqueza, sí, pero también confianza, comunidad y legado.

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Frente a la imagen distorsionada del empresariado frío y distante, nació El Arte de Crear: como una invitación a mirar de otra manera. Porque el mundo empresarial se vuelve inhumano cuando lo reducimos a balances y titulares. La realidad es otra: más cercana, más silenciosa, más auténtica.

Lo que significa crear

Lo descubrimos en cada conversación. Crear una empresa en este país significa madrugar y trasnochar, equivocarse y volver a empezar, fracasar y aprender. Significa sostener a un equipo, sostener a una familia, sostenerse a uno mismo. Significa inventar futuro desde la incertidumbre. Significa atreverse.

Eso es lo que queremos contar. No un catálogo de resultados ni un escaparate de cifras. Sino las voces de quienes, desde un comercio a pie de calle o desde una multinacional, se enfrentan a las mismas preguntas esenciales:

• ¿Cómo seguir?
• ¿Cómo crecer?
• ¿Cómo no perder el alma en el camino?

La mirada íntima

El Arte de Crear nació para eso: para reconciliar a la sociedad con quienes arriesgan. Para mostrar que la riqueza no se fabrica en abstracto, sino en las manos y en las mentes de quienes creen que es posible construir lo que antes no existía.

La forma de acercarse a los protagonistas es clara: no se busca el titular fácil ni la pregunta que incomoda. Lo que importa es la persona. Escuchar más que hablar. Preguntar para comprender. Transmitir conocimiento.

Mi propósito siempre fue crear un clima íntimo y de confianza, en el que los invitados compartan lo que rara vez se cuenta. Porque cuando alguien habla en primera persona, sin máscaras, lo que emerge no es solo una historia empresarial: es una lección de vida, de confianza y de humanidad.

Las empresas que construyen país

Por El Arte de Crear pasarán algunos de los grandes protagonistas de la economía española. Banqueros que transformaron el sistema financiero y otros que hoy construyen la nueva economía. Empresas agroalimentarias que convierten el trabajo de ganaderos y agricultores en productos que viajan por el mundo. Industrias que desarrollan tecnología para coches, aviones y satélites. Constructoras que levantan desde nuestras casas hasta los edificios más singulares.

También estarán las compañías que marcan nuestro día a día: las que nos visten, las que sostienen el turismo, las que impulsan la innovación científica, las que nos cuidan a través de la belleza, la cosmética y la salud. Desde las multinacionales hasta las pequeñas empresas valientes que reescriben, paso a paso, el nuevo tejido empresarial de España.

Todos ellos tendrán aquí un espacio distinto: un programa de televisión donde se cuentan las cosas en primera persona, desde la experiencia, los valores y la pasión de quienes arriesgan para crear.

El periodismo que escucha

Ése es mi reto como periodista. Durante años he buscado lo mismo: ir más allá de los titulares, de la cifra brillante o de la frase ensayada.

Me interesa lo humano, lo que queda cuando bajamos la voz y aparece la duda, el miedo, la decisión difícil. Me interesa el relato íntimo de quienes, a fuerza de aciertos y errores, levantan empresas que son también comunidades, familias, legados.

Por eso este programa no es solo un sueño cumplido: es también un compromiso. Porque por ese sillón pasarán quienes han hecho historia y, sobre todo, quienes están construyendo la que viene.

Mi responsabilidad es escucharlos de cerca y mostrar lo esencial: la persona detrás del cargo, el ser humano detrás del líder.

Un espacio distinto

Al final, eso es El Arte de Crear: abrir un espacio sereno y humano, donde cada conversación recuerde que la empresa no se sostiene solo con balances, sino con valores, con personas, con historias que inspiran a seguir creando.

Es, en realidad, una invitación. Una demostración de que los sueños no se cumplen por azar ni se conquistan de un día para otro. Los sueños se trabajan. Se persiguen. Se sudan. Se comparten.

Nada llega sentado en casa. Lo único que existe es la vocación de luchar por lo que se cree y la capacidad que todos llevamos dentro para levantarnos, insistir y volver a intentarlo.

Los sueños compartidos

Por eso este proyecto no es solo mi sueño. Es la suma de muchos sueños compartidos:

• de empresarios que arriesgaron todo,
• de líderes que se equivocaron una, dos o tres veces y siguieron adelante,
• de personas que pusieron su seguridad económica en juego para levantar empleo, riqueza y futuro.

Ese espíritu —el de la garra, el esfuerzo, la humildad y la ambición sana— es el que queremos mostrar.

Queremos que lo vean los jóvenes y los no tan jóvenes: que detrás de cada éxito y de cada fracaso hay siempre alguien que soñó, creyó y trabajó con pasión. Queremos recordar que los valores de esfuerzo, confianza y perseverancia son los que hacen más libres a las sociedades.

En el fondo, este programa demuestra algo sencillo y profundo: que las buenas personas, cuando se unen, hacen posibles grandes cosas. Que la humildad, el trabajo duro y la inteligencia, puestos al servicio de un propósito mayor construyen empresas, comunidad y país.

El Arte de Crear es eso: la prueba de que los sueños no son gratis, pero son posibles.