Xavier Marcet: "no hay una empresa sana en una sociedad enferma"
Conversación exclusiva con Xavier Marcet, referente en pensamiento humanista, sobre cómo impulsar empresas responsables que prioricen valores, confianza y legado en plena transformación digital y social
El consultor y divulgador Xavier Marcet. (EFE/Raquel Manzanares)
El próximo martes, 4 de noviembre, se estrena el primer episodio de El Arte de Crear. Lo hacemos con Manuel Manrique, presidente de Sacyr, una de las grandes compañías de infraestructuras de España que compite —y crece— en el mundo. Ingeniero de Caminos. Andaluz. Sereno. Tenaz. Su historia es la de un hombre que ha atravesado crisis, desafíos y proyectos que marcaron un antes y un después, y que ha sabido reinventarse sin perder lo esencial: la ética, la cercanía y la inteligencia emocional.
El estreno será una oportunidad para conocer al Manuel persona, no solo al ingeniero ni al presidente. Al hombre que entiende la responsabilidad empresarial como un acto de servicio y coherencia.
Hoy, antes de este estreno, publicamos un capítulo muy especial. Una conversación que explica la esencia de este proyecto y el movimiento humanista que El Arte de Crear quiere inspirar en España: mi diálogo con Xavier Marcet.
Xavier Marcet es una de las voces más influyentes del pensamiento empresarial humanista. Autor de libros que se han convertido en una auténtica referencia como Esquivar la mediocridad, Management humanista o Management del Sentido Común, ha convertido su pensamiento en una brújula ética para directivos y organizaciones que buscan sentido en medio de la transformación digital y la incertidumbre global. Su discurso reivindica la humildad, la ética y la inteligencia humana como los verdaderos activos de cualquier empresa que aspire a perdurar.
Una brújula ética para directivos y organizaciones que buscan sentido en medio de la transformación digital y la incertidumbre
Xavier Marcet preside el Comité de Sabios de El Arte de Crear, un consejo de referencia intelectual y ética formado por líderes y expertos de reconocido prestigio en los ámbitos del pensamiento humanista, la empresa, la comunicación y la academia. Este comité vela por la coherencia, la profundidad y el propósito del proyecto. Su misión es identificar y visibilizar buenas prácticas, inspirar el debate sobre el liderazgo con valores y orientar los contenidos hacia una narrativa empresarial más humana y responsable.
Desde este foro se impulsarán, además, iniciativas de reconocimiento e impacto que darán a la luz en el 2026, como el Premio al Management Humanista (junto a Javier García), que distinguirá a quienes en España lideran empresas desde la ética, el compromiso y la capacidad de transformar positivamente la sociedad.
De este movimiento y de este Comité de Sabios trata mi conversación con Xavier Marcet, que te invito a ver. Una conversación serena y directa que nos recuerda algo esencial: crear importa. Crear riqueza, empleo, confianza, cultura y futuro. Crear una sociedad más justa, innovadora y humana. Donde la tecnología sea un medio, no un fin. Y donde la ética vuelva a ocupar el centro de la ecuación empresarial.
Porque, como nos recuerda Xavier Marcet, no hay empresas sanas en sociedades enfermas. No podemos aspirar a un progreso económico sostenible sin un progreso humano que lo acompañe.
10 claves para comprender el Management Humanista
Estas son las diez claves que explican por qué la empresa humanista no es una utopía, sino una urgencia.
1. Las personas no son un recurso: son el propósito
Para Marcet, una empresa no es un organigrama ni una red de procesos: es "una comunidad de personas que viajan de un propósito a un legado." La economía puede sostener estructuras, pero solo las personas sostienen sentido. "Una empresa son personas, no procesos", insiste. Su razón de ser no es devorar mercados, sino servir a los demás. El management humanista comienza en la dignidad, porque sin dignidad no hay propósito que se mantenga en pie.
2. Liderar no es mandar, es servir
En el pensamiento de Marcet, la autoridad no se mide por el poder, sino por la influencia positiva. "Liderar es servir, no servirse." Esa frase resume toda una ética. Mandar es fácil, influir es difícil, inspirar es un arte. Los líderes humanistas no buscan obediencia, sino confianza. Su poder no proviene del cargo, sino del ejemplo; no de imponer, sino de acompañar.
3. Resultados y respeto: el equilibrio esencial
Marcet no defiende un humanismo blando ni complaciente. "Dar resultados no es negociable. El respeto, tampoco." La excelencia exige competir, pero no a cualquier precio. Una empresa puede ganar dinero y perder su alma; puede crecer en cifras y marchitarse en cultura. "No existen empresas excelentes sin personas decentes", escribe. La competitividad solo es sostenible cuando se construye sobre el respeto.
4. La inteligencia artificial no sustituirá la inteligencia moral
En la era de las máquinas que responden a todo, Marcet recuerda que "ChatGPT puede dar respuestas, pero las preguntas las hacen las personas." La inteligencia artificial procesará datos, pero nunca comprenderá el significado de una mirada, el peso de una decisión o la empatía ante el error. "Las máquinas pueden aprender, pero solo las personas pueden tener criterio." El futuro no será de quienes sepan programar, sino de quienes sepan discernir.
5. Humildad y ambición: la ecuación del futuro
El liderazgo humanista, dice Marcet, combina ambición y humildad. "La arrogancia es el refugio del mediocre." Los líderes del futuro no serán los más brillantes, sino los más conscientes. Quienes crezcan sin perder naturalidad ni capacidad de escuchar. La humildad no se enseña, se practica. No se trata de renunciar a la ambición, sino de acompañarla de una conciencia que dé sentido a los logros.
6. Inspirar es crear espacios donde aprender juntos
"Inspirar no es dar lecciones; es crear espacios donde aprender juntos." Así entiende Marcet el liderazgo. Inspirar no es hablar más alto, sino escuchar mejor. Las empresas, dice, necesitan menos PowerPoints y más conversaciones sinceras. La inspiración auténtica no impone, contagia; no exige, acompaña. Es una energía silenciosa que nace de la autenticidad y de la curiosidad por los demás.
7. La innovación empieza en la mirada
Marcet advierte que "la innovación tiene más que ver con mirar mejor que con tener más ideas." Hemos confundido velocidad con avance. Innovar no es correr detrás de lo nuevo, sino ver lo que otros no ven. La verdadera disrupción surge cuando la tecnología se combina con sensibilidad, cuando los algoritmos se ponen al servicio del sentido.
8. La confianza es la infraestructura invisible
Las empresas son ecosistemas de personas, no de jerarquías. Y su energía más valiosa —dice Marcet— es la confianza. "Cuando nadie quiere complicarse la vida con generosidad, empieza la decadencia." La confianza se gana con coherencia, se mantiene con justicia y se destruye con el miedo. Sin ella, todo se resquebraja. Con ella, incluso los errores se convierten en aprendizajes.
Marcet no cree en el éxito inmediato, sino en el que perdura. "Nuestra supervivencia será económica, pero nuestro éxito será dejar legado." Liderar desde el legado es pensar desde el futuro. El legado no es un PowerPoint ni un eslogan en la pared: "es lo que otros recuerdan cuando tú ya no estás." El management humanista mide el éxito por la huella que deja en las personas, no por el tamaño del balance.
10. No hay empresas sanas en sociedades insanas
Ninguna organización puede prosperar si el entorno se desmorona. "No hay empresas sanas en sociedades enfermas." El management humanista no se queda en la puerta del consejo de administración: trasciende la cuenta de resultados. Una empresa no solo debe crear riqueza, sino equilibrio social y cultural. "Ser competitivo sin orillar a las personas es posible; hacerlo sin propósito es inútil."
Te invito a escuchar su conversación. El pensamiento de Xavier Marcet pertenece al sentido común que estábamos olvidando. A la convicción de que la tecnología no puede reemplazar la ética, y de que el progreso sin propósito es solo velocidad vacía.
Su liderazgo al frente del Comité de Sabios encarna la esencia de El Arte de Crear: rodearse de los mejores no por prestigio, sino por inteligencia colectiva. Generar pensamiento compartido, construir un movimiento que inspire a los líderes, que reconozca el valor de las buenas empresas y que devuelva a la palabra crear su significado original: hacer que las cosas buenas pasen.
El 4 de noviembre comienza una nueva etapa. El Arte de Crear llega para recordarnos que las empresas no son cifras: son personas. Y que el liderazgo del futuro —ese que Xavier Marcet representa con serenidad y lucidez— será profundamente humano. Porque, como él mismo dice, "Las máquinas podrán darnos respuestas, pero solo las personas sabrán por qué valen la pena."
El próximo martes, 4 de noviembre, se estrena el primer episodio de El Arte de Crear. Lo hacemos con Manuel Manrique, presidente de Sacyr, una de las grandes compañías de infraestructuras de España que compite —y crece— en el mundo. Ingeniero de Caminos. Andaluz. Sereno. Tenaz. Su historia es la de un hombre que ha atravesado crisis, desafíos y proyectos que marcaron un antes y un después, y que ha sabido reinventarse sin perder lo esencial: la ética, la cercanía y la inteligencia emocional.