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Del pánico a la euforia o ¿al pánico?
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Rodrigo Rodríguez

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Del pánico a la euforia o ¿al pánico?

Nos encontramos igual ante el momento en que la pandemia se convierte en algo más fácil de manejar, en algo más próximo a la gripe

Foto: La bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)
La bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)

La semana pasada nos enfrentábamos a una situación que no entendíamos, pero que a pesar de una reducida caída de los índices, escondía un pánico absoluto, especialmente en aquellos valores que habían sido los favoritos de los inversores a lo largo de todo el año.

Hoy deberíamos hablar de euforia, pues el S&P subió nada menos que un 3.82% en la semana, haciendo máximos históricos de nuevo y marcando la mayor subida semanal desde febrero. Sin embargo, creo que es una nueva situación de pánico, esta vez, a perderse el último rally del año, a perderse el conocido como rally de Santa Claus.

Ómicron parece que ha confirmado que, si bien es de alta transmisibilidad, es también de bajo impacto y mortalidad. Si este es el caso, nos encontramos igual ante el momento en que la pandemia se convierte en algo más fácil de manejar, en algo más próximo a la gripe, y que permite la plena reapertura de la economía. Las anteriores graves crisis virológicas históricas terminaron de manera similar. Si es el caso ómicron, son buenas noticias.

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China, tal y como preveíamos, ha decidido dar las primeras señales de apoyo a los mercados con un recorte de tipos de interés tan necesario como esperado y un mensaje mucho más conciliador respecto a su intervención en los mercados. ¿Resultado? El índice chino es el que mejor lo ha hecho en el último mes y ya está plano en rendimiento anual en dólares.

Si a esto añadimos que en las últimas semanas los inversores han reducido sensiblemente sus posiciones, que la compra de opciones de protección (puts) se disparó a máximos históricos, la volatilidad marcó niveles muy elevados y el índice de sentimiento alcista/bajista se situó en los mínimos del año, tenemos la ecuación perfecta para que el mercado se dispare hacia nuevos niveles no vistos.

Tiremos de historia y dejemos varios apuntes:

  • Lo que se conocía como FOMO (fear of missing opportunities) se transforma en FOMU (fear of materially underperforming) o miedo a quedar retratado en la foto por ofrecer un pobre rendimiento.
  • Como ya hemos dicho antes, desde 1928 el S&P subió más de un 20% hasta noviembre en 18 ocasiones, en el 65% de los casos, en diciembre, los rendimientos fueron positivos con una media de más de un 1.9%, pero lo que llama la atención es que en el 85% de los casos este efecto se repitió en enero y la media de subida fue de más del 3.9%. Si esto se repitiera en enero del 2022 podríamos hablar de un S&P cercano al nivel psicológico del 5000.
  • El efecto de enero ha sido estudiado estadísticamente y conviene tener en cuenta que muchos de los fondos e inversores minoritarios revisan todas sus carteras en enero y suelen poner el dinero a trabajar. Si el rendimiento de los cinco primeros días de enero es positivo, en el 90% de los casos el año termina en positivo.
  • Los fondos estadísticos de "momentum" o CTA, o "seguidores de tendencia", redujeron posiciones de tal manera en la semana anterior actuaran como si estuvieran cortos de Gama. Y lo que es más importante, cuanto más subamos, más tendremos que comprar.

La cifra de la inflación del viernes vino exactamente en línea con lo esperado y, si acaso, fue más alta por las ventas de coches de segunda mano. Mirando bajo la superficie empezaron a verse ciertas señales deflacionistas, como es la reconstrucción de inventarios, o la vuelta de actividad en los puertos a niveles similares a los anteriores a la pandemia. La reacción del mercado no se hizo esperar, si ya está en el precio… subimos.

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Así, si la FED no sorprende la próxima semana, y simplemente comienza la operación "tapering" y anuncia dos o tres subidas de tipos como máximo para el 2022, y las distintas farmacéuticas continúan publicando datos positivos respecto a la efectividad de los tratamientos y vacunas frente al covid, los nubarrones que acechaban al mercado, al menos en el corto plazo, habrán desaparecido. Y con $43.000 millones de dólares en fondos monetarios dando rentabilidad negativa podemos ver un último movimiento alcista muy agresivo.

Dicho todo esto conviene que los inversores no olviden que el año que viene nos encontraremos posiblemente en un mundo en el que tantos los estímulos fiscales como los monetarios estarán exhaustos, donde la volatilidad se mantendrá elevada y donde, por ahora, no tenemos la certeza de que estemos libres del covid.

Por ahora disfruten la subida.

Déjenme por último comentarles que la semana que viene no habrá columna pues estaré viajando con mi familia y que la última del año haremos una revisión del año 2021 y recomendaciones para el 2022.

Mientras, les comento que el gran MC Coy me ha mandado su cartera tipo para el año que viene.

En ella encuentro Ence, Solaría, Día, OHL, Prosegur Cash y Grifols en España y Technicolor, THG, Buenavenura, Nos, Pharol y Hammerson, fuera.

Solaría, Dia, OHL y Grifols han ocupado ya sitio en "En primera línea" así que no les dedicaré más tiempo.

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Ence, en palabras de mi amigo "Tama", es carne de cañón y "la factoría de Asturias vale 800 millones de euros; la energía, 350 millones, que es por lo que vendieron la mitad ya; la pasta, valor de reposición de Asturias, entre 700 y 900, puesto que dependen del momento del ciclo; cerrar Pontevedra -40 millones. Total de 900 mill, 3.5 euros por acción aproximadamente. Si a esto unimos que Altri puede estar al acecho… a 2.2 euros parece interesante.

Prosegur Cash, Tehcnicolor y Nos ya las revisamos el año pasado.

Buenaventura es una compañía de minas que opera en Perú y que tiene producción de oro, plata y zinc. Y, si de algo estoy seguro, es que el año que viene tanto el oro como la plata funcionaran de valor refugio bien, así que me gusta la apuesta.

Pharol no la conozco y con 70 millones de euros de capitalización dudo que encuentre mucho análisis, pero en un sector como las telecomunicaciones, donde tanto NOS, como Draghi, como Portugal Telecom o Vodafone podrían mover ficha, tiene una pinta de "chicharro" que para aquellos a los que les va la adrenalina igual tiene sentido una pequeña inversión.

Hammerson, en cambio, es una apuesta de mucha menos volatilidad, ligada a la reapertura de la economía, puesto que construyen y manejan edificios y centros comerciales y oficinas, tanto en Reino Unido como en Francia y Alemania. Debería beneficiarse de la vuelta al trabajo, pero también del impacto Brexit.

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Por último nos queda por revisar The Hut Group, un valor del que prometí un análisis detallado, pero déjenme que les resuma la situación: THG salía a bolsa el año pasado con mucha fanfarria, a £5, llegando a dispararse a £7 y lo que es más importante, vendiendo un 10% de la compañía a Softbank a £6 en mayo de este año. Desde entonces la acción ha caído más del 75%.

Parte de esta caída puede ser explicada por unos números simplemente decentes frente a altas expectativas y parte por una comunicación, relativamente deficiente, el día de mercado de capitales (día en que la empresa presentó su plan de desarrollo a los distintos inversores institucionales). Sus defectuosas respuestas a un analista que había puesto en duda su modelo de negocio provocaron una caída de más del 20% en un día.

Un factor técnico hizo de esta caída un movimiento aún peor, THG estaba en todas las apuestas para entrar en el índice MSCI. La caída anteriormente mencionada le dejaba al borde de quedarse fuera justo una semana antes de la decisión. Y una oleada de ventas de aquellos que se habían preposicionado y que entendieron que el valor ya no formaría parte del índice generó un efecto “bola de nieve” que ha llevado el valor a niveles inferiores a los £2.

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El mes pasado, Moulding (fundador de la compañía) declaró en una amplia entrevista con la revista GQ que podría buscar la privatización de la empresa tras la caída del precio de las acciones y que se arrepentía de no haber salido a bolsa en Estados Unidos, "donde se entienden mejor las empresas tecnológicas".

A mi entender, esos comentarios solo han hecho que la compañía esté en el centro de todas las especulaciones, de tal manera que se espera que pueda involucrarse en una importante transacción corporativa, bien por una adquisición de un tercero o por un movimiento de su propio fundador. A estos precios no tengo duda de que es una compra relativamente segura en el corto y medio plazo, pues el valor debería estar limpio de dinero especulativo.

Mientras… ¡Les deseo a todos una muy Feliz Navidad!

La semana pasada nos enfrentábamos a una situación que no entendíamos, pero que a pesar de una reducida caída de los índices, escondía un pánico absoluto, especialmente en aquellos valores que habían sido los favoritos de los inversores a lo largo de todo el año.

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