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La Fed, US Steel…. empieza a ser todo demasiado político…
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Rodrigo Rodríguez

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La Fed, US Steel…. empieza a ser todo demasiado político…

US Steel está en una situación crítica y de no consumarse la fusión con Nippon Steel parece claro que muchos puestos de trabajo están en serio peligro

Foto: El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. (Reuters/Andrew Kell)
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. (Reuters/Andrew Kell)

La semana pasada argumentaba que la Fed tenía motivos tanto para cortar 25 como 50 los tipos de interés, pero que la economía no parecía realmente necesitar 50, por mucho que el mercado se lo pidiera. Había un argumento en el que no quise entrar antes del recorte, puesto que quería conocer las verdaderas razones que daba Jerome Powell en la conferencia de prensa para tal recorte, no quería pensar que pudiera haber un trasfondo político detrás. Ahora bien, otros no piensan igual.

Esto es lo que Philip Marley, estratega de Rabobank, escribía el jueves —y el hecho por el que he elegido este informe es porque claramente Rabobank no tiene un negocio extenso en Estados Unidos y, por tanto, puede que sea el banco de inversión que más libremente pueda hablar de ello—. Philip lo resumía así: "Hoy, el FOMC recortó el rango objetivo para los tipos oficiales en 50 puntos básicos, del 5,25-5,50% al 4,75-5,00%. Durante la conferencia de prensa, Powell tuvo problemas para explicar claramente el motivo del gran recorte, porque no quería admitir que esta "recalibración" era necesaria porque el FOMC se había quedado atrás de la curva. Mientras tanto, el gran recorte parecía contrario a la repetida afirmación de que la economía estaba fuerte. El argumento de la recalibración choca con el mensaje que envía este gran recorte. Es más, con un recorte de 50 puntos sin datos ni pronósticos convincentes, la Reserva Federal se está burlando del anterior (y posiblemente próximo) presidente, Donald Trump. Esto podría tener graves repercusiones el próximo año. Es posible que la única disidente, Michelle Bowman, haya mejorado sus posibilidades de convertirse en la próxima presidenta de la Reserva Federal".

Si bien parece que el argumento base es que la Reserva Federal está por detrás en la curva y que debería haber recortado en julio, añade algo que cuando menos siembra la duda y que es realmente polémico. "Powell tenía un claro incentivo para aplicar un recorte de 50 puntos básicos antes del día de las elecciones, porque Trump ya dejó claro que no lo volvería a nombrarle presidente de la Reserva Federal. De hecho, es posible que decida destituirlo prematuramente. Así que la única posibilidad de que Powell tenga otro mandato es complacer a Kamala Harris y sus compañeros demócratas en el Senado. De hecho, el lunes tres senadores demócratas —Elizabeth Warren, Sheldon Whitehouse y John Hickenlooper— enviaron una carta a la Reserva Federal instando a un recorte de 75 puntos básicos. Sin embargo, los demás votantes del FOMC deben haber visto el riesgo político para la institución al aplicar un recorte enorme sin un respaldo convincente de los datos o los pronósticos justo antes de las elecciones. Solo hubo un disidente", continúa el informe.

Foto: Paneles de cotización del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso)

La clave radica en que los 50 estarían justificados si se entiende que el mercado laboral se ha deteriorado y que una leve recesión es más que posible, pero si se hace cuando la economía parece sólida y defendiendo que la economía está fuerte, entonces parece que se ha desperdiciado una bala. No hay que olvidar tampoco que tras Jackson Hole, Powell dejó clara su postura de recortar 50 puntos básicos, sin embargo, Waller, posteriormente, declaró que una serie de recortes de 25 puntos básicos era suficiente. Parece claro que la lucha de poder entre los dos fue evidente en el comité esta semana, y que a través de la "difusión a la prensa" de la semana anterior, Powell se aseguró la victoria. Ahora bien, como apunta el estratega de Rabobank, si Trump ganase, Bowman queda muy bien posicionada para el puesto en el futuro próximo.

Pero no solo la decisión de la Reserva Federal parece ligeramente politizada, la situación por la que ha pasado US Steel, a la que nos referimos en el pasado, pero que me gustaría actualizar, roza el ridículo. US Steel está en una situación crítica y de no consumarse la fusión con Nippon Steel parece claro que muchos puestos de trabajo están en serio peligro. Desde inversores, a trabajadores, sindicatos y políticos deberían estar contentos con la propuesta. Pero no está resultando así.

Foto: Sede de la Fed en Washington. (Getty/Anna Moneymaker)

Mientras que los inversores aplaudieron la propuesta de adquisición de U.S. Steel por parte de Nippon Steel de Japón por 14.900 millones de dólares, el sindicato United Steelworkers se opuso inmediatamente. En cualquier otro año, la oposición sindical podría haber sido un problema para los defensores del acuerdo, pero no un problema insuperable. Sin embargo, en un año electoral, cuando los votos de la clase trabajadora pueden decidir quién es el ganador del estado de Pensilvania, en disputa, y el ganador de Pensilvania puede decidir quién se asegura 270 votos electorales y la presidencia, el poderoso sindicato parece disfrutar de un poder de veto casi absoluto.

Tal es el caso que el sindicato está yendo incluso contra la opinión de los trabajadores, y sindicatos locales, que le han dado un claro mandato de llegar a un acuerdo. Pero, el acuerdo ahora se encuentra en una especie de limbo. El presidente de los Estados Unidos se ha opuesto públicamente al mismo, al igual que los dos candidatos a sucederlo en la Casa Blanca, Harris y Trump. Es más, se llegó a publicar que el presidente Biden lo iba a vetar por razones de seguridad nacional.

La ridiculez es extrema cuando Japón está en la lista de principales aliados de los Estados Unidos de América. Tales serían las consecuencias jurídicas y diplomáticas, que tras tirar el balón de humo ahora, CFIUS, el comité gubernamental presidido por Yellen, que analiza dicho riesgo, ha permitido una extensión de 90 días para que las compañías modifiquen sus propuestas. 90 días que, por casualidad, significan que ninguna decisión deber ser tomada antes del día de las elecciones, lo que invita a cierto optimismo, pues los políticos fácilmente dicen Diego donde dijeron Digo.

Foto: El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.

Los obstáculos inesperados han hecho sonar las alarmas entre los inversores extranjeros. Si una corporación japonesa, uno de los aliados más cercanos de los Estados Unidos, puede encontrarse con tales dificultades, se preguntan qué acuerdos estarán a salvo de la aceptación del nacionalismo económico por parte de los estadounidenses.

Mientras tanto, el sindicato parece que prefiere la alternativa de que sea Nucor o Cleveland Cliff, los que presenten una oferta alternativa de una siderúrgica nacional, que, desde mi punto de vista, sería terrible para Pittsburg y para los puestos de trabajo de United Steel.

Nippon Steel ha prometido mantener la empresa como "empresa americana", tanto en sede como en su consejo de Administración, una inversión de miles de millones de dólares para reconstruir y modernizar los distintos hornos siderúrgicos y convertirla en una de las fundiciones más avanzadas, y parece que el único problema restante es garantizar las pensiones desde Nippon Steel Japón, y no desde la entidad americana una vez que los puestos de trabajo parecen relativamente garantizados.

La oposición a la venta de la tercera siderúrgica del país a un rival japonés es el único tema de acuerdo entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump. Ambos dicen que es esencial que U.S. Steel siga siendo propiedad estadounidense (ni idea que quieren decir con esto), al igual que el presidente Joe Biden, ahora bien el verdadero riesgo radica en que el sindicato del acero USW, ha respaldado a Biden, desde que tenía 29 años y se presentó a senador por Delaware en 1973. Si el sindicato no llega a un acuerdo con Nippon Steel, ganen o pierdan los demócratas, Pensilvania, parece muy difícil que en su última acción como presidente, Joe Biden vaya contra aquellos que le fueron fiel tanto tiempo. Sería un gran error económico, pero ya la decisión no sería política, sino exclusivamente personal.

La semana pasada argumentaba que la Fed tenía motivos tanto para cortar 25 como 50 los tipos de interés, pero que la economía no parecía realmente necesitar 50, por mucho que el mercado se lo pidiera. Había un argumento en el que no quise entrar antes del recorte, puesto que quería conocer las verdaderas razones que daba Jerome Powell en la conferencia de prensa para tal recorte, no quería pensar que pudiera haber un trasfondo político detrás. Ahora bien, otros no piensan igual.

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