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Sentido común y la sabiduría femenina
¿Se repetirá el efecto Trump en 2024? No parece que las valoraciones justifiquen tantísimo optimismo, pero no hay nubarrón evidente en el horizonte
Hace tiempo que me di cuenta de que mi mujer era la ilustrada de los dos, una lectora voraz de todo tipo de libros, desde novela a libros especializados, tanto financieros como históricos, pero sobre todo de cultura general.
Lectora diaria de varios periódicos nacionales e internacionales, sigue a importantes políticos, economistas y analistas en la plataforma X y lee con detalle los comentarios de la gente común a los distintos artículos de opinión, lo que le da una clara percepción de la realidad que a veces los que solo escuchamos a analistas especializados perdemos.
Con esta técnica fue capaz de predecir que el Brexit sucedería o que Trump ganaría en el 2016 cuando nadie lo esperaba. Esta vez me dijo “creo que Trump arrasará” y la verdad es que, después de nuestra visita a Estados Unidos en el mes de julio, yo también tenía esa sensación. Tras hablarlo con distintos taxistas locales y ver que dos cafés y dos croissants con dos zumos de naranja se me disparaban a 50$, la situación en términos de inflación real parecía insostenible. A pesar de que la economía iba como un tiro, el ciudadano real no estaba contento y no lo percibía así.
Al final Trump arrasó, como predecía mi mujer, a pesar de que muchos analistas, sobre todo los últimos días, veían que Harris estaba recortando distancias y predecían que ella se mantendría fuerte en todos los estados que estaban en juego, los siete llamados "Swing States".
Al final, ellos se equivocaron a pesar de toda la supuesta información a la que tenían acceso, puesto que la gente miente en las encuestas y estas además tienen un sesgo, y el sentido común o al menos el sentimiento del "votante común" triunfó una vez más.
Yo, desgraciadamente, no escuché suficiente a mi mujer y pensé que el efecto Trump ya estaba descontado por los mercados y que si esas encuestas que predecían la potencial sorpresa de Harris eran correctas, el posicionamiento parecía más beneficioso apostando a ella (renovables vs energy, Europa o China, etc.).
La primera reacción del mercado parecía darme la razón, pues el S&P solo subía un 1%.
Sin embargo, a la apertura, Tesla, las financieras y el recordatorio del 2016 pesaron mucho en la cabeza de los inversores y el mercado empezó a tirar con gran fuerza. Solo si el 10 años americano se disparase por encima del 5%, podría asistirse a un riesgo de ventas de renta variable fuerte. Sin embargo, frente a todos los pronósticos, el rendimiento del 10 años americano ha caído y se encuentra a niveles próximos a cuando la Reserva Federal cortó tipos en torno al 4,3%, cuando llegó a tocar el 4,7% hace dos semanas.
Ahora la pregunta es: ¿el efecto Trump de 2016 será capaz de repetirse en el 2024? ¿El rally de fin de año empezará antes de lo esperado? ¿Merece la pena seguir siendo “contrarían”? Y la rotación a las empresas de media capitalización, la baja ponderación de las financieras en muchas de las carteras de los inversores, la sorprendente fortaleza del dólar, la debilidad del oro y la debilidad de la rentabilidad de 10 años americano invitan al optimismo, al menos hasta el próximo año. Esto, junto con los flujos de los inversores a final de año, podría justificar que Santa venga pronto también este año.
La historia para Europa y China es muy distinta, Trump no tendrá piedad con los aranceles y la necesidad de una expansión fiscal es evidente. China ha sorprendido a los mercados con un impulso menor del esperado, lo cual le quita totalmente la credibilidad y hace que probablemente, y a pesar de que sea una apuesta contraria interesante, aleje a los inversores en el futuro más próximo por su falta de credibilidad.
En lo relativo a Europa, hemos visto cómo Alemania se ve abocada a nuevas elecciones con el riesgo evidente de que la extrema derecha gane poder. Europa se enfrenta a una gran crisis que requiere grandes líderes y gobiernos fuertes, y ahora mismo se carece de ambos.
La apuesta parece clara: en Estados Unidos son las infraestructuras, son los bancos e incluso cripto, de la cual yo he sido un gran escéptico, pero que creo que podría ver los $100.000. Sin duda, la administración Trump y su desregulación, así como su proximidad a Elon Musk, ayudarán a las criptomonedas. Trump, con un mandato tan elevado, en número de representantes, voto popular, Senado y Congreso, intentará confirmar Estados Unidos como la mayor potencia mundial. La apuesta por Estados Unidos parece clara, aunque no sé hasta cuándo.
Por si acaso, no dejen también de comprar oro y algo de protección, puesto que algo evidente es que la Fed no va a hacer nada por ayudar al nuevo presidente, pero eso es material para otro artículo.
Por ahora parece que corren vientos favorables para la bolsa americana y quizás el único bache podrían ser los resultados de Nvidia el próximo día 20. Estaremos a la espera.
Hace tiempo que me di cuenta de que mi mujer era la ilustrada de los dos, una lectora voraz de todo tipo de libros, desde novela a libros especializados, tanto financieros como históricos, pero sobre todo de cultura general.
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