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Rodrigo Rodríguez

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Las recientes maniobras comerciales de Trump, incluyendo un posible "impuesto de venganza", generan incertidumbre económica global mientras los mercados se muestran cada vez más indiferentes a sus anuncios arancelarios

Foto: Donald Trump. (Reuters)
Donald Trump. (Reuters)

Cuando acrónimos como TINA (There Is No Alternative) o FOMO (Fear of Missing Out) ya son parte del vocabulario financiero a nivel mundial, esta semana, el mercado sacaba punta a las recientes declaraciones y constantes cambios de opinión del presidente Trump y nos traía uno nuevo y relativamente jocoso: TACO. Básicamente la intención es dar a entender que el mercado es el barómetro que regula la decisión final del presidente Trump. TACO significa "Trump Always Chickens Out" o lo que, en español, educadamente hablando, sería: Trump siempre da marcha atrás ante el peligro "o, intentando un juego de palabras, TACO, por Trump se ACO…."

Honestamente, no creo que lo haga, sino que es un gran negociador como ha quedado demostrado en US Steel. ¿Qué otro presidente, después de prometer en campaña bloquear la operación, garantizar la americanidad de la compañía, y no vender nunca a los japoneses, no solo lo hace, eso sí, en términos mucho mejores a los originales, sino que monta un "rally político" para anunciarlo?

En el mismo anuncia una subida de los aranceles al acero del 50%, que explica por qué los japoneses mejoran su oferta, pues estarán exentos a través de su "filial americana", y en dicho rally, tras un inmenso baño de masas, se garantiza que los Republicanos van a ganar un estado clave los próximos 40 años.

Es increíble cómo el presidente ha sido capaz de vender un giro de 180 grados como una gran victoria y, ojito, que no descarto que utilice su fortaleza en este estado, para intentar presentarse por tercera vez a la presidencia.

Foto: Una pantalla en la Bolsa de Nueva York muestra a Trump, bajo un luminoso en el que se refleja la cotización de Nvidia (Reuters/Jeenah Moon)

Pero volvamos al tema de tarifas y aranceles. La verdad es que la reacción de los mercados a los distintos anuncios en ellas cada vez es menor, pero en vez de tranquilizarme, me preocupa cuál será la reacción si al final no hay acuerdo entre las partes.

La narrativa arancelaria es cada vez más compleja. Un tribunal comercial anuló los aranceles impuestos por Trump por orden ejecutiva bajo el IEEPA—que cubrían el 10% base, 20% sobre China y 25% sobre importaciones no USMCA—calificándolos como un abuso de poder de emergencia. La Casa Blanca inmediatamente respondió, calificándolo de "abuso judicial" y señalando que apelarán al Tribunal Supremo. Navarro lo desestimó, diciendo que aún hay otras palancas disponibles. Desde entonces, un tribunal federal de apelaciones ha suspendido la decisión, manteniendo los aranceles en su lugar por ahora.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump. (EFE EPA/Samuel Corum)

¿Cuál podría ser el siguiente movimiento? La administración podría recurrir a mecanismos más rápidos como la Sección 122 (máximo del 15%, límite de 150 días, sin necesidad de investigación y fácil de extender otros 150 días), potencialmente reimponiendo los aranceles tan pronto como este verano. O podría buscar fundamentos legales más duraderos a través de las Secciones 232, 301 o 338—pero esos se retrasarían hasta el 2026.

De cualquier manera, estamos de nuevo en un patrón de espera: niebla legal, limbo político y poca claridad para las compañías, pero, como he mencionado, los mercados parecen cansados de esos titulares y no reaccionan a ellos, ya que es poco probable que volvamos a ver amenazas del 50% en la UE o del 145% en China.

Mientras tanto, la mezcla de datos económicos se está volviendo confusa. La debilidad en ciertos indicadores está comenzando a verse en el sector manufacturero, en la vivienda, incluso en el empleo, pero el alivio arancelario ha mejorado las perspectivas de futuro, al menos a corto plazo.

Foto: Un trader con una gorra de Trump en la Bolsa de Nueva York. (Reuters/Andrew Kelly)

El gasto del consumidor todavía parece estar bien por ahora, como queda reflejado en los datos de Visa/MasterCard, que muestran un impulso decente, especialmente entre los hogares de mayores ingresos. Pero eso es una señal que mira al pasado y sigue dependiendo en gran medida de un mercado laboral que muestra ciertos signos tempranos de fatiga. Por último, el nuevo proyecto de ley de Trump favorece a los estadounidenses más ricos, con más beneficios fiscales y menos apoyo directo para los grupos de menores ingresos.

Con la Fed al margen, la continua incertidumbre y la debilidad de los datos económicos deberían limitar el recorrido al alza de los mercados por ahora

Déjenme que termine con algo que ha pasado por ahora relativamente desapercibido para la prensa y el mercado europeo, una potencial bomba económica oculta en la "big beautiful Bill" de Trump (el hermoso proyecto de ley de Trump): la Sección 899.

Foto: Anuncio de Trump en el Departamento de Cultura de Washington. (Reuters)

Dicha cláusula permitiría a EE.UU. imponer hasta 20 puntos adicionales en impuestos sobre los inversores de aquellos países extranjeros que se considera aplican políticas "discriminatorias" contra los Estados Unidos — un potencial "impuesto de venganza" que puede tener graves consecuencias en los flujos de Capital. El mayor problema para Europa es que el IVA se considera como tal "Impuesto discriminatorio".

¿Será un farol y Trump hará honor a su nuevo acrónimo (TACO)? Esperemos que así sea, si no tendremos que olvidarnos de la Macro y empezar a revisar en esta columna empresas como Ercros, Meliá, Solaria, Talgo, o la propia Merlin, empresas que hemos discutido en el pasado y que tratan a un descuento importante frente al valor de sus activos y con una exposición limitada a las tarifas.

Cuando acrónimos como TINA (There Is No Alternative) o FOMO (Fear of Missing Out) ya son parte del vocabulario financiero a nivel mundial, esta semana, el mercado sacaba punta a las recientes declaraciones y constantes cambios de opinión del presidente Trump y nos traía uno nuevo y relativamente jocoso: TACO. Básicamente la intención es dar a entender que el mercado es el barómetro que regula la decisión final del presidente Trump. TACO significa "Trump Always Chickens Out" o lo que, en español, educadamente hablando, sería: Trump siempre da marcha atrás ante el peligro "o, intentando un juego de palabras, TACO, por Trump se ACO…."

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