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¿Cómo medir la salud de los balances empresariales? Guía para pymes.
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Aitor del Valle

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¿Cómo medir la salud de los balances empresariales? Guía para pymes.

Estamos ya de vuelta de vacaciones, con la esperanza de ver cómo las pymes consiguen sortear la crisis. Uno se pone a analizar qué es lo

Estamos ya de vuelta de vacaciones, con la esperanza de ver cómo las pymes consiguen sortear la crisis. Uno se pone a analizar qué es lo que les ha ocurrido a muchas de ellas y ve, con asombro, que el motivo por el que muchas lo están pasando mal no es exclusivamente la falta de facturación (motivo principal lógicamente), sino una inadecuada estructura de sus balances. Lo cual provoca, en muchos casos, tensiones de liquidez (que sí obligan a la desaparición de la empresa).

 

Al igual que en el mundo de los particulares hay una gran disparidad a la hora de cómo administrar y organizar los recursos en las épocas de bonanza (lo que hace que dicha gente soporte mejor luego otras épocas), en el mundo de las pymes ocurre lo mismo. Y me refiero en concreto al mundo de las pequeñas y medianas empresas, porque se da por supuesto que en las grandes sí hay al frente de sus departamentos financieros verdaderos especialistas. Pero en muchas pymes no. Y la base de una economía como la nuestra son eso, las pymes. 

 

En los años de bonanza, ¿alguien se ha preocupado por explicarle a las mismas lo que es la estructura de financiación óptima? ¿Alguien se ha preocupado en formarles y comentarles que existen unas magnitudes comúnmente aceptadas como de empresa sana? A este respecto, la cantidad de bibliografía que hay es enorme. A mí particularmente, me gusta, por lo sencillo, el resumen que hace Oriol Amat en uno de sus libros (Análisis de Balances) en el que dice que, tras un estudio realizado con más de 80.000 empresas, se ha detectado que hay cinco ratios con alto valor predictivo (los datos son los de empresas saneadas).

  1. Activo Corriente / Pasivo Corriente: > 1,42
  2. Patrimonio Neto / Activo: > 0,40
  3. BAII / Activo: > 0,05 (BAII es beneficio antes de intereses e impuestos)
  4. Beneficio neto / Ventas: > 0,03
  5. Beneficio neto / Patrimonio Neto: > 0,07

Habrá quien diga que los balances son manipulables (cierto), y que lo realmente importante son los Flujos de Caja (más cierto aún), pero… si suponemos que usted es una Pyme (y que por tanto no se va a engañar a sí mismo)… ¿tiene escrito en algún sitio ratios como estos, u otros parecidos, para que le sirvan de guía en su gestión diaria? Y es que, como dice un muy buen amigo mío, “estamos decidiendo todos los días”, a cada minuto. Con cada gesto que hacemos, estamos definiendo, muchas veces sin saberlo, hacia dónde vamos. Y lo que está claro es que sino sabemos cuál es el destino al que queremos llegar, no llegamos.

 

Otro ejemplo: ¿cuántos financieros de empresas pequeñas y medianas conocen el tradicional método de ‘detección de insolvencia’, Método Altman? Como muchos saben, se trata de un método que recoge en un número la probabilidad de insolvencia de una empresa. Consiste en, a partir de los datos de sus cuentas anuales, aplicar la siguiente fórmula (adjuntamos la versión para empresas manufactureras):

 

Z (coeficiente Altman) = 0,717 (Fondo de Maniobra/Activo) + 0,847 (Beneficios Retenidos/Activo) + 3,107 (BAII/Activo) + 0,420 (Patrimonio Neto/ Patrimonio Neto+Pasivo) + 0,998 (Ventas/Activo)

 

De tal manera que si:

  1. Si Z > 2,90, reducida probabilidad de insolvencia
  2. Si 1,21 < Z < 2,90,  situación dudosa
  3. Si Z < 1,21, muy elevada probabilidad de insolvencia

Este, como gran parte de los métodos de valoración y predicción, es un método muy criticado por muchos pero…si yo soy una pyme, y estoy concentrando todas mis ventas en un único cliente…¿acaso estaría de más invertir cinco minutos en ver qué “Z” le sale a dicho cliente? Porque si veo que le sale mal, igual hago más negocio no vendiéndole.

Estamos ya de vuelta de vacaciones, con la esperanza de ver cómo las pymes consiguen sortear la crisis. Uno se pone a analizar qué es lo que les ha ocurrido a muchas de ellas y ve, con asombro, que el motivo por el que muchas lo están pasando mal no es exclusivamente la falta de facturación (motivo principal lógicamente), sino una inadecuada estructura de sus balances. Lo cual provoca, en muchos casos, tensiones de liquidez (que sí obligan a la desaparición de la empresa).