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Ni la ingeniería financiera ni los Hedge Funds son los culpables del fin del mundo
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José Manuel Gómez-Borrero

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Ni la ingeniería financiera ni los Hedge Funds son los culpables del fin del mundo

La famosa crisis de las hipotecas subprime americanas y el pánico desencadenado por el intento generalizado de desapalancamiento en un mercado muy ilíquido, ha provocado una

La famosa crisis de las hipotecas subprime americanas y el pánico desencadenado por el intento generalizado de desapalancamiento en un mercado muy ilíquido, ha provocado una tormenta de críticas contra la “excesiva” sofisticación de los mercados financieros, causa de todos los males, y sobretodo contra los hedge funds, a los que se vuelve a acusar de “descerebrados chiringuitos especulativos desestabilizadores de los mercados” que han provocado un credit crunch que va a terminar con el largo periodo de bonanza económica que estábamos disfrutando.

Y no es eso, primero porque no está claro que los mercados no puedan recuperar una saludable estabilidad y liquidez una vez que se identifiquen claramente donde están los riesgos y se depuren algunos excesos; y segundo porque todos hemos tenido parte de responsabilidad en que la burbuja haya llegado hasta donde ha llegado. ¿O acaso no buscábamos todos esa rentabilidad adicional que nos ofrecían algunos fondos sin entender muy bien cómo se conseguía? Pues siento tener que recordaros que nadie da duros a cuatro pesetas, y que la mayor rentabilidad sólo se puede obtener asumiendo mayor riesgo. Así que voy a romper un par de lanzas en favor de la sofisticación del sistema financiero y de los hedge funds como vehículo de inversión.

Mercados más eficientes

La ingeniería financiera es la base de la desintermediación de los mercados financieros modernos y permite la mejora de su eficiencia, la diseminación del riesgo y la generación de mejores rentabilidades ajustadas por riesgo para los inversores. En las últimas semanas todo el mundo ha tenido que familiarizarse a la fuerza con un montón de siglas inglesas tipo MBS, CDO, CDS, ABS, LBO, CLO, SIV, etc. que para muchos sonaban a opciones ofrecidas por los fabricantes de coches y que ahora suenan a trucos inventados por los bancos de inversión para timar a los pobres inversores; pero en realidad son instrumentos financieros que permiten precisamente esa optimización del sistema.

Sin embargo, sí es cierto que se han cometido ciertos excesos de los que hablaremos otro día, como la falta de celo de algunos bancos comerciales concediendo hipotecas a diestro y siniestro sabedores de que le iban a pasar el riesgo a otro, la de las agencias de rating haciendo la vista gorda o la de los bancos de inversión empaquetando y re-empaquetando instrumentos para generar comisiones y vendérselas a incautos inversores sin explicarles bien del todo qué había dentro.

Un negocio muy diversificado

En cuanto al papel de los hedge funds durante esta crisis, lo primero que hay que hacer es aclarar que bajo esa denominación hay una enorme diversidad de gestores con diferentes estrategias de inversión y diferentes niveles de tolerancia al riesgo, pero desde luego lo que no son en general es “fondos de alto riesgo” como muchos se empeñan en calificarlos (aunque algunos de ellos si puedan ser muy arriesgados). Me gusta la denominación española de “fondos de inversión libre”, pues define muy bien lo que hacen: Intentar explotar oportunidades para generar rentabilidad absoluta positiva independientemente de lo que hagan los mercados y utilizando para ello cualquier estrategia que se les parezca conveniente.

Pues bien, en su búsqueda de rentabilidades absolutas y descorrelacionadas, los inversores han confiado en los últimos años ingentes cantidades de dinero a un gran número de gestores de hedge funds, por lo que éstos se han convertido en un participante importante del mercado. Algunos de estos fondos estaban invertidos en esos instrumentos impronunciables e ilíquidos de los que hemos hablado antes (CDOs, ABS, CLOs, etc) utilizando además mucho apalancamiento para multiplicar su beneficio.

Cuando esos instrumentos se han depreciado, estos hedge funds han sufrido pérdidas importantes y algunos hasta han quebrado, pero eso es su problema y el de los inversores que habían invertido en ellos. Por desgracia, en medio la vorágine desencadenada por los bancos intentando deshacer estructuras complicadísimas, las ventas forzosas de algunos hedge funds, en un mercado ya de sí por muy apalancado y con poca liquidez adicional que invertir, se ha tomado como excusa de un pánico entre todos los agentes del mercado que ha llevado a todo el mundo a desconfiar de todo el mundo y a que muchos inversores vendieran por si acaso lo que tuvieran, fuera bueno o malo y estuviera caro o barato.

Crisis de confianza

En ese contexto, muchas estrategias de hedge funds que no tenían nada que ver con las áreas problemáticas se han visto perjudicadas por la crisis de confianza y se han visto forzados a su vez a vender parte de sus posiciones.

¿Hemos visto lo peor? Aun es pronto para sentenciar que el mercado de crédito se ha limpiado, pero la infección debería estar controlada a estas alturas. Por otro lado, las intervenciones de los bancos centrales y los esfuerzos de los bancos por identificar y cuantificar los riesgos deberían permitir una mejora de las condiciones de liquidez. Pero es indudable que este toque de atención hará que en lo sucesivo se valore el riesgo de forma más razonable, y eso sin duda llevará a un incremento del coste de capital que justifica una corrección de las valoraciones, pero no de la forma indiscriminada que hemos visto. Así pues, aunque ni mucho menos desaparecerá, deberíamos ir olvidándonos de los exuberantes volúmenes de carry-trade y de operaciones de private equity de los últimos tiempos, con lo que habrá mayor discriminación y no será tan fácil obtener las rentabilidades que se han visto en las bolsas en los últimos años, pero el entorno será muy atractivo para que los buenos hedge funds apliquen sus estrategias y cumplan con su objetivo de preservar el capital y obtener rentabilidades atractivas. De hecho, la volatilidad en los mercados financieros puede ser una buena cosa si se sabe aprovechar mientras que no se deje uno llevar por el entusiasmo ni el pánico y siempre que se mantengan niveles de exposición y apalancamiento razonables.

Una última advertencia: En el muy poco homogéneo universo de hedge funds hay de todo, como en botica; desde fondos muy direccionales y apalancados que están dispuestos a asumir importantes riesgos, hasta arbitrajistas “amarrateguis” que no se andan con ni media tontería, pero todos intentar optimizar su rentabilidad ajustada por riesgo y en un horizonte temporal medio-placista, por lo que a la hora de invertir en ellos es clave tener la capacidad de seleccionar aquellos que se adapten al objetivo de cada uno, y si no es mejor confiar en un gestor de un fondo de fondos.

*Responsable de Ventas Institucionales de Nmás1

La famosa crisis de las hipotecas subprime americanas y el pánico desencadenado por el intento generalizado de desapalancamiento en un mercado muy ilíquido, ha provocado una tormenta de críticas contra la “excesiva” sofisticación de los mercados financieros, causa de todos los males, y sobretodo contra los hedge funds, a los que se vuelve a acusar de “descerebrados chiringuitos especulativos desestabilizadores de los mercados” que han provocado un credit crunch que va a terminar con el largo periodo de bonanza económica que estábamos disfrutando.