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¿Nos dejamos llevar por el pánico, o intentamos aprovechar oportunidades?
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José Manuel Gómez-Borrero

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¿Nos dejamos llevar por el pánico, o intentamos aprovechar oportunidades?

Hay un viejo dicho bursátil según el cual el comportamiento de los mercados de renta variable en el conjunto de un año cualquiera tiende a ser

Hay un viejo dicho bursátil según el cual el comportamiento de los mercados de renta variable en el conjunto de un año cualquiera tiende a ser parecido al comportamiento de los mismos durante el mes de Enero de ese año. Afortunadamente no siempre se cumple esa regla, y esperemos que este año sea de los que sirven como excepción, porque el comienzo de 2008 no ha podido ser más turbulento. La verdad es que no parece que se haya producido ningún acontecimiento concreto que justifique la histeria (el asunto del trader de Société Générale no es más que una excusa), y que el baño de sangre se ha debido al gradual convencimiento general de las malas perspectivas de crecimiento para las economías occidentales, cosa que los mercados de renta fija ya llevaban descontando una buena temporada.

Mientras tanto, la huida del dinero hacia activos “refugio” y las expectativas o temores de que se produzca una recesión, ha provocado un rally en el mercado de bonos que ha llevado a que sus rentabilidades en todos los plazos sean francamente muy bajos, y que de hecho, presenten un riesgo de pérdidas importantes para sus tenedores a poco que el escenario macroeconómico mejore un poco. Por otro lado, en un contexto de incertidumbre sobre el crecimiento económico y con las enormes restricciones de crédito actuales, apostar por la renta fija privada, a pesar de que los diferenciales parecen muy atractivos, resulta un ejercicio bastante arriesgado. Finalmente, jugar al oro, al petróleo o las demás materias primas en los niveles actuales parece ofrecer más riesgo que recompensa… Eso parece dejarnos pocas opciones al margen de la cuenta de ING Direct.

La verdad es que en este contexto de mercados, los gestores tradicionales de fondos tienen relativamente pocas alternativas. Los de renta fija y los de crédito no tienen más opción que encomendarse a su santo patrón y reducir duración por lo que pueda pasar. Los de renta variable pueden quedarse simplemente estupefactos mirando sus pantallas preguntándose cuánto van a perder sus carteras, o pueden dejarse llevar por el pánico y predecir el fin del mundo tal como lo conocemos hoy. Muchos tenderán a rotar sus carteras vendiendo compañías cíclicas y comprando los valores más defensivos (probablemente ya demasiado caros) que les recomiendan todos los brokers, aunque siempre estarán los cabezotas que enamorados de sus valores se empeñan en “promierdar” incrementando las posiciones con el argumento de que cada vez están mas baratos. En cualquier caso, a lo mejor que podrán aspirar es a ofrecer a sus inversores unas pérdidas inferiores a las de su índice de referencia (y eso si además de ser muy buenos tienen suerte).

Sin embargo, hay otra opción: Mantener la sangre fría y buscar las oportunidades que inevitablemente se presentan tanto en términos absolutos como relativos en momentos de pánico, incertidumbre y volatilidad. Para eso, además de tener sólidas capacidades de análisis fundamental y estrictos mecanismos de control y gestión del riesgo, hay que disponer de vehículos flexibles que de forma ágil puedan adaptarse al entorno cambiante. Los hedge funds son precisamente eso: Gestores que con la premisa de intentar preservar el capital en el medio plazo, buscan y explotan esas oportunidades para generar retornos positivos en un entorno de riesgo controlado. Realmente este mes de Enero no ha sido bueno para muchos de estos gestores (aunque si para otros muchos) debido los dramáticos movimientos que se han producido, muchas veces por razones no fundamentales sino técnicas. Sin embargo, su capacidad de adaptación y su experiencia en otros momentos de volatilidad y en otros ciclos de inversión ofrecen la mejor garantía de que en el conjunto del año podrán ofrecer rentabilidades mucho más atractivas que la cuenta naranja de ING Direct!

*José Manuel Gómez-Borrero, director de ventas institucionales de N+1

Hay un viejo dicho bursátil según el cual el comportamiento de los mercados de renta variable en el conjunto de un año cualquiera tiende a ser parecido al comportamiento de los mismos durante el mes de Enero de ese año. Afortunadamente no siempre se cumple esa regla, y esperemos que este año sea de los que sirven como excepción, porque el comienzo de 2008 no ha podido ser más turbulento. La verdad es que no parece que se haya producido ningún acontecimiento concreto que justifique la histeria (el asunto del trader de Société Générale no es más que una excusa), y que el baño de sangre se ha debido al gradual convencimiento general de las malas perspectivas de crecimiento para las economías occidentales, cosa que los mercados de renta fija ya llevaban descontando una buena temporada.