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¡Hedge funds buscando oro negro en Oriente Medio!
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José Manuel Gómez-Borrero

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¡Hedge funds buscando oro negro en Oriente Medio!

Hace unas semanas escribí acerca del considerable impacto para las economías occidentales de que el precio del barril de petróleo se sitúe en torno a 100

Hace unas semanas escribí acerca del considerable impacto para las economías occidentales de que el precio del barril de petróleo se sitúe en torno a 100 dólares. Entonces lo utilicé como argumento para poner en contexto la magnitud de las pérdidas causadas por la crisis de las hipotecas subprime que se calculaba pudieran llegar a ser de hasta 300.000 millones de dólares. Mi tesis era que resultaba mucho más relevante, preocupante y perdurable el que sólo EEUU tenía que importar más de 10 de los 85 millones de barriles que consume cada día, lo cual representaba una transferencia de riqueza de 370.000 millones de dólares cada año! Pero hoy me gustaría ver la otra cara de la moneda. El consumo de petróleo es un juego de suma cero en el que cada dólar detraído de las naciones importadoras va a engrosar las arcas de las exportadoras.

Cuando se habla en prensa de la inmensa acumulación de riqueza de estos países exportadores de petróleo se suele hacer referencia a la capacidad de inversión de sus famosas agencias públicas de inversión (los “Sovereign Wealth Funds”), y de paso, de lo bien que les viene a algunos bancos de inversión que necesitan recapitalizarse a marchas forzadas. Sin embargo, poco se habla del impacto en sus economías domésticas y de las enormes inversiones en infraestructuras y en la elevación del nivel de vida de sus ciudadanos. Como me cuenta el gestor de un hedge fund que lleva tiempo buscando oportunidades en la región del Golfo Pérsico, nos sorprenderíamos de cuán diferente parece el mundo cuando ves la cadena Al Jazeera en lugar de la CNBC o la CNN.

La enorme creación de liquidez doméstica consecuencia de esos elevados ingresos del petróleo tiende a incrementar el valor de los activos, genera perspectivas de revaluación de sus divisas y favorece las condiciones económicas que eventualmente atraen a los inversores extranjeros. No olvidemos que una parte importante de toda esa riqueza se está usando en la creación de una importante industria de todo tipo (refinerías, químicas, cementeras, etc.) y en la construcción de todo tipo de infraestructura (carreteras, puertos, aeropuertos, hospitales, telecomunicaciones, hoteles, centros de ocio y comerciales, etc.). Incluso se están desarrollando nuevas ciudades: Sólo en Arabia Saudí se están construyendo 14 del tamaño de Dubai!!!

Claramente, estos países configuran un terreno muy interesante para ir a buscar oportunidades. Sus bolsas de valores están llenas de ineficiencias, con la mayoría de las compañías no habiendo hablado en su vida con un inversor institucional extranjero ni con un analista de un broker. Un creciente número de hedge funds está investigando el área, y es sorprendente la cantidad de oportunidades que nos cuentan que han encontrado (y las que no nos cuentan!!!). Claramente han encontrado un filón interesante para buscar su propio oro negro en la región!

Y hablando de oro negro, también el amarillo de toda la vida está dando mucho juego a los hedge funds. El espectacular crecimiento de la liquidez global en los últimos años, generada fundamentalmente por la inmensa generación de dólares que los americanos han necesitado para financiar sus inmensos déficits por cuenta corriente y por la disponibilidad de crédito barato gracias a la laxa política monetaria de los bancos centrales, ha llevado a que muchos inversores consideren el oro como el único chaleco salvavidas frente a la inflación, y en esas estamos, con la onza cerca de 1000 dólares!!!! Claro que en términos relativos al oro negro, muchos dicen que el amarillo todavía está tirado!!! Pero de eso hablamos otro día.

*José Manuel Gómez-Borrero, director de ventas institucionales de N+1

Hace unas semanas escribí acerca del considerable impacto para las economías occidentales de que el precio del barril de petróleo se sitúe en torno a 100 dólares. Entonces lo utilicé como argumento para poner en contexto la magnitud de las pérdidas causadas por la crisis de las hipotecas subprime que se calculaba pudieran llegar a ser de hasta 300.000 millones de dólares. Mi tesis era que resultaba mucho más relevante, preocupante y perdurable el que sólo EEUU tenía que importar más de 10 de los 85 millones de barriles que consume cada día, lo cual representaba una transferencia de riqueza de 370.000 millones de dólares cada año! Pero hoy me gustaría ver la otra cara de la moneda. El consumo de petróleo es un juego de suma cero en el que cada dólar detraído de las naciones importadoras va a engrosar las arcas de las exportadoras.

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