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José Manuel Gómez-Borrero

Hedge Funds Inside

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Atracción Fatal

Esta columna se llama “Secretos de Hedge Funds” y, como sabéis, los gestores de hedge funds son por definición inversores pesimistas que por principio no se

Esta columna se llama “Secretos de Hedge Funds” y, como sabéis, los gestores de hedge funds son por definición inversores pesimistas que por principio no se creen la inversión tradicional a largo plazo siempre direccional. Quizá sea por eso que algo se me ha pegado de esa cautela estructural y se me haya ocurrido hoy la analogía de la situación actual de los mercados con la famosa película de 1987 protagonizada por Michael Douglas y Glenn Close. Luego veréis a que me refiero…

Tras el esquizofrénico primer trimestre de este año que siguió al ya de por sí temible segundo semestre de 2007 en que empezó el credit crunch, el mes de abril ha resultado de lo más tranquilizador para todo tipo de inversores, tradicionales, apalancados y alternativos: una vez que quedó clara la determinación de los reguladores de evitar el colapso del sistema financiero con la operación de rescate de Bear Sterns a mediados de marzo, la atención volvió a centrarse en la falta de liquidez de los mercados precipitada por la desconfianza general entre los operadores del sistema financiero y su necesidad de continuar desapalancándose tras años de expansión alimentada con ingeniería y creatividad financiera.

Las originales soluciones ideadas por las autoridades a base de inyecciones de liquidez vía el intercambio de activos líquidos (títulos de deuda pública) por activos que no encontraban comprador en los mercados (en general titulizaciones hipotecarias de mayor o menor calidad), aunque aún no han conseguido su objetivo de normalizar los mercados interbancarios, sí han aliviado las brutales tensiones vividas en tiempos muy recientes, por lo que parece que, en ese aspecto, se puede volver a respirar…

Por último, la tercera gran fuente de incertidumbre, preocupación y desestabilización ha sido y es la magnitud del contagio de la crisis financiera a la economía real americana y sus efectos a nivel global. Hace meses que ya nadie habla de ralentización económica sino de la profundidad y duración de la recesión. Sin embargo, en abril hemos visto en general resultados empresariales al otro lado del Atlántico sorprendentemente buenos (en parte apoyados por la caída del dólar) y datos de coyuntura menos horribles de lo esperado (el PIB americano en el primer trimestre consiguió crecer +0.6% y el dato de empleo de abril ha sido bastante menos malo de lo temido). Para rematar, la FED acaba de completar con otro recorte de 25 puntos básicos un formidable estímulo monetario (van 325 puntos básicos desde septiembre) que empezó siendo tildado de pánico contraproducente para convertirse en un bienvenido y loable esfuerzo por reactivar la economía.

Sin embargo, aunque sin duda la situación ha mejorado sensiblemente, hay multitud de desequilibrios que me siguen preocupando, y no me refiero sólo a las evidentes tensiones inflacionistas, a la preocupante inestabilidad del mercado de cambios o a la incapacidad de las entidades financieras para engrasar la economía real durante el largo proceso de reconstitución de balances que tienen por delante. No me gusta ser agorero, pero es que tras el respiro que hemos disfrutado en Abril, no consigo quitarme de la cabeza aquella inquietante escena de la película Atracción Fatal en la que el protagonista Dan Gallagher (Michael Douglas) respira aliviado tras haber ahogado en la bañera a la obsesiva, psicótica y peligrosa Alex Forrest (Glenn Close) convencido de que por fin ha terminado su pesadilla… Lo bueno de los thrillers es que siempre te pegan el sustazo cuando menos te lo esperas, y es aquí donde el director nos hace pegar un respingo en el asiento haciendo que Glenn Close se levante de la bañera empuñando unas tijeras y abalanzándose sobre nuestro confiado amigo…

Pues bien, no digo que la pesadilla no haya acabado (de hecho confío en que sí). Sólo digo que cuando más efecto tiene un susto es cuando más desprevenido estás, y que para que no nos pille el siguiente (que seguro que habrá más), es recomendable no sobreconfiarse. Ya he dicho antes que los gestores de hedge funds son pesimistas por naturaleza, pero cuando hablas con ellos, es sintomático que ninguno de ellos las tiene todas consigo: Es unánime la visión de que hay enormes oportunidades fundamentales y grandes ineficiencias que aprovechar, pero también que en el sistema sigue habiendo mucha desconfianza y mucho apalancamiento pendiente de deshacerse. Mientras no tengamos claro que la economía ha tocado fondo y que los bancos vuelven a tener sus balances en regla, lo más sensato es invertir con la menor direccionalidad posible y con apuestas de valor relativo lo menos apalancadas posible. Más que nunca, cash sigue siendo king.

En este contexto, la inversión en hedge funds ofrece una muy atractiva relación rentabilidad-riesgo con respecto a cualquier inversión tradicional, especialmente a través de aquellas subestrategias que no necesitan mucho apalancamiento para generar atractivos retornos . En concreto, resultan especialmente interesantes los grandes fondos multiestrategia (que cuentan con sólido balance y experimentados equipos multidisciplinares capaces de asignar dinámica y flexiblemente su capital a donde mejor se remunere la asunción de riesgo), los muy fundamentales fondos long/short equity americanos (que consiguieron una digna rentabilidad cuando no había volatilidad en su mercado y preservar el capital cuando ésta ha sido extrema), los fondos especialistas en restructuración y en activos distressed (que están viendo aflorar oportunidades por doquier) e incluso los fondos macro y seguidores de tendencia (que aunque ya han disfrutado de un muy favorable entorno para ganar dinero, aún pueden seguir haciéndolo bien unos cuantos meses más). Pero eso sí, en todo caso, es recomendable hacerlo a través de fondos bien financiados (tanto a nivel de balance como de contrapartidas y de partícipes) que puedan aguantar sus posiciones en caso de que Glenn Close intente darnos otro disgusto.

Esta columna se llama “Secretos de Hedge Funds” y, como sabéis, los gestores de hedge funds son por definición inversores pesimistas que por principio no se creen la inversión tradicional a largo plazo siempre direccional. Quizá sea por eso que algo se me ha pegado de esa cautela estructural y se me haya ocurrido hoy la analogía de la situación actual de los mercados con la famosa película de 1987 protagonizada por Michael Douglas y Glenn Close. Luego veréis a que me refiero…

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