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¿Para cuándo liberalización eléctrica?
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José Luis Pérez Estévez

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¿Para cuándo liberalización eléctrica?

El sector eléctrico respira. El Estado garantizará la titulización del déficit de tarifa. No es poco dinero. A pesar de la caída de un 50% en

El sector eléctrico respira. El Estado garantizará la titulización del déficit de tarifa. No es poco dinero. A pesar de la caída de un 50% en el precio del petróleo y de un 7% en la demanda agregada, el sistema actual, ineficiente y marginalista, donde la energía solar, eólica y el gas dictan el precio de la electricidad, provoca que los principales operadores sufran un déficit anual de 6.000 millones de euros entre sus costes de producción y los precios de venta. Nadie regala nada y con el alivio vienen las rebajas. Las empresas tendrán que asumir un bono social de unos 1.000 millones y otros “recortes” varios. En definitiva, estamos hablando de un juego de suma cero.

Pero la cuestión de fondo es otra. El régimen tarifario eléctrico español es una especie de aberración financiera. En pocas palabras, una eterna duda sobre el precio de las materias primas y el crecimiento de la demanda. Esto es algo que gusta mucho a nuestros gobiernos que constantemente hablan de lo que va a hacer el petróleo como si fuesen ‘traders’, en vez de manejar lo que está en sus manos, que es la eternamente prometida liberalización del sector.

Este atentado financiero que pagaremos, como todos los déficits, en el futuro, ha llevado a la industria a una situación preocupante. Iberdrola se encuentra ahora con un endeudamiento de 3,8 veces su Resultado Operativo antes de Depreciaciones y Amortizaciones, un multiplicador que, en cualquier régimen liberalizado, sería considerado aceptable. Pero se ve abocada a reducir inversiones al manejar sus negocios con base en un sistema regulatorio inestable, lo que condiciona su actividad.

Este nuevo paso es, por tanto, insuficiente. El sector eléctrico nacional está atado de pies y manos por gobiernos que utilizan la tarifa eléctrica como arma electoral. No olvidemos el espectáculo del año pasado con el Presidente, la Vicepresidenta y el Ministro Sebastián desdiciéndose sobre el incremento de la tarifa en un periodo récord de tres días.

El futuro no puede pasar por continuar esperando a que el Gobierno español reconozca correctamente los mecanismos de precio que garantizan un retorno adecuado de las inversiones. Con el retorno sobre el capital empleado (ROCE) cayendo un 1% anual desde 2006, el crecimiento limitado por la demanda interna y los precios intervenidos, las eléctricas verán adicionalmente mermado su potencial por la incertidumbre regulatoria. Y, muy probablemente, terminarán siendo fagocitadas. ¿Se acuerdan de Endesa?

El sector eléctrico respira. El Estado garantizará la titulización del déficit de tarifa. No es poco dinero. A pesar de la caída de un 50% en el precio del petróleo y de un 7% en la demanda agregada, el sistema actual, ineficiente y marginalista, donde la energía solar, eólica y el gas dictan el precio de la electricidad, provoca que los principales operadores sufran un déficit anual de 6.000 millones de euros entre sus costes de producción y los precios de venta. Nadie regala nada y con el alivio vienen las rebajas. Las empresas tendrán que asumir un bono social de unos 1.000 millones y otros “recortes” varios. En definitiva, estamos hablando de un juego de suma cero.