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Los resultados de la banca española no son comparables
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José Luis Pérez Estévez

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Los resultados de la banca española no son comparables

Con la que está cayendo en España, cuatro millones de parados, cierres diarios de PYMES y perspectivas macroeconómicas cuando menos complicadas, no es de extrañar la fijación

Con la que está cayendo en España, cuatro millones de parados, cierres diarios de PYMES y perspectivas macroeconómicas cuando menos complicadas, no es de extrañar la fijación de los analistas por la evolución de la tasa de morosidad de los bancos cotizados nacionales. En su publicación de resultados del primer trimestre sorprende lo modesto del incremento de esta variable clave durante el período. Entre las posibles razones para esta ralentización se encuentran la fuerte rebaja de tipos de interés, que está permitiendo a los deudores el abono de sus cuotas periódicas, o los ímprobos esfuerzos por parte de la banca por refinanciar a clientes que confían puedan eludir así la condición de morosos, gracias al aumento de plazo de repago concedido. 

Sin embargo, lo más desconcertante de los datos presentados en el primer trimestre por los bancos domésticos (y por las divisiones españolas de las dos grandes entidades multinacionales españolas, Santander y BBVA) es la discrepancia en las entradas en mora registrada entre unas firmas y otras. Mientras que en el caso del Popular, un 1% de su cartera total ha engrosado entre enero y marzo tal epígrafe de la cuenta de resultados, en el resto de los bancos cotizados el aumento se ha limitado a un porcentaje que oscila entre los 35 y los 65 puntos básicos -0,35% a 0,65%-. ¿Acaso no operan todos en la misma España cuya economía se desmorona?

Da la impresión de que o bien Popular está siendo demasiado riguroso en la consideración de un cliente como moroso, o que los demás están aplicando más laxamente las recomendaciones del Banco de España. Así, la tasa total de morosidad del Popular (3.82%) excede sensiblemente la de su competencia. La diferencia con Bankinter (impagos del 1.73%) es explicable por el diferente mix de su negocio; la que se produce con Banesto (mora del 1.97%) no se puede entender sin tener en cuenta la relación con su matriz; pero la comparativa con Sabadell, que discurre por debajo del 3% (2.82%) es más difícil de entender sin esa flexibilidad interpretativa.

Los bancos españoles tienen una situación patrimonial fuerte y una gran capacidad de generación de beneficio operativo recurrente capaz de absorber mucha morosidad, por lo que su salud y viabilidad es indiscutible para la gran mayoría de ellos. Sin embargo, resulta complicado hacer comparaciones entre las distintas instituciones cuando los criterios contables y operativos aplicados no son uniformes. Es hora de que el Banco de España deje de hacer la vista gorda e imponga directrices claras. Lo contrario será minar la poca o mucha credibilidad ganada durante la gestación de la crisis.

Con la que está cayendo en España, cuatro millones de parados, cierres diarios de PYMES y perspectivas macroeconómicas cuando menos complicadas, no es de extrañar la fijación de los analistas por la evolución de la tasa de morosidad de los bancos cotizados nacionales. En su publicación de resultados del primer trimestre sorprende lo modesto del incremento de esta variable clave durante el período. Entre las posibles razones para esta ralentización se encuentran la fuerte rebaja de tipos de interés, que está permitiendo a los deudores el abono de sus cuotas periódicas, o los ímprobos esfuerzos por parte de la banca por refinanciar a clientes que confían puedan eludir así la condición de morosos, gracias al aumento de plazo de repago concedido.