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Obama gana, Europa pierde. No debemos imitar el precipicio fiscal
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Daniel Lacalle

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Daniel Lacalle

Obama gana, Europa pierde. No debemos imitar el precipicio fiscal

"Tonight, you voted for action, not politics as usual." Barack Obama “The American people responded by renewing our House Republican majority… There's no mandate for

"Tonight, you voted for action, not politics as usual." Barack Obama

“The American people responded by renewing our House Republican majority… There's no mandate for raising tax rates”. John Boehner 

Hace meses que hablamos en esta columna del precipicio fiscal americano y también alertábamos sobre el peligro hace casi un año en el Roundtable de Cotizalia y esta semana McCoy analizaba los números de Estados Unidos tras las elecciones.

El miércoles comentaba en Twitter que “para los que piensan que Obama es bueno para Europa y las empresas españolas, hoy termina el espejismo”. Estados Unidos se enfrenta a un problema económico de unos 650.000-750.000 millones de dólares el 31 de diciembre. El “precipicio fiscal” (fiscal Cliff) no ayuda a Europa en nada.

Se llama “precipicio fiscal” al enorme grupo de aumentos de impuestos, recortes de gasto y cancelación de deducciones que se implementarían el 1 de enero de 2013 en EEUU si el Congreso no interviene y que supondría un impacto negativo sobre la economía de unos 750.000 millones de dólares, el 5% del PIB de EEUU -según Deutsche Bank, Barclays y Goldman Sachs-.

 

Si EEUU no llega a un acuerdo fiscal entre republicanos –que controlan el Congreso- y demócratas, el 2 de enero de 2013 el Presupuesto norteamericano estará secuestrado, es decir, se pondrán en marcha esos aumentos de impuestos y recortes por ley. ¿De verdad creemos que van a pegarse un tiro en el pie y “no negociar” –let’s not make a deal- como exige Krugman?

“Americans, welcome to Europe” (Keith McCullough)

El mayor error que puede cometer la nueva administración es "europeizarse" y dedicarse a cubrir un gasto público insostenible con impuestos. ¿Lo hará? No. No tiene más que ver el “exitazo” de nuestros países. La bola de deuda –la factura que pasamos a nuestros hijos y nietos para justificar nuestro egoísmo- se puede reconducir cercenando gastos.

Todos los analistas asumen que en febrero de 2013 se corre el riesgo de sobrepasar de nuevo el “límite de deuda” de Estados Unidos. Ese límite no se va a cubrir solo con aumentos de impuestos, como pretenden algunos, ya que hundirían la economía –un 7% según Morgan Stanley-.

El problema en EEUU no es de ingresos –que se soluciona con el vencimiento de parte de las deducciones fiscales- sino de gasto excesivo. Un gasto público, que –ajustado por inflación- ha sido el más alto desde 1951 durante el primer mandato del presidente Obama (datos Office of Management and Budget).

El 82% del aumento de deuda de EEUU desde 2008 se explica por el aumento de gastos, según George Mason University.

 

Si es usted optimista y piensa que otra ronda de expansión monetaria lo “soluciona” todo, váyase de vacaciones hasta febrero, porque vienen curvas y muchas negociaciones.

Todos los parches para mitigar el impacto del precipicio fiscal americano –tirar de imprenta y aumentar a la vez la deuda de EEUU- tienen como consecuencia depreciar el dólar, fortalecer a la industria americana y acaparar el mercado de deuda para dar la patada hacia delante. El parche del problema de Estados Unidos se pega con peores perspectivas para Europa. Menos exportaciones, un euro al alza y menos capital disponible para financiar nuestro también enorme problema de deuda, 3 billones de deuda adicional europea acumulados en ocho años.

 

"The race to force defaults on fellow countries is on" (la carrera a forzar impagos en otros países ha empezado)

Obama no está loco ni va a convertir a los Estados Unidos en un equivalente a Francia, donde el Estado acapara más de un 54% de la economía. Ni quiere, ni puede. Su gestión en los últimos cuatro años le ha llevado a recapacitar sobre sus aspiraciones “verdes” y gracias a ello hoy Estados Unidos está cada vez más cerca de la independencia energética, pagando unos precios de gas y petróleo que son un 60% y un 20% menores respectivamente a los que pagamos los listos de la subvención en Europa.

Pero, sobre todo, Obama no es Papa Noel para Europa. EEUU sabe que más deuda solo puede venir siendo más atractivo para el inversor. Y cuando hablamos de tanta deuda, es como cuando salíamos a ligar de jóvenes. Hay mucha oferta y no solo hay que parecer más guapo, sino mostrar que los demás son más feos. Y el problema aquí es que no hace falta ni mostrarlo. Permítanme presentarles al feo. Le presento al monstruo europeo, que se hace “feo” a los inversores solito porque decidió hacerse “gordo” –con deuda y más Estado- en vez de fuerte, delgado y resultón. Somos el que pone los discos en la fiesta.

No es de extrañar que el mercado se lance a comprar bonos americanos y británicos y suban las primas de riesgo en Europa al día siguiente de las elecciones. La crisis de deuda es un pulso económico que, como la guerra fría, es a ver “quien pierde antes”, no quien gana.

Yo estoy convencido. El acaparamiento “crowd-out” de EEUU sobre el mercado de deuda ampliará la crisis europea. Porque al contrario de lo que piensan todos los defensores del gasto, el capital disponible se reduce,  no “a pesar de las impresiones de moneda” sino precisamente por ellas. Los bancos centrales buscan empujar a los inversores a los activos de riesgo, pero ellos responden reduciendo volúmenes y activos. Un 20% en 2012, un 7% más desde septiembre. Toman riesgo, si, pero bajan las fichas de la apuesta. 

La desconfianza es tal que el “refugio” es el menos malo. Y a “menos malo”, con perdón, nos ganan los países anglosajones tanto en credibilidad institucional y seguridad jurídica, como en comercio. Nos damos palmaditas mientras nos cargamos de deuda y perdemos la oportunidad de competir en margen, no en volumen. Preferimos ser gordos a ser fuertes.

Obama, Bernanke, Romney o Ryan lo saben. La credibilidad institucional lo es todo en el mercado de deuda. Y por mucho que se imprima dinero, sin apoyo financiero institucional privado, la pirámide se cae. El error de Europa ha sido pensar que entre nosotros nos bastábamos y sobrábamos. El acierto de EEUU en esta carrera –que todos ustedes saben que no apoyo- es recibir el dinero extranjero, inversor, con brazos abiertos. No repelerlo. A pesar de todo lo que queramos criticar a demócratas o republicanos, la diferencia con Europa es abismal: comercio contra proteccionismo.

Sabemos que Estados Unidos puede llevar a cabo otra patada hacia delante porque el 80% de las transacciones mundiales se hacen en dólares. El euro es un juguete. Cuando escucho que “dentro de poco las transacciones de petróleo se harán en euros” me parto. Llevo oyéndolo desde 1999.

“Reagan did it with missiles, Obama does it with a smile” (Reagan lo hizo con misiles, Obama con una sonrisa)  

En Estados Unidos saben que detrás de la impresión de moneda y de la deuda se necesita un sector privado financiero fuerte que la tiene que apoyar. La Fed no es nada sin el apoyo privado. Aquí, en la Unión Europea, estamos cometiendo el mismo error que cometió la URSS con Reagan. Pensar que solos nos las apañamos, que podemos aceptar órdago tras órdago y que nos tienen envidia. Y lo siento, pero en EEUU tienen la partida ganada. Sobre todo si los países europeos, al calor de la más que probable patada hacia delante americana, decidan emularla. Es el anzuelo que nos lleva a morir y a la cesta. Es el mismo error que llevó a la URSS al colapso, solo que ahora sin misiles, con una sonrisa y cantando “signed, sealed, delivered”. Alemania, aunque moleste, tiene razón, porque sabe que Europa importa inflación, EEUU la exporta. Más deuda nos hará más débiles.

No copiemos. Siempre lo digo. Que yo tenga menos deuda que Donald Trump no significa ni que pueda, ni que deba endeudarme como él.  Europa y España solo van a fortalecerse saliendo de la espiral de deuda, no emulando otras conductas en las que no ganaremos ni por comercio, ni seguridad jurídica ni acceso a capital financiero.

Austeridad –verdadera austeridad, no recortes para mantener gasto político- es la única manera de fortalecernos. Ya les mostré en mi artículo sobre el “default interno” el estudio de Ken Rogoff que prueba que los países con menos endeudamiento y menos gasto público crecen más.

“In Spain there is no fiscal cliff, just cliff” (En España no hay precipicio fiscal, solo precipicio)

Y en casa… La Comisión Europea estima que España tendrá un déficit de 8% en 2012, 6% en 2013 y 5,8% en 2014. Cuando lean “déficit” lean “perdidas”, deuda. Total, casi 220.000 millones más de deuda. Casi un tercio del “precipicio fiscal” de todo Estados Unidos para nosotros en deuda adicional al billón ya existente. O cercenamos la deuda o perderemos la carrera a ver quién “hace impago primero”.

No somos Estados Unidos. No copiemos lo malo, el endeudamiento y gasto público. Copiemos lo bueno, el dinamismo, la cultura financiera y comercial, la credibilidad institucional y la seguridad jurídica. Ya sé que es predicar en el desierto, pero…

Nota: los entrecomillados pertenecen a comentarios leídos de gestores en Londres y EEUU el miércoles tras las elecciones

"Tonight, you voted for action, not politics as usual." Barack Obama

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