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España e Irlanda, éxitos de la “austeridad”
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Daniel Lacalle

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Daniel Lacalle

España e Irlanda, éxitos de la “austeridad”

Financial Times resalta la fortaleza del crecimiento de España e Irlanda y Bloomberg, escéptico con las recetas de moderación de gasto, reconoce que hay dos ejemplos de éxito de dichas políticas

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“What doesn´t kill you only makes you stronger, and today I am strong enough”, John Wetton

Es un hecho que los españoles hemos pasado de un shock de euforia en 2008, cuando nos creíamos inmunes a la crisis y culpábamos a los mercados de atacarnos, a un shock depresivo en el que negamos cualquier dato positivo. No es malo. Esa vuelta a la cordura tras la década de borrachera de crédito ha sido esencial en la recuperación. La reducción de la deuda de empresas y familias, el ahorro y la moderación empresarial han sido factores determinantes para el despegue posterior. Sin ahorro no hay crecimiento, y España en su conjunto lleva ahorrando -según Deutsche Bank- hasta un 3% del PIB anual.

La semana pasada el Financial Times resaltaba la fortaleza del crecimiento de dos países que han salido de recesiones muy duras, España e Irlanda.

Adicionalmente, Bloomberg, que suele ser escéptico con las recetas de moderación de gasto y contención presupuestaria -la mal llamada austeridad- reconocía que Krugman y Stiglitz se habían equivocado y que teníamos dos ejemplos de éxito de dichas políticas.

La diferencia entre los dos modelos es que España aún tiene que retornar a la senda de bajos impuestos, y bajar el esfuerzo fiscal como empieza a hacerse. Como me decía un amigo de Schroders, si tuviéramos la estructura fiscal de Irlanda probablemente creceríamos aún más rápido y con mayor empleo si cabe. Bien es cierto que Irlanda no tuvo que hacer un ajuste de casi 15 puntos del PIB como España, que el concepto de facturas impagadas que ahogaba a nuestras empresas es inexistente en los países anglosajones, y que aun así creamos un millón de puestos de trabajo.

Como me decía un amigo de Schroders, si tuviéramos la estructura fiscal de Irlanda probablemente creceríamos más rápido y con mayor empleo si cabe

La principal diferencia entre Irlanda y España ha sido también a la hora de atacar el gasto. Es curioso que en nuestro país se hable constantemente de austericidio, término ridículo (para empezar, significa “la muerte de la austeridad”) y falso cuando se ha sostenido el gasto público todo lo posible. Eso sí, se han cerrado 2.300 entes públicos deficitarios y reducido duplicidades con un ahorro de 30.000 millones de euros, y debe reconocerse.

Lo mismo ocurre con la deuda. Siempre que dicen que la deuda pública ha crecido entre 2011 y 2014 muchos olvidan que esa cifra incluye el rescate a las comunidades autónomas, las facturas impagadas dejadas en 2011 y el rescate a las cajas públicas, que explican gran parte del aumento.

Cuando hablamos de empleo siempre se critica los ingresos de la Seguridad Social o las horas trabajadas. Supongo que los que se preocupan por las horas trabajadas estarán aterrados con Francia, Japón y otros paraísos estatistas donde caen también desde hace años. Y recordemos que en EEUU se tardó seis años en recuperar los ingresos de la seguridad social y el empleo fijo de 2009. España, ya en 2015, aumenta el porcentaje de empleo indefinido más de un 15%.

¿Dependemos del petróleo y el BCE?

Este fin de semana podíamos leer un interesante artículo en El Confidencial de mi admirado Carlos Sánchez alertando sobre la fragilidad de la recuperación, dependiente del precio del petróleo y la política expansiva del BCE. Ambos coincidimos en lo que llevo comentando desde 2013, una recuperación frágil y que no debemos dormirnos en los laureles y seguir reformando.

Pero no veo esos riesgos que otros comentan. Varias matizaciones:

Primero, España ya estaba en la senda de la recuperación con un petróleo a $113 por barril.

Segundo, España crece más y crea más empleo que otros países con sensibilidades superiores a la bajada del precio del petróleo (como muestra la tabla de UBS adjunta).

Tercero, la sensibilidad fundamental de la economía española, sobre todo para el consumo, es al precio de la gasolina en euros, no al crudo en dólares. Como los márgenes de refino han subido desde 2008 y el euro se ha depreciado contra el dólar, el impacto del crudo barato no es tan relevante como las estimaciones suelen apuntar. Porque la gasolina y el gasóleo no han bajado en la misma proporción. A pesar de ello, el consumo crece por encima de otros países con exposición similar al crudo.

La política del BCE de bajos tipos y expansión monetaria beneficia sobre todo a Italia, con una deuda sobre PIB del 134%, y el desempleo en ese país ha aumentado mientras la economía crece mucho menos que la española.

Por otro lado, la política del BCE no es una receta para España. El programa de recompra de 60.000 millones de euros mensuales “open ended” (sine die) no tiene un efecto de burbuja sobre España ya que no crecemos por aumento de crédito. De hecho, cuando algunos analistas (no Carlos Sanchez, ojo) dicen que el programa del BCE es responsable del crecimiento español a través de deuda lo que hacen es mentir cuando el crédito total concedido en España no ha aumentado (solo ha crecido en nuevas operaciones, como mencionábamos en esta columna, que es lo importante). Es decir, España crece sin expandir deuda a nivel total –privada y pública.

En cualquier caso, la política de los bancos centrales de tipos extremadamente bajos no es una exclusiva ni para España ni para Irlanda. Y tampoco es algo que deba defenderse, como ya hemos comentado en varias ocasiones. Pero cuando no se relanza la burbuja de crédito tampoco se puede achacar a esa política el crecimiento.

El riesgo para la economía española, como la irlandesa, es parar las reformas, entregarse a los errores de 2009, fiarlo todo al BCE y tirar de la chequera en blanco de “incentivar la demanda interna” con una sobrecapacidad industrial del 20%. Es decir, repetir el estímulo inútil y endeudado.

Ni Irlanda ni España han llevado a cabo recetas “ultraliberales” sino conservadoras, de prudencia y orientadas al crecimiento, no al intervencionismo. Eso separa a nuestros países de los desastres como Grecia. Si queremos tasas de paro y crecimientos de país anglosajón, lo que no podemos hacer es implementar políticas soviéticas.

“What doesn´t kill you only makes you stronger, and today I am strong enough”, John Wetton

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