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Hugo Borges de Sousa

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Participar del sueño americano

La elección de Barak Obama como primer presidente negro de EEUU marca un punto y aparte en la historia contemporánea y quedará como referencia para las

La elección de Barak Obama como primer presidente negro de EEUU marca un punto y aparte en la historia contemporánea y quedará como referencia para las futuras generaciones, historiadores y politólogos. Me parece interesante que este acontecimiento suceda precisamente en un momento de pánico generalizado, generado por las dudas sobre los pilares básicos del actual paradigma capitalista.

 

Sin lugar a dudas, el éxito de Obama reside en haber creado unos valores inclusivos y una noción de ciudadanía a los que cualquiera se ha podido sumar porque tales valores no son sectarios, sino que engloban a todos los americanos, independientemente de su raza, religión o condición social. El resurgido American Dream brinda al mundo entero la oportunidad de afrontar la crisis global con un nuevo espíritu. El carácter necesariamente global del esfuerzo por la construcción de un nuevo paradigma conlleva que los países tengan la obligación moral de aparcar resentimientos históricos o diferencias ideológicas para aunar esfuerzos y, de forma ágil y responsable, fijar un camino para la gran mayoría de los ciudadanos de nuestro planeta.

Los acuerdos de Breton Woods de julio de 1944 establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo. Allí se decidió la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, y el uso del dólar como moneda internacional (esas organizaciones se volvieron operacionales en 1946). La cumbre del G20 en Washington del próximo sábado marcará el inicio de un período de igual importancia, en el que se establecerán los cimientos de la reordenación del sistema mundial.

En los últimos 20 años hemos vivido, nada más y nada menos, que 7 crisis –el crash bolsista de 1987, la crisis inmobiliaria de finales de los ochenta y principios de los noventa, la crisis financiera mejicana, la crisis financiera asiática, la crisis de liquidez causada por LTCM, el estallido de la burbuja del NASDAQ y la amenaza asociada al caso ENRON. Actualmente la situación parece ser más grave que cualquiera de las mencionadas. Esto representa una crisis cada tres años.

La profundidad de los cambios necesarios para garantizar una nueva era de prosperidad nos obliga a recurrir a algo más allá de las meras herramientas macroeconómicas. Mantener posiciones del pasado será un lastre demasiado grande para la ineludible refundación del sistema. Los últimos meses han puesto en evidencia la imposibilidad de frenar la creciente debilidad de cada una de las economías individualmente. Los niveles de interrelación entre los diferentes países nos obligan a buscar soluciones conjuntas que defiendan la totalidad del sistema, y por lo tanto, de los países que lo componen.

El verdadero test de valoración de los sistemas políticos y económicos está no sólo en la creación de riqueza, sino también en su distribución. Fácil es amar la humanidad, difícil es cuidar a quien está cercano. El liderazgo del próximo presidente de EEUU ha sido parcialmente forjado a través de su experiencia al frente de labores sociales a favor de una importante franja desatendida de la población de Chicago. Ponemos así nuestras esperanzas más profundas en que el ejercicio de dibujar un nuevo sistema que encauce la economía mundial ponga el debido énfasis en una distribución adecuada de los frutos que todos esperamos alcanzar.

¿Tomará el FMI las riendas de la regulación financiera mundial en el futuro? ¿Cuál será el alcance del plan Big Bang que Obama está preparando y su impacto en la economía global? ¿Estarán los países europeos a la altura de las circunstancias para actuar en unidad de forma firme y coherente? Una cosa parece no haber cambiado: la importancia de las expectativas de los agentes económicos en el comportamiento de la economía. Hagámonos partícipes entonces del American Dream y sintamos que podemos cambiar el mundo si verdaderamente lo deseamos hacer y nos lo creemos.

 

Hugo Borges de Sousa, Vice-Presidente GBS Finanzas

La elección de Barak Obama como primer presidente negro de EEUU marca un punto y aparte en la historia contemporánea y quedará como referencia para las futuras generaciones, historiadores y politólogos. Me parece interesante que este acontecimiento suceda precisamente en un momento de pánico generalizado, generado por las dudas sobre los pilares básicos del actual paradigma capitalista.