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Hay que echarle un par de... emprendedores
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Daniel Galván

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Hay que echarle un par de... emprendedores

Un conocido pensador afirma que todo planteamiento estratégico choca enseguida con el conflicto entre los objetivos y las posibilidades de un negocio, y que pretender lo

Un conocido pensador afirma que todo planteamiento estratégico choca enseguida con el conflicto entre los objetivos y las posibilidades de un negocio, y que pretender lo imposible no es una buena estrategia, sino un simple despilfarro de recursos.

A principios de año escribí un artículo en este mismo foro, donde vaticinaba que para la primavera de 2010 veríamos los primeros síntomas de recuperación dejando atrás la crisis para recuperar la senda del crecimiento. Creo que me equivoqué claramente, ya que esto llevará algo más de tiempo. Quizás el motivo fue dejarse llevar alegremente por esa gigantesca campaña de marketing político desplegada en la mayoría de medios de comunicación, afines al Gobierno, donde todo el mundo hablaba en positivo y daba lecciones a los demás sobre predicción económica pero sin una base sólida que lo sustentara.

Confieso no haber recibido nunca clase en ese sitio tan bueno donde algunos aprenden economía en apenas dos tardes, pero aún así creo contar con datos suficientes para afirmar que hay poco margen de maniobra para afrontar esas necesarias reformas y recortes de las que todos hablan, y que llevan demorándose desde hace ya demasiado tiempo. Ciertamente, ayuda poco saber que vivimos en un país donde el 20% de la población ocupada son funcionarios, y cerca del 50% del presupuesto anual está en manos de reinos de taifas autonómicos, cuyos caciques difícilmente renunciarán a esos privilegios económicos adquiridos durante los últimos años, eso sí, disfrazados siempre con el pretexto de realidades nacionales y estatutos. Además de esto, ¿qué margen de negociación existe para llegar a acuerdos útiles, cuando en los Presupuestos Generales del Estado de este año se propone demorar los principales ajustes hasta después de las elecciones de 2013?

Mucha gente se ha cansado ya de la dieta que proponen nuestros gobernantes, basada en brindis al sol, comer conejo en Navidad para ahorrar y abundancia de vegetales para poder saborear esos insuperables brotes verdes….durante algún tiempo ha servido, pero a día de hoy este régimen para adelgazar ya no engaña a nadie.

En medio de toda esta marejada siempre retumba el mismo argumento sobre los bancos, a los que se les echa la culpa de todo lo que pasa… Seguro que muchos no estarán de acuerdo, pero quizás sea algo incompleto culpar de todo al sector financiero, a estas alturas de la película, habida cuenta de que parte del caos actual se debe en gran medida a que la curia política no ha sabido establecer los controles precisos. Es cierto que hay especulación, políticas poco éticas y falta de solidaridad, pero no debemos olvidar que la mayoría de entidades financieras son empresas privadas, con gestores que priorizan sanear sus balances en vez de arrimar el hombro. Desgraciadamente, algunos bancos son más vende-patrias que salvadores, para eso son entidades con ánimo de lucro… ¿De verdad creían que lo de ayudar a las pymes en su acceso al crédito iba a anteponerse a salvar sus propios barcos? 

A buenas horas espabilan en Bruselas con ese fondo de rescate de 750.000 millones de euros, aportado por los Estados miembros de la Eurozona y el FMI, para evitar el riesgo de impago de su deuda pública…

Por decirlo metafóricamente, en España tenemos un enfermo en la UVI sin empeorar, aunque tampoco podemos subirlo a planta. Con este panorama, cada vez vemos más empresarios que optan por vender sus negocios antes que afrontar en ellos el relevo generacional, ya que no ven el coraje que ellos mostraron al montar sus propias compañías décadas atrás.

Recientemente comentaba un viejo empresario que las nuevas generaciones nos hemos acostumbrado a vivir bien y que, aun siendo consciente del enorme paro y lo complicado de la situación para muchas empresas, muchos vivieron en la postguerra las restricciones al mercado de crédito y supieron salir adelante a golpe de imaginación, ilusión y afán de superación. Nombró a Ramón Areces, a Pepe Hidalgo y a otros muchos creadores de emporios empresariales sin padrinos, masters del universo ni una familia pudiente que les respaldara. “El problema es que hoy nos hemos acostumbrado a esperar”, decía.

Quizás ha sido exagerado su análisis, pero no le falta razón en lo último: estamos empezando a acostumbrarnos a esperar y muchos prefieren ponerse una venda en los ojos antes que creer la realidad de nuestro entorno.

“Hoy faltan emprendedores de verdad, con un par…, más ganas de trabajar y menos complejos”, decía de forma apasionada. Y concluyó: “muchas veces los jóvenes os equivocáis con la estrategia, el mayor acierto es no esperar nada de nadie, es la mejor garantía para evitar decepciones”.

Respecto a lo primero quizás esté parcialmente en desacuerdo, ya que resulta un argumento demasiado simplista; pero lo segundo invita a pensar en nuestra situación actual… demasiado vehemente, pero cuánta razón tiene el viejo, ¿o no?

Daniel Galván es vicepresidente de GBS Finanzas

Un conocido pensador afirma que todo planteamiento estratégico choca enseguida con el conflicto entre los objetivos y las posibilidades de un negocio, y que pretender lo imposible no es una buena estrategia, sino un simple despilfarro de recursos.