Madrid, ni lo intentes: los juegos de 2020 serán en India

Querida Cibeles, sabes que te respeto profundamente pese a ser la diosa del equipo rival al de mis amores, pero hazme caso: haz todo lo posible para que Madrid no se presente a las Olimpiadas de 2020. Mueve tus hilos o tus leones, habla con este alcalde o el que haya, pero tienes que conseguirlo: Madrid no debe presentar una nueva candidatura olímpica para 2020. Esos juegos ya tienen destino: India.

No perdamos el tiempo, no repitamos empecinamiento y cabezonería. No pienso unirme en Facebook a ningún grupo a favor de Madrid 2020 ni leeré noticias que promuevan la candidatura. Ojalá me equivoque y dentro de cuatro años me echéis este post en cara, pero no malgastaré mis energías para lo que considero una tarea imposible. No perdamos más dinero tampoco, que bastante deuda tenemos ya sobre nuestros hombros.

Aceptémoslo: el mundo está cambiando y nosotros con él. El poder occidental se debilita cada segundo que pasa, a cada momento cae la influencia de Estados Unidos y la vieja, cada vez más vieja, Europa, tanto en el orden económico como en el geopolítico. Y de Japón ni hablamos. El G8 ya no es el G8, sino el G20. Los mundos emergentes ya no están aislados. Internet y las nuevas tecnologías han aplanado el planeta Tierra, su estructura.

Como ha pasado con los núcleos de poder en ciertos sectores económicos, las redes mundiales ya no son centralizadas, sino distribuidas. No hay ya un vértice que domina los demás núcleos, sino una variedad de supernodos, algunos con más peso que otros, que generan más conexiones entre el resto de puntos. ¿Cómo se muestran estos conceptos abstractos en la realidad? Por si el ridículo olímpico de Obama en Copenhage no basta, echemos un vistazo a los grandes eventos deportivos recientes y futuros.

De las grandes citas celebradas y por celebrar, apenas vemos un par de concesiones al viejo mundo: los juegos de invierno de 2010 en Canadá y los de verano de Londres 2012 (la gran oportunidad perdida por Madrid). Pero miremos al resto: Juegos de 2008, China; Mundial de fútbol de 2010: Sudáfrica; Juegos de invierno de 2014: Rusia; Mundial de fútbol de 2014, Brasil;  Juegos Olímpicos de 2016, Brasil…  

De los gigantes BRIC, tan sólo falta India por tener su gran evento, su gran demostración de importancia en el nuevo orden mundial. Ellos lo saben, y el COI también. Por eso ellos ya han dejado claro que están trabajando en presentar una candidatura olímpica y Jacques Rogge, el actual presidente del olimpismo internacional, les ha abierto la puerta de par en par.

India tendrá la gran prueba de fuego en 2010, cuando Delhi será la sede de los Juegos de la Commonwealth. Pero estos ya se le quedan pequeños: es una competición organizada por países libres e independientes, pero bajo la corona de la Reina de Inglaterra, una estructura que emergió del tiempo de la descolonización y que empieza a quedar desfasada. Sobre todo en el caso de India, que debe empezar a mirar ya muy por encima del Palacio de Buckingham.

A los escépticos con mi tesis, simplemente os invito a meditar sobre este dato: en 2011, dos años antes de la elección de la ciudad que celebrará los juegos de 2020, la deuda per cápita en España rozará los 22.500 dólares, más o menos en la media del resto de grandes potencias desarrolladas, mientras que en India tan sólo será de 730 dólares, más o menos en la media de las grandes potencias emergentes, según este estudio de The Economist. ¿Alguna duda más?

Pues os dejo aquí mi último gran argumento, que para mí es el más contundentes: en 2010 y 2011 (hablo de este año porque es el último del que hay previsiones algo fiables) India será el gran país mundial donde más crecerá la economía, al 8 y al 8,5 por ciento, respectivamente según el Banco Mundial, cuatro veces más que las economías que ahora consideramos más desarrolladas.  ¿Alguna duda más? ¿Pues cómo se te queda el cuerpo si te digo que China ha dado su apoyo a la candidatura de India y que para 2020 se espera que ambas economías controlen cerca del 65% del comercio mundial?

Querida Cibeles, ni lo intentes.