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Un zumo de bajistas con muchas mandarinas
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Vicente Varó

No Brain, No Gain

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Un zumo de bajistas con muchas mandarinas

El primer aviso serio llegó hace casi un año, a finales de octubre. Miles de inversores ávidos de dinero fácil tenían abiertas estrategias bajistas sobre Volkswagen

El primer aviso serio llegó hace casi un año, a finales de octubre. Miles de inversores ávidos de dinero fácil tenían abiertas estrategias bajistas sobre Volkswagen que les funcionaban bien, muy bien, hasta que una jugada maestra de Porsche les exprimió por completo. Anunció que compraría acciones y los bajistas se pusieron, como alma que lleva el diablo, a cerrar posiciones con gigantescas minusvalías.

Es lo que se conoce como “short squeeze”, o Zumo de Bajistas, como lo tradujo Rubén J. Lapetra entonces. Quizá no hayamos tenido otro caso tan extremo como aquel, que haya provocado tantos titulares, pero lo cierto es que desde mínimos de marzo estamos teniendo una cantidad impensable de naranjas exprimidas, de inversores que han tenido que ir cerrando sus posiciones perdiendo todo el jugo de sus carteras mientras las bolsas no dejaban de subir.

 Y la mayoría de estos zumos no se están sacando de exprimir naranjas hermosas, los grandes inversores, sino de los más pequeños, lo que vendría a ser mandarinas siguiendo la metáfora frugal. Muchos de ellos hasta ahora no sabían ni cómo ponerse cortos, pero la democratización de las herramientas más sofisticadas de inversión se lo ha facilitado.

Yo esto lo imaginaba, pero me lo confirmó este martes Mariam Pérez-Camino, la responsable de warrants de BNP Paribas, tal como conté en el blog de Unience. Me dijo que la inmensa mayoría de los inversores que están operando con ellos a través de estos productos llevan meses abriendo estrategias bajistas, que lógicamente les acaban resultando perniciosas.

También me contaba Marian, como explico en el blog, que ellos les están insistiendo a los clientes que tengan cuidado con estas estrategias, que la tendencia del mercado es alcista, pero que muchos de ellos siguen empeñados en tomar posiciones a la baja, a la espera del recorte que no acaba de llegar. Y claro, esto no deja de ser un problema para el negocio, ya que cuando los inversores pierden dinero tienden a reducir la operativa.

Para que no se me entienda mal, no me quejo de la democratización de las herramientas más sofisticadas de inversión. Pero sí quiero llamar la atención sobre un hecho curioso: hasta ahora el inversor particular sólo se equivocaba cuando compraba tarde y el mercado se desplomaba y no vendía, pero ahora el riesgo es doble. Te puedes equivocar dos veces: cuando la bolsa sube y cuando cae.

En esta crisis, muchos inversores no sólo se llevaron el descenso inicial, sino que también han sido vapuleados durante el mercado alcista. Esto se puede ver reflejado también en el tono agrio y duro que se pueden leer en los comentarios de los blogs y noticias que han venido apuntando a la mejoría económica.

También en el hecho de que dos de los blogs que más éxito tienen en España, como el de McCoy o el de Marc Vidal (Ambos saben que les profeso admiración, tengamos visiones contrapuestas de la situación o no), mantengan una visión negativa del mercado. Además de por la valía de sus autores, creo que muchos lectores se identifican con ellos porque sus artículos suponen un respaldo de esa visión negativa del mercado, esa insistencia en no creerse la recuperación del mercado, que lleva meses sin funcionarles.

El primer aviso serio llegó hace casi un año, a finales de octubre. Miles de inversores ávidos de dinero fácil tenían abiertas estrategias bajistas sobre Volkswagen que les funcionaban bien, muy bien, hasta que una jugada maestra de Porsche les exprimió por completo. Anunció que compraría acciones y los bajistas se pusieron, como alma que lleva el diablo, a cerrar posiciones con gigantescas minusvalías.