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Zapatero, no dimitas, sacrifícate
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Vicente Varó

No Brain, No Gain

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Zapatero, no dimitas, sacrifícate

Querido presidente del Gobierno, seamos francos: no vas a ganar las próximas elecciones. Y tú lo sabes. Tú y las encuestas que manejas en tu partido.

Querido presidente del Gobierno, seamos francos: no vas a ganar las próximas elecciones. Y tú lo sabes. Tú y las encuestas que manejas en tu partido. Sabes bien que no hay partido político, por rematadamente mal que lo haga la oposición, como ha sido el caso, que gane unas elecciones generales con más de un 20% de paro, por ser suaves con la cifra.

Puede que los mercados exageraran la semana pasada su reacción, te lo concedo. Pero la realidad es la que es: nuestra imagen económica entre las voces financieras más reconocidas internacionalmente es lamentable. Si ya estábamos haciéndolo mal, el paripé de las últimas estimaciones de crecimiento ilusorias, metidas con calzador en la actualización del plan de estabilidad, han sido la gota que colma.

Y no busquemos más excusas, ya está bien de excusas. Puede que haya algún “especulador” dando vueltas por ahí, pero nuestra situación financiera es triste. Muy triste, como escribía la semana pasada Luis Garicano en Nada es Gratis, en este post que para mí es de obligada lectura.

Culpar al especulador internacional del aumento del riesgo país es “como culpar al espejo porque hoy te ves más viejo que ayer”, que me decía el viernes un amigo. Los hedge funds son una consecuencia de la situación, no una causa.

Además, tampoco se crean que es tan fácil especular con España. Como me decía el viernes un gestor de hedge fund en Londres, que precisamente estaba corto de prima de riesgo española (esperando que aumentara el riesgo como ha sucedido), “jugar con CDS (credit default swaps, o seguros de crédito) es casi como la lotería. Son muchas veces ilógicos e irracionales, a parte de difíciles de valorar”. De hecho, me contó que estaban a punto de cerrar la posición bajista, no porque vieran a España mejor si no por pura gestión de riesgos.

Las otras opciones para “atacar especulativamente a España” sería tomar posiciones cortas en valores de la bolsa española. Pero aquí el riesgo de liquidez también es desproporcionado, y apenas sí se pueden tomar grandes posiciones en el puñado de grandes valores que tenemos en el mercado español, que irónicamente son los que menos dependencia tienen de España en sus ingresos. Además, en las pequeñas y medianas empresas, el riesgo de short squeeze (de que el bajista se quede atrapado si hay una espiral alcista) es extraordinario.

Yo no creo que estemos ante un problema de impago de deuda. No vamos a hacer default, por lo menos en un plazo razonable de tiempo. Pero ahora mismo eso no es lo más importante. La clave es que hemos perdido la confianza del inversor internacional porque no nos ven capaces de afrontar los problemas que tenemos dentro. Y para una vez que hacemos una propuesta de reforma fiscal valiente, poco después nos retractamos.

Como decía la semana pasada Niels Jensen, autor de The absolute return newsletter: “El problema es que en España hablar es gratis”. Y eso vale aquí para mantener vivo el debate entre los medios más cercanos a cada partido político, para que los editoriales sean divertidos y emocionantes, pero fuera nos genera una losa difícil de levantar.

Hacer las reformas que nos pide la comunidad financiera internacional, y que realmente necesitamos para recuperar su confianza, implica un suicidio político en España. Supone huelgas generales de trabajadores, manifestaciones, grupos en Facebook como el célebre “Va a trabajar hasta los 67 años tu puta madre”, con cerca de 430.000 miembros ya… Pero es la única solución.

Querido Zapatero, al fin y al cabo, tu tardanza en reconocer la realidad, junto con la procastinación de medidas dólorosas pero necesarias, nos han traído hasta aquí. Ahora ya no es culpa de las subprime y de los americanos… EEUU y la eurozona ya han vuelto a crecer. Ahora son los otros países quienes dicen que la culpa es de España. El tiempo no ha curado la hemorragia. No ha desaparecido el dolor, sino que se ha infectado aún más la herida.

Te equivocaste de pasaje el día de la oración con Obama. Debías haber elegido una que hiciera referencia a los mártires. Es lo que nos queda: que fuerces la máquina, que lleves a cabo esas reformas dolorosas que te han reiterado en Davos, que te ha señalado hasta el Banco de España… Sí, perderás toda esperanza de ganar las elecciones, pero dejarás el camino algo más despejado para el que venga detrás pueda recuperar la economía del país. De lo contrario, perderás y encima dejarás toda la basura al nuevo presidente, además de retrasar aún más el problema. Por favor, no dimitas, inmólate.

Querido presidente del Gobierno, seamos francos: no vas a ganar las próximas elecciones. Y tú lo sabes. Tú y las encuestas que manejas en tu partido. Sabes bien que no hay partido político, por rematadamente mal que lo haga la oposición, como ha sido el caso, que gane unas elecciones generales con más de un 20% de paro, por ser suaves con la cifra.