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Vicente Varó

No Brain, No Gain

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Colgados... de las pantallas

La semana pasada, en el blog de Unience, profundicé en uno de los puntos que traté en mi último post en Cotizalia: el riesgo de estar

La semana pasada, en el blog de Unience, profundicé en uno de los puntos que traté en mi último post en Cotizalia: el riesgo de estar todo el día colgado de las pantallas de cotizaciones bursátiles.

Lo hice tomando como ejemplo precisamente las palabras de Alberto Artero en su intervención en Financial Congress, que en un momento dado dijo “sólo miro los mercados una vez a la semana” (en profundidad, se entendía). Aquello generó cierta conversación y a mí me gustó sacar el tema a colación. ¿Cuál es mi visión?

Yo, personalmente, también lo creo. La mayoría de las veces pegarse al tiempo real y a los cambios en las cotizaciones al minuto provoca además un desgaste emocional y personal que acaba afectándote incluso en tu vida privada.

La adrenalina de los cambios en los precios puede ser muy adictiva, aunque en frío y para alguien que no sigue los mercados pueda parecer absolutamente trivial. Vale, Vicente… ¿Pero qué pasa con los profesionales? Ellos si están obligados a seguir constantemente las cotizaciones…

Pues depende: pensemos en el mejor inversor del mundo en empresas, Warren Buffett, y en el de mayor éxito en renta fija, Bill Gross. Del primero es conocida esa frase en la que venía a decir que sólo invertía en empresas en las que no le importara que estuviera cerrado el mercado 20 años. No parece que estuviera demasiado pendiente del minuto a minuto…

¿Y Gross? Yo no sabía, pero según me contó Enrique Borrajeros en este comentario, Gross dice que la parte más importante de su jornada de trabajo no está frente a Bloomberg. Dice que uno podría estar el día entero leyendo informes de análisis y que se obliga a no dedicar un minuto a cosas que no le aportan.

Creo que esta última frase es la clave. ¿Realmente te aporta algo estar todo el día colgado de las pantallas de cotizaciones? ¿Tomas más o menos decisiones de inversión esos días? ¿Te han ido mejor o peor las operaciones que has hecho siguiendo el tiempo real del mercado?

Deberías saber las respuestas a estas preguntas, y actuar en consecuencia. Si el saldo es positivo, puede que seas un buen trader, frío y calculador, que no te dejas llevar por las emociones, y que éste sea tu estilo de inversor. Ahora bien, si eres como yo creo que somos la mayoría de los inversores: relájate y disfruta.

Yo me pondría como norma no tomar decisiones de inversión en el momento en que se producen los movimientos, sino con los mercados cerrados, pensando con más frialdad. Al final, la diferencia en rentabilidad no será tanta, y la decisión la habrás tomado menos influido por las emociones.

La semana pasada, en el blog de Unience, profundicé en uno de los puntos que traté en mi último post en Cotizalia: el riesgo de estar todo el día colgado de las pantallas de cotizaciones bursátiles.