Plaza Accord, la historia se repite

Años 80, la economía USA se ve golpeada por la "segunda crisis del petróleo" motivada por una revuelta en Irán en donde se tumbaría al líder del país y amigo de los americanos "el Sha", y posterior guerra de éstos contra Irak. Esto provoca un aumento de los precios del petróleo y por tanto de la inflación, que el presidente de la Reserva Federal, Volcker, combatiría con una política ortodoxa y un dólar fuerte.

Cuando la crisis se descongestiona, la inflación se reduce y USA vuelve a crecer. Sólo hay un problema, el déficit por cuenta corriente amenaza con dispararse y el dólar sigue alto por las políticas llevadas a cabo. Las miradas se dirigen a Europa, que cuenta con superávit comercial y también al emergente Japón, que ya cuenta con un espacio en las altas esferas. Estos dos regiones estaban en el extremo opuesto a USA, su comercio iba bien, pero su crecimiento era anémico, si no negativo.

En 1985 James Baker, mano derecha de los Bush y amigo de las políticas monetarias laxas (de hecho se refirió a Vocker cuando fue substituido por Greenspan en el 1987 en los siguientes términos "por fin nos hemos librado de ese hijo de puta") se convierte en Secretario del Tesoro, y rapidamente ve una solución al problema. Hay que conseguir que los europeos y japoneses aprecien su divisa. Dicho y hecho.

El 22 de Septiembre de 1985 se reúnen Francia, Alemania, Japón, UK y USA en el Hotel Plaza de NYC. USA muestra sus cartas, si los demás no aumentan el valor de sus divisas nada podrán hacer para que el Congreso no imponga aranceles, lo que provocaría que las economías de Europa y Japón se quedasen sin su superávit y tuviesen aún menos crecimiento. Aceptaron.

Curioso es que dichas regiones habían comprado numerosa deuda pública americana financiando su déficit comercial, con la posterior devaluación lo financiaron doblemente. Un caso más grave aún fue el de Japón, a quien algunos economistas veían como la gran rival por su rápido crecimiento en los últimos años. Se le "invitó" a depender de su consumo interno, a pesar de que su economía no estaba preparada tras tantos años dedicados a exportar. La década perdida empezó aquí.

Los resultados de este experimento son más que discutidos, se dice que en un año la devaluación del dólar llegó al 40% pero eso no consiguió mejorar el déficit de cuenta corriente de USA, en teoría el principal objetivo del acuerdo. La presión a la baja del dólar es tan fuerte que en 1987 se realiza en Louvre una nueva reunión. Se acuerda dejar de llevar a cabo esta intervención, y, secretamente, se establece una banda de fluctuación del 10% sobre los términos que estaban vigentes. Greenspan en vez de apoyar el tratado siendo firme en su política, inyectó más y más liquidez al sistema, el resultado todos lo conocemos.

¿A alguien le extraña que China no firme un "nuevo Acuerdo Plaza"? ¿A alguien le extraña que China diga que el déficit de USA es estructural? ¿A alguien le extraña que China no quiera acabar como Japón?