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Un mundo de divisas de frenopático
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Kike Vázquez

Perlas de Kike

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Un mundo de divisas de frenopático

No se engañen por la aparente tranquilidad del euro y del dólar, cuyo tipo de cambio se encuentra cómodamente instalado alrededor del 1,30, porque el mundo,

No se engañen por la aparente tranquilidad del euro y del dólar, cuyo tipo de cambio se encuentra cómodamente instalado alrededor del 1,30, porque el mundo, más allá de nuestras fronteras occidentales, se está volviendo loco. Observen, si no, lo ocurrido en el mes de mayo con algunos cruces de divisas. A continuación pueden ver varias gráficas donde se representan el rand sudafricano, la rupia india, el dólar australiano, el real brasileño y la lira turca. ¿La característica común? En mayo las ventas han sido generalizadas.

 

 

Los cruces de divisas están puestos de tal forma que una caída frente al dólar se representa con una caída en la gráfica y viceversa. Podemos comprobar que mayo ha sido un 'mes negro' para todas ellas, al romper soportes importantes como es el caso del dólar australiano, que ha perdido la paridad con el dólar estadounidense, al situarse en mínimos 'post-Lehman' como es el caso del rand sudafricano o del real brasileño, o al alcanzar mínimos de importancia histórica como es el caso de la rupia india o la lira turca. Como diría un anglosajón, ¡un auténtico bloodbath!

 

¿Qué ha pasado? O mejor dicho, ¿cuál es la versión oficial sobre lo que ha pasado? Pues como no podía ser de otro modo, y como dicen los anglosajones… Blame the FED! Argumento que sirve igual para un roto que para un descosido, y que permite salir airoso de cualquier pregunta a nivel macroeconómico que deba ser respondida con premura. El razonamiento es el siguiente: las recientes dudas al respecto de una futura continuidad en las políticas de expansión monetaria por parte de la Reserva Federal han sembrado el miedo, pero no lo han sembrado en Europa o EEUU, sino en los más 'beneficiados' del dinero de dicha expansión: los países emergentes.

 

Y entrecomillo la palabra 'beneficiados' porque, si no, el ministro de Finanzas de Brasil Guido Mantega puede enfadarse conmigo, pues fue él quien acuño el término 'guerra de divisas' por las acciones de Occidente y posterior entrada masiva de capitales especulativos en el país, como también puede hacerlo Tailandia, donde actualmente se debate el poner coto al flujo de capitales con algún tipo de restricción. Con 'beneficiados' me refiero a ser receptores de una importante cantidad de recursos provenientes de los estímulos de Occidente, y si bien la visión de Guido puede ser parcial, como dice Deutsche Bank “Let’s call it competitive ultra-easing”. El caso es que haber algo hay, sea con el nombre que sea.

 

Yo prefiero el nombre de competitive ultra-easing en lugar de currency war por ejemplificar mucho mejor el hecho de que EEUU o Japón no buscan una devaluación de la moneda para exportar, sino para estimular su propia economía, provocando con ello efectos colaterales. El objetivo principal es muy importante, porque si ya este puede resultar incierto, como para resultar certeros los pronósticos de segundo grado. De hecho, ¿dónde está la devaluación del dólar estadounidense? El USDX lleva meses subiendo. En cualquier caso, y más allá del nombre, los efectos están ahí: observen la siguiente gráfica.

 

 

Tras una expansión monetaria, una divisa puede subir o caer en función de los efectos provocados en el propio país, por ejemplo a nivel de crecimiento, y en cómo esté su entorno, pero donde parece existir unanimidad es que los activos de más riesgo se verán beneficiados. ¿Y cuáles son los activos de más riesgo? Pues es, por ejemplo, el high yield, que recientemente nos ha sorprendido bajando de la barrera del 5% en EEUU, o son los activos en países emergentes que, según los datos de EPFR recopilados por BofAML, habrían vivido su particular primavera en meses anteriores, y también su particular invierno en la última semana de la que existen datos.

 

Así que, ¿eso es todo? ¿Blame the FED y ya está? Ojalá fuese así, pero la realidad parece indicar que también hay motivos internos en dichos países de los que preocuparse. Hemos visto una cara de la moneda, ahora toca su reverso. Una característica común en Brasil, Australia, Sudáfrica, Turquía e India, es que todos tienen una cuenta corriente negativa necesitando dinero externo para crecer, todos son deudores internacionales y todos presentan cierta incertidumbre sobre su futuro crecimiento.

 

Turquía, Sudáfrica, Australia, Brasil e India

 

Por ejemplo, Turquía presentó en 2012 un déficit en su cuenta corriente de 48.9 mil millones de dólares, lo que equivale a un 6% de su PIB. Mucho mejor que el 10% de 2011, pero igualmente desequilibrado, especialmente teniendo en cuenta que, según datos del FMI, su NIIP (posición internacional neta) es del -50% del PIB a finales de 2012 y que, según datos de Bloomberg, tiene el tercer peor déficit de cuenta corriente de todo el mundo. Y eso pasando por alto el levantamiento existente en el país contra una supuesta deriva autocrática del Primer Ministro Erdogan.

 

Un caso similar es Sudáfrica, en teoría la economía más prospera de África, en realidad con el cuarto mayor déficit por cuenta corriente del mundo según Bloomberg con un 6% del PIB y un crecimiento del 1.9%. En este caso no estamos ante un desequilibrio tan notable como el anterior, pues su NIIP está prácticamente en equilibrio, un -7% del PIB en 2011, si bien se esperan futuras bajadas de rating entre otras cosas por las intensas protestas existentes en el mundo minero. Teniendo en cuenta que las materias primas suponen más del 50% de sus exportaciones, tanto las protestas como las recientes caídas en los precios, dan que pensar.

 

Algo que parece bastante lógico es que si un país depende del dinero que viene del exterior para crecer, cuenta corriente negativa, será de los más perjudicados si ese dinero desaparece. Por ello no es extraño que Turquía y Sudáfrica sean de los más afectados si se produce una salida inversora de los emergentes.

 

No emergente pero con similares síntomas tenemos a Australia, quien ¡no ha conseguido generar un mísero superávit en su cuenta corriente desde el año 1964! Normal que su NIIP se sitúe ya cerca del -60% del PIB a finales de 2012. ¿Lo peor? Su dependencia de China y las materias primas. Si en el mejor de los escenarios posibles, proveedores del mayor crecimiento mundial de los últimos tiempos y con altos precios en las materias primas, no han conseguido un crecimiento más equilibrado, ¿qué ocurrirá si en algún momento el escenario no es tan favorable? China crece menos y los precios de las commodities van en descenso, yo diría que es bastante lógico que el dólar australiano se resienta. Si bien el hecho de que sea ahora parece ser fruto de la ruptura del carry trade por la bajada de tipos del RBA ante la incertidumbre del crecimiento futuro.

 

¿Hay más? Claro, en el caso de Brasil ocurre algo similar a Australia, con un favorable entorno para exportar sus materias primas, pero al mismo tiempo unos tipos altos que favorecían el carry trade, se han convertido en no competitivos y su cuenta corriente se ha transformado en negativa. El mayor problema en este caso no es China, sino que el dinero exterior lo han usado para crear una economía basada en el consumo a crédito, alcanzando uno de los mayores ratios del mundo en carga financiera sobre renta disponible, casi un 20% (por encima del 14% de las subprime EEUU). No más deuda, no más party, y crecimiento por debajo del 3%.

 

En el caso de India, aunque actualmente presente un similar desequilibrio en su cuenta corriente, la realidad es que su NIIP está casi en equilibrio con un -12% del PIB en 2012. Quizá le penalice el hecho de ver evolucionar su PIB del doble dígito al 5%, y bajando, en solo 2 años. Nadie quiere coger un cuchillo cayendo, y en este momento India, mientras no demuestre lo contrario, lo es. Además su legislación y funcionamiento interno siguen creando dudas.

 

Hay más ejemplos en este mundo de divisas de frenopático, pero creo que los mencionados son representativos y significativos. Esto no quiere decir que el futuro vaya a ser rojo ni verde, pues será la evolución quien condiciones el devenir, pero sí es interesante ver los primeros síntomas de un supuesto final a los estímulos monetarios. Paradójicamente los afectados están a miles de kilómetros de lo que a priori podría parecer, no son Europa ni EEUU, son los emergentes. "Be prepared for a possible reversal when the economies of the US and Europe pick up again” dice el ADB. ¿Alguien lo compra?

No se engañen por la aparente tranquilidad del euro y del dólar, cuyo tipo de cambio se encuentra cómodamente instalado alrededor del 1,30, porque el mundo, más allá de nuestras fronteras occidentales, se está volviendo loco. Observen, si no, lo ocurrido en el mes de mayo con algunos cruces de divisas. A continuación pueden ver varias gráficas donde se representan el rand sudafricano, la rupia india, el dólar australiano, el real brasileño y la lira turca. ¿La característica común? En mayo las ventas han sido generalizadas.