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La verdadera Marca España sale a la luz
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Kike Vázquez

Perlas de Kike

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La verdadera Marca España sale a la luz

No hay descripción literaria posible para definir un suceso como el ocurrido en la noche del 24 de julio en Angrois, y menos para alguien como

No hay descripción literaria posible para definir un suceso como el ocurrido en la noche del 24 de julio en Angrois, y menos para alguien como yo, muy acostumbrado a escribir sobre los vaivenes de la actualidad económica pero muy poco versado sobre las derivas que nos provoca nuestro corazón. Es trágico, desgarrador, triste, espeluznante, y una larga lista de palabras que podríamos utilizar, si bien, en estos casos, por muy rica que sea una lengua, no acierta a describir los sentimientos que algo así puede provocar, o al menos yo no acierto a hacerlo. Es una empatía que se trasforma en pena, y que ahí se queda, sin nada que puedas hacer al respecto… más que sentirlo.

Hay, sin embargo, una serie de ciudadanos que simplemente no han tenido tiempo de pensar en el dolor porque simplemente han pasado a la acción, tratando de modificar el destino, tratando de evitar que lo inevitable sucediese luchando hasta el último minuto. El desenlace ha sido fatal, pero no sabemos cuánto peor habría sido si no fuese por esos cientos de personas, héroes anónimos, que aquella noche lo dieron todo sin esperar nada a cambio. Protagonistas que no querían serlo, sin cuya ayuda algunos pasajeros rescatados del tren accidentado no habrían vuelto a nacer.

Vecinos de Angrois que desde el minuto uno salieron de sus casas, sin pensar en si ponían en peligro su propia integridad, si podría haber sido un atentado… sólo salieron y lo dieron todo, incluso sus propios bienes y víveres. Servicios sanitarios, policiales y de salvamento que, por muy acostumbrados que estén a lidiar con sucesos y situaciones límite, son personas de carne y hueso que también se pueden ver sobrepasadas por un acontecimiento inaudito, que también tienen sentimientos y miedos, pero cuya profesionalidad, preparación y humanidad demostró estar a un nivel muy alto.

Donantes que, a los pocos minutos de conocerse lo sucedido, y las necesidades de sangre existentes, colapsaron literalmente los servicios de emergencias. Profesionales sanitarios de vacaciones o en paro que acudieron sin dudarlo a la llamada de auxilio. Hosteleros que cedieron sus alojamientos para que los familiares o colaboradores tuviesen un sitio donde dormir si así lo deseaban. Enfermos que pidieron el alta voluntaria para dejar sus habitaciones a quien más lo necesitaba... HÉROES, héroes con mayúsculas. Héroes anónimos que simplemente demostraron que, por mucho que se diga de nuestro país, tenemos algo de lo que muy pocos pueden presumir, y es una sociedad compuesta por PERSONAS, personas con mayúsculas como sus actos.

Son casos ya conocidos pero que vale la pena repetir una y otra vez, y es que no sólo han conseguido minimizar una masacre, han conseguido que por primera vez nos demos cuenta de lo que es realmente la tan mentada Marca España. Marca España no es la que se ve reflejada por nuestros políticos, tampoco es lo que querían transmitir las principales empresas de nuestro país gastándose varios millones de euros en crear dicho concepto. Marca España es ese bombero que sacó una niña de las vías del tren, es ese pueblo que se organizó ante un evento imposible, son todos los profesionales que trabajaron sin descanso por minimizar la catástrofe. Marca España somos todos nosotros.

Es la ayuda a un tren descarrilado, pero también son las miles de personas que llegaron desde todos los lugares para ayudar en el desastre del Prestige, o las miles de personas que salieron a las calles y clamaron por la liberación de Miguel Ángel Blanco, o quienes lloraron y se enmudecieron en aquel 11 de marzo de 2004. Marca España es la solidaridad de un pueblo que siempre da la cara cuando hay que darla, y eso es más que el PIB o la economía, es humanidad. Por ello, sintámonos avergonzados de nuestras miserias, cambiemos nuestros errores, pero no dejemos que las circunstancias y lo que algunos dicen borren también lo que somos, que es mucho.

Deseo que nunca se olvide a las víctimas, en paz descansen, puesto que es el recuerdo quien podrá mantenerlas vivas por siempre, pero también deseo que esta idea que emerge nos impregne y nos dé las fuerzas para seguir adelante y convertir a nuestro país en algo mejor. No podría existir un mejor homenaje para ellos. Un pequeño paréntesis en la temática de esta sección realizado como humilde deferencia a las víctimas, y como voz a las decenas y decenas de personas que han reinventado la Marca España desde las redes sociales, los medios, o desde la calle. No sólo con las palabras, sino especialmente con los actos, actos de esas personas con mayúsculas que día a día hacen de este mundo un lugar mejor. Gracias. Muchas gracias.

No hay descripción literaria posible para definir un suceso como el ocurrido en la noche del 24 de julio en Angrois, y menos para alguien como yo, muy acostumbrado a escribir sobre los vaivenes de la actualidad económica pero muy poco versado sobre las derivas que nos provoca nuestro corazón. Es trágico, desgarrador, triste, espeluznante, y una larga lista de palabras que podríamos utilizar, si bien, en estos casos, por muy rica que sea una lengua, no acierta a describir los sentimientos que algo así puede provocar, o al menos yo no acierto a hacerlo. Es una empatía que se trasforma en pena, y que ahí se queda, sin nada que puedas hacer al respecto… más que sentirlo.

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