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All in: el dinero vuelve a mirar a Grecia
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Kike Vázquez

Perlas de Kike

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All in: el dinero vuelve a mirar a Grecia

Grecia saldrá del euro, España quebrará, Italia también, Francia pondrá el punto y final a la Eurozona… Hace tan solo unos meses existía tal espiral de

Grecia saldrá del euro, España quebrará, Italia también, Francia pondrá el punto y final a la Eurozona… Hace tan solo unos meses existía tal espiral de pesimismo que nadie se atrevía a negar ni el más extremo de los escenarios. Quizá podemos situar el punto álgido en julio de 2012 cuando Willem Buiter, economista jefe de Citigroup y una de las voces más respetadas sobre el sistema financiero, situó en un 90% las probabilidades del país heleno de abandonar la moneda única, algo que bautizó como “Grexit”. Fue entonces cuando apareció Draghi, fue entonces cuando la convergencia competitiva de la periferia retornó cual ave fénix, y lo que parecía un colapso total se transformó en una oportunidad no vista en años.

En el tercer trimestre de este año Europa ha sido la mejor inversión posible y, dentro de Europa, el IBEX35 está liderando las ganancias al son que marca el sistema financiero. Si bien, lo más sorprendente no es que un país como España lidere las ganancias, lo más sorprendente es que, a medida que la euforia avanza, ¡el dinero vuelve a mirar a Grecia! Un país dado por muerto y sepultado parece posicionarse como la inversión más chic de los próximos meses. ¿Se habrán vuelto locos estos romanos o es que Grecia, por fin, resucita?

Hecho número uno: el PIB empieza a sorprender positivamente en lugar de negativamente. En 2013 las estimaciones hablan de una caída del -4,2%, si bien la realidad parece que se acercará más al -3,8%. Puede parecer que un -3,8% es aun una cifra realmente pesimista, y lo es, pero será la primera vez que Grecia mejore los pronósticos. Es más, en 2014 todo apunta a que saldrán de la recesión con un crecimiento del +0,6% para el conjunto del año, tras 6 años de depresión y un -23% de PIB. ¡Casi nada!

Hecho número dos: las finanzas públicas empiezan a estabilizarse. Puede parecer una afirmación más propia del delirio que de la observación de los hechos, pero Grecia en el año 2013 puede alcanzar algo tan importante, y tan inviable para países como España, como un superávit primario. Esto unido a que tras la reestructuración el país heleno paga por su deuda pública una cantidad próxima al 3% del PIB, menos que cualquier país periférico e incluso que EEUU, sienta las bases de empezar a reducir su ratio de deuda pública sobre PIB. El 176% de 2013 será, con suerte, el punto de inflexión.

Hecho número tres: convergencia competitiva. Grecia no solo ha realizado el mayor ajuste fiscal desde la Segunda Guerra Mundial, también ha conseguido que su cuenta corriente pase de un -15% sobre el PIB en el año 2008 a un resultado próximo al 0% sobre el PIB en el año 2013. Además, confiemos en ello como salida de la crisis o no, estamos ante el país que más ha ajustado los salarios en los últimos años, puesto que es el único país europeo en donde los costes laborales unitarios se han reducido tomando como referencia el año 2005.

¿Descorchamos el champán? Cualquier persona en su sano juicio diría, ¡ni loco, si aun tienen una deuda pública del 176% del PIB! Dato que es correcto. Sin embargo lo que se esconde detrás de ese dato es que, como ya hemos comentado, dicha deuda pública supone un pago deintereses para los helenos similar al delos estadounidenses, siendo éstos “el centro financiero del mundo”. Como además cuentan con años de carencia, aefectos prácticos es como si Grecia estuviese endeudada públicamente menos que España o Estados Unidos, ¡lo importante no es la deuda es cuanto se paga por ella! En otras palabras, el principal motivo de preocupación no es real.

Un país con un endeudamiento privado medio, con un endeudamiento público -a efectos prácticos- medio, con superávit primario, con perspectivas de crecimiento, con un déficit en cuenta corriente insignificante y todo ello mejorando… ¿descorchamos el champán o no? Desde luego dichos datos son de un país que tiene buena pinta, el problema real es cómo hemos llegado hasta aquí, esto es, Grecia ha tenido que ser rescatada y está fuera del mercado, por tanto sufre para encontrar financiación para su economía privada y pagará lo indecible para encontrarla para su economía pública. El problema ya no son los números, es la confianza.

¿Quién garantiza que el default no se volverá a repetir? ¿Quién garantiza que los griegos harán las cosas mejor que en la última década? Porque claro, ningún acreedor estará dispuesto a que Grecia tenga unos excelentes números a costa de sufrir pérdidas una y otra vez. Por el momento solo tenemos promesas y pronósticos, porque todo lo que ha ocurrido es que los acreedores han perdido dinero y los helenos no han repagado un duro. O lo que es lo mismo, para descorchar el champán necesitamos que todo siga yendo bien económicamente hablando y que vuelvan los inversores.

¿Volverán los inversores? ¡Algunos ya están aquí! Paulson, el de las subprime, es el mayor abanderado del “Grecovery”. Tras quedar como un pardillo apostando por el oro parece haber cambiado de estrategia invirtiendo su dinero en Piraeus y Alpha, dos de los bancos griegos más reputados. No es el único, puesto que en las últimas semanas hedge funds como Baupost, Eaglevale, Dromeus Capital, Falcon Edge, York Capital o Och-Ziff, e importantes fondos como Wellington Capital Group o Fidelity han confirmado posiciones similares a Paulson.

Aunque pueda parecer que sufren delirios de avaricia, lo cierto es que hay motivos que respaldan su apuesta por Grecia ysu sector financiero. Y es que su PER de 4,1x, su CAPE de 3,5x, y la capitalización de su bolsa de solo un 18% del PIB, muestran que estamos ante precios de derribo. Precios que lógicamente tienen una explicación, el reciente rescate, la falta de confianza, o las inesperadas malas noticias que puedan venir en el futuro. Pero que quizá no estén reflejando que también puede que cumplan económicamente, que sí pueden existir buenas noticias (unión bancaria)inesperadas (como un mayor “easing” del BCE), o simplemente que puede que la inversión foránea actual no se quede en algo anecdótico. Por el momento los hedge funds lo tienen claro:all in.

Grecia saldrá del euro, España quebrará, Italia también, Francia pondrá el punto y final a la Eurozona… Hace tan solo unos meses existía tal espiral de pesimismo que nadie se atrevía a negar ni el más extremo de los escenarios. Quizá podemos situar el punto álgido en julio de 2012 cuando Willem Buiter, economista jefe de Citigroup y una de las voces más respetadas sobre el sistema financiero, situó en un 90% las probabilidades del país heleno de abandonar la moneda única, algo que bautizó como “Grexit”. Fue entonces cuando apareció Draghi, fue entonces cuando la convergencia competitiva de la periferia retornó cual ave fénix, y lo que parecía un colapso total se transformó en una oportunidad no vista en años.

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