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El trading de alta frecuencia bajo sospecha
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Kike Vázquez

Perlas de Kike

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El trading de alta frecuencia bajo sospecha

Michael Lewis ha puesto la bala en el cargador, y ahora son los lectores de su nuevo libro “Flash Boys: A Wall Street Revolt” quienes disparan,

Michael Lewis ha puesto la bala en el cargador, y ahora son los lectores de su nuevo libro, “Flash Boys: A Wall Street Revolt”, quienes disparan afirmando que el trading de alta frecuencia, o high frequency trading (HFT), está manipulando el mercado. De un lado tenemos el aumento de la inestabilidad con el fenómeno “flash crash”, o el “front running”, del otro una supuesta mejora en el mercado por un aumento de la liquidez y una reducción de las comisiones. ¿Es el high frequency trading un héroe o un villano? ¿Ha mejorado el mercado haciéndolo más eficiente o solo es un falso amigo que nos ataca por la espalda?

El HFT es un tipo de negociación en la que se usa alta tecnología y algoritmos para poder ejecutar órdenes en cuestión de milisegundos o microsegundos. A priori no parece haber nada de malo en ello, es más, parece muy meritorio realizar la programación necesaria para “enseñar a pensar” a un ordenador y que opere a dichas velocidades. No obstante se calcula que las firmas que se dedican al HFT ingresarán 1,4 mil millones de dólares en el año 2014, por lo que la virtud de estas empresas parece estar reconocida. Lo que no está tan claro es si esos ingresos provienen de hacer de este mundo un lugar mejor, o si por la contra los han sustraído velozmente, nunca mejor dicho, de nuestro bolsillo.

No hace falta que revisen sus carteras, se trata de una metáfora, aunque según algunos críticos eso es lo que estaría pasando indirectamente con una práctica llamada “front running”. ¿De qué se trata? Esta práctica se da cuando alguien, generalmente un bróker, realiza una operación por cuenta propia antes de que se produzca un gran movimiento del que tiene constancia. Imaginemos un bróker que tiene orden de comprar una gran cantidad de acciones para un cliente y, avanzando una subida en el precio, las compra antes para sí mismo. O imaginemos un ordenador que, detectando una gran orden de compra, aprovecha que es más rápido, adelantándose y comprando antes que el inversor.

Por ejemplo, si hoy por la tarde alguien decide comprar varios millones de dólares en acciones de Apple, lo más probable es que, entre que la información llega al destino y se ejecuta finalmente la orden, un ordenador haya detectado el movimiento y se haya adelantado a la compra por unos milisegundos. Un proceso aparentemente trasparente y sencillo, pero que en realidad lleva oculta una “comisión por lentitud”. Lejos de ser algo marginal se calcula que el HFT acaparó alrededor del 65% del volumen de las bolsas estadounidenses en el año 2008, y lejos de ser algo arriesgado Virtu, empresa que saldrá a bolsa próximamente, solo ha perdido dinero un día de 1.235 operando (y se dice que dicho día fue un error humano).

¿Dictamos sentencia de culpabilidad entonces? Pues no, porque la conclusión no es tan sencilla. Numerosas voces argumentan que, desde que el HFT se ha hecho popular, las comisiones por operar en el mercado han bajado notoriamente, por lo que si bien cobrarían su “comisión por lentitud” el efecto neto podría ser favorable. Por otra parte, si bien se les acusa de “front running” hay quien afirma que eso no es realmente así, puesto que sería el HFT quien actúa en tiempo real, con información que ya está en el mercado, y el resto de la gente quien está "desactualizada". ¿Es actuar en un verdadero tiempo real ilegal?

Eso por no hablar de que no todos los HFT son iguales, ni operan en los mismos mercados, ni usan las mismas estrategias, ni sirven para lo mismo, por lo que culpar y criminalizar a todo un sector por prácticas puntuales de "front running"es aventurado. Por ejemplo en el mundo bursátil han existido a lo largo de la historia numerosos escándalos, ¿es por ello necesario criminalizar a los mercados? Cuando algo tiene inconvenientes concretos lo recomendable es buscar medios para evitarlos y beneficiarse de sus ventajas, porque indudablemente el HFT también las tiene.

Otra crítica habitual se debe a los “flash crash”: caídas de varios puntos porcentuales en las bolsas en cuestión de segundos o minutos, como la que se produjo el 6 de mayo de 2010 en el Dow Jones (en plena crisis de la Eurozona). Claramente algo no va bien cuando una acción puede caer un 62% sin motivo aparente, e incluso desde Nanex, empresa especializada en el análisis de este tipo de operativa, afirman que se producen caídas de varios puntos porcentuales constantemente, simplemente no se conocen por ser prácticamente invisibles dada su rapidez.

Estamos ante un grave problema, recordemos que no solo se trata de pequeñas empresas con bajo volumen, sino que ese 6 de mayo el Dow cayó más de un 9% y empresas como P&G más de un 31% en menos de 4 minutos. Todo porque a las maquinitas se le cruzaron los cables. Dicen los responsables que estos sucesos ahora están más controlados con sistemas que bloquean los ordenadores, y por otra parte en las bolsas se han establecido mecanismos para evitar caídas tan abruptas (caída máxima durante 5 minutos del 5% en grandes empresas y del 10% en las pequeñas).

Seguramente no podemos confiar en que no se vuelvan a repetir sucesos así, ya que la informática es como es, y los errores existen. No obstante hay que señalar que en el trading “tradicional” también se producen errores, de hecho de vez en cuando suele darse un “fat finger” y no por ello se ilegaliza el trading. Quizá la diferencia radique en que los errores humanos no han llegado a ser sistémicos, y en el HFT pueden llegar a serlo, por lo que, si bien se merecen el beneficio de la duda, también se justificaría su limitación de llegar a desestabilizar el sistema en algún momento.

El fenómeno “front running” y los “flash crash” son controvertidos, y según a quien le preguntemos pueden llegar a ser más o menos justificables, aunque en mi opinión lo más complejo es la venta de información. Y es que en este mundillo no solo se trata de tener información en “tiempo real” al microsegundo, sino que en muchos casos se compra información segundos antes de que se publique, tiempo más que suficiente para sacarle partido con el trading de alta frecuencia. Esto sí es altamente reprobable, de hecho a mediados de marzo el FBI abrió una investigación para esclarecer si reciben información antes y de mejor calidad que el público general.

La venta de información es habitual, Bloomberg, Business Wire, Reuters… como también han sido numerosos las cancelaciones de dichos servicios ante la polémica creada. Más preocupante es que en los últimos meses se han empezado a ver casos recurrentes de filtración de dato sensibles, como puede ser información sobre decisiones de la Reserva Federal, o información gubernamental que también está investigando el FBI, y es que vender información confidencial con un segundo de antelación es difícil de detectar (aunque posible) y rentable. La polémica generada ha sido tal que se dice que el propio Warren Buffett se personó en Business Wire para evitar que siguiesen ofreciendo servicios con riesgo reputacional.

Por otra parte tenemos a las empresas que gestionan las bolsas, quienes se enfrentan a un dilema constante, ¿si se da la información para todos al mismo tiempo pero llega antes a los chicos del HFT por sus cables de fibra óptica, estamos ante algo lícito? ¿Y si permiten alojar servidores en el propio edificio de la bolsa para mejorar la velocidad? ¿Y si envían la información al mismo tiempo a todo el mundo, pero a quien paga se le da más información y a quien no solo lo legalmente requerido? Hay quien afirma que pagar por todo esto no es muy distinto a pagar por el tiempo real convencional en lugar de ver los precios con 15 minutos de retraso. Quizá, pero ¿dónde está la línea roja entre lo lícito y el “insider trading”?

La única conclusión que podemos sacar es que estamos ante un debate muy complejo y muy técnico, uno en donde es necesario detallar cada caso particular para posicionarse. De todas formas creo que a los pequeños inversores esto nos afecta poco, ya que ni operamos al microsegundo, ni realizamos miles de operaciones, ni éstas son de millones de euros, así que digan lo que digan creo que podemos dormir relativamente tranquilos. Dicho esto, y aunque a la mayoría no nos afecte, también creo que es necesario que actúe la justicia y los reguladores para delimitar lo que es aceptable y lo que no, ya que en algunos casos probablemente se ha cruzado la línea roja mientras todo el mundo miraba para otro lado. Por lo demás, aprendamos las siglas, porque el HFT ha venido para quedarse.

Michael Lewis ha puesto la bala en el cargador, y ahora son los lectores de su nuevo libro, “Flash Boys: A Wall Street Revolt”, quienes disparan afirmando que el trading de alta frecuencia, o high frequency trading (HFT), está manipulando el mercado. De un lado tenemos el aumento de la inestabilidad con el fenómeno “flash crash”, o el “front running”, del otro una supuesta mejora en el mercado por un aumento de la liquidez y una reducción de las comisiones. ¿Es el high frequency trading un héroe o un villano? ¿Ha mejorado el mercado haciéndolo más eficiente o solo es un falso amigo que nos ataca por la espalda?

Wall Street Bolsas y Mercados Españoles (BME)