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1.300 euros para cada europeo, cortesía del BCE
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Kike Vázquez

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1.300 euros para cada europeo, cortesía del BCE

Las voces que anuncian el despegue del ‘helicóptero’ monetario son cada vez más, la última viene de Nordea Bank: si las medidas actuales no funcionan no habrá alternativa

Foto: Sede del BCE en Frankfurt. (Reuters)
Sede del BCE en Frankfurt. (Reuters)

¿Se están quedando los bancos centrales sin munición para combatir la deflación? En absoluto, lo que está ocurriendo es que se están quedando sin medidas ‘aceptables’, tanto económica como políticamente, que la generen. Sin embargo, si el QE, los tipos de depósitos negativos o los TLTRO no funcionan, entonces los banqueros centrales no tendrán más remedio que aplicar su propia modalidad de ‘helicóptero monetario’, esto es, dar dinero directamente a la gente para que así el dinero llegue a la economía real y por fin vuelva la inflación. Estamos ante una posibilidad real… y peligrosa.

¿Es realista pensar que en unos meses tengamos en nuestra cuenta corriente una paga extra cortesía del Banco Central Europeo? Las voces que se apuntan a la tendencia son cada vez más, siendo ya muy numerosas. Tanto que hace dos semanas Peter Praet, miembro del BCE, fue preguntado por ello en una entrevista de La Repubblica, haciendo caer con sus palabras al euro. La traducción resumida sería la siguiente:

“Por el momento tenemos lo que tenemos, no es apropiado discutir próximas medidas (…) Aunque todos los bancos centrales pueden hacerlo. Podemos emitir moneda y dársela a la gente. Es el helicóptero monetario. Le daríamos a la gente una parte del beneficio del señoreaje, aunque la pregunta es si será apropiado realizarlo, y cuándo.”

No es la primera vez que se le pregunta a un miembro del BCE por ello. El año pasado un parlamentario europeo hizo lo propio con Mario Draghi. La diferencia es que antes no se consideraba una posibilidad real, ahora sí. ¿Por qué? Simplemente porque no hay una excesiva confianza en que las actuales medidas implementadas, a pesar de su tamaño y agresividad, den sus frutos. Y si no dan sus frutos irán más allá, y más allá quien está esperando es el helicóptero. Antes éramos pocos quienes nos planteábamos esa posibilidad, y poco a poco todo el mundo lo hace.

Ya lo comentamos en 2014, presentando la idea como la próxima gran revolución en la caja de herramientas de los bancos centrales ante el carácter estructural de la deflación. Y periódicamente se ha vuelto a sacar la idea a colación. La última vez argumentando que bajar los tipos de interés ya no funciona, ya que no es posible ir más allá sin distorsionar gravemente los mercados y el sistema financiero (véase por ejemplo cómo la aseguradora Munich RE ya está empezando a experimentar con el almacenamiento de dinero físico y oro para evitar los tipos negativos). Si el problema es estructural y las medidas actuales no funcionan, entonces el helicóptero echará a volar.

Nordea es la última en apuntarse a la idea, a través del estratega jefe de la firma. Argumentan que el banco central podría dar hasta 1.300 euros por ciudadano para combatir la inflación, lo que supondría en torno a un 4% del PIB de la Eurozona. He de decir, eso sí, que no estoy de acuerdo en absoluto con la mentada cifra. El banco se limita a fijarla en función del capital y reservas actuales del Eurosistema, y cree que se entregaría en función de las aportaciones realizadas por cada banco nacional, variando la cuantía entre los poco más de 300 euros que recibiría un español y los 2.700 euros de un irlandés.

Es curioso que pasemos de debatir sobre si el helicóptero sería posible a preguntarnos cómo se ejecutaría. Ya hemos argumentado en numerosas ocasiones que posible es, puede haber objeciones de carácter legal, técnico o miedo, pero es totalmente posible. El debate en ciernes es, por tanto, ¿cómo lo instrumentamos? Y por ello creo conveniente explicar por qué el reparto de Nordea no me parece correcto. Si el día de mañana pasa, más nos vale estar preparados (aunque luego los alemanes digan que no y haya que adaptarlo a sus exigencias…)

Para empezar, decir que la medida debe limitarse a 1.300 euros es como decir que la medida no puede superar el 1% del PIB. Arbitrario. La cuantía del helicóptero monetario debe fijarse en función exclusivamente de criterios de política monetaria; ni sería conveniente limitarse por el capital y reservas del Eurosistema ni ir más allá de lo necesario. Debemos calcular el aumento de masa monetaria que necesitamos para que vuelva la inflación al 2%, ver el multiplicador de la medida y, en función de eso actuar. Probablemente lo necesario fuese mucho menos. Así que si alguien estaba ya reservando sus próximas vacaciones, mejor esperar.

El reparto es también muy importante. Y es que si implementamos el helicóptero monetario es precisamente para que, o bien aumente el consumo y la inversión (lo que hace crecer la economía), o bien para que favorezca el repago de la deuda (y por tanto limite los recursos necesarios para atender la carga financiera y los canalice a otras finalidades, véase el aumento del consumo). Al final ambas opciones se retroalimentan. Similar sería si, en lugar de hacerlo directamente, sirviese para bajar los impuestos, que personalmente creo que es la opción más sencilla (¿le damos 1.300 euros a los niños o a sus padres? ¿a los drogadictos? ¿también a los delincuentes?) y beneficia a quienes sostienen el Estado de Bienestar, que alguna alegría también se merecen. No va a ser todo pagar.

Creo que solo sería aceptable un reparto por igual entre todos los europeos o, en todo caso, uno que favoreciese a las personas con menos renta

Al igual que la cuantía debe fijarse en función de la política monetaria, también el reparto. ¿De qué serviría dar dinero a la gente si no llega a quien tiene que llegar? Sería una versión dos del QE: si en este último el dinero se quedó en el mundo financiero, ahora se quedaría en los ciudadanos, pero en aquellos que no lo necesitan. Por ello creo que solo sería aceptable un reparto por igual entre todos los europeos o, en todo caso, uno que favoreciese a las personas con menos renta, sin tener en cuenta la nacionalidad (y por tanto recibiendo más cuantía los países más pobres).

Claro que, que esta medida tan agresiva y controvertida sea cada día una posibilidad más real, no quiere decir ni que sea la mejor solución ni que sea la panacea. Si no se ha hecho hasta la fecha es no solo por los problemas que acarrearía su implementación (políticos, legales, operativos…), sino también porque no sabemos usar el helicóptero. Hemos aprendido muy bien a jugar con los tipos de interés, pero no sabemos qué efectos colaterales tendría hacer algo así. Y es que podría generar inflación, sí, pero también demasiada inflación. Es una posible solución, es más justo que dar dinero a intermediarios espurios… pero también peligroso. ¿Terminarán siendo los problemas del futuro los mismos que ya creíamos solucionados en el pasado?

¿Se están quedando los bancos centrales sin munición para combatir la deflación? En absoluto, lo que está ocurriendo es que se están quedando sin medidas ‘aceptables’, tanto económica como políticamente, que la generen. Sin embargo, si el QE, los tipos de depósitos negativos o los TLTRO no funcionan, entonces los banqueros centrales no tendrán más remedio que aplicar su propia modalidad de ‘helicóptero monetario’, esto es, dar dinero directamente a la gente para que así el dinero llegue a la economía real y por fin vuelva la inflación. Estamos ante una posibilidad real… y peligrosa.

Banco Central Europeo (BCE)