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El gasto en tiempos de crisis (II parte)
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Enrique Roca

Pon tu talento a trabajar

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El gasto en tiempos de crisis (II parte)

En el artículo anterior empezamos a comentar nuestra tarea por el lado del control del gasto. Algunos comentarios recibidos nos señalaban que, una vez construido nuestro

En el artículo anterior empezamos a comentar nuestra tarea por el lado del control del gasto. Algunos comentarios recibidos nos señalaban que, una vez construido nuestro sistema basado en el consumo desmedido, es imposible modificarlos sin generar más paro. Creo, sin embargo, que endeudarse para vivir por encima de nuestras posibilidades es un mal endémico que nos ha llevado a la situación actual, por lo que el anterior razonamiento no hace sino alargar y agrandar el problema.

 

En lugar de excederse en el consumo, invierta su excedente en activos productivos, reales y financieros. La magia del interés compuesto multiplicará su valor y aumentará su autonomía financiera, así que continuamos con nuestras ideas para acotar el gasto innecesario:

 

5) Aproveche las ofertas de productos no perecederos, el famoso 2x1, compartiendo cantidades con otros familiares o vecinos. Asóciese para comprar y tendrá el poder. Espere a las rebajas y aumentará su inteligencia emocional.

 

Compare precios vía Internet en productos homogéneos (coches, seguros, viajes u hoteles), lo que nos permite tener una gama más amplia de productos elegibles.

 

Establezca una lista de lugares donde quiera pasar las vacaciones los próximos años y aproveche la evolución del tipo de cambio eligiendo aquel destino más económico. Viaje fuera de temporada, contrate viajes con anticipación o de última hora.

Existen establecimientos especializados en venta de electrodomésticos con pequeños defectos externos de fábrica pero que en nada obstaculizan su funcionamiento.


Para ocasiones esporádicas vale la pena alquilar (por ejemplo: un traje para una ocasión especial).

 

Dada la querencia en nuestro país por la vivienda en propiedad, utilice ratios como el PER, años de sueldo u otra medida razonable para comparar su precio tanto con los de otra época como con el de otros activos. Retrase la adquisición, antes que pagar precios desorbitados. La paciencia se recompensa y hay que gastar cuando todos ahorran y ahorrar cuando todos gastan. Ahora es tiempo de invertir y gastar moderadamente.

 

Busque en Internet las publicaciones especializadas y oiga los programas de radio sobre la materia.

 

6) Mire los recibos que le llegan del banco. ¿Hay algún gasto inútil o que no disfruto como cadenas de TV de pago, gimnasio o libros que no leo?

 

De los suministros, diferencie lo que corresponde a gastos fijos y a consumo, ¿puedo bajar potencia, usar bombillas de bajo consumo o acumular energía?

 

Por cierto, ¿cuánto me cobra el banco por tener mi dinero depositado allí? ¿Ese euro mensual de comisión de mantenimiento es razonable? ¿Son todas las tarjetas necesarias y gratuitas? Recuerde que, en general, para los bancos usted es un mero objetivo para colocarle sus productos, en función de sus prioridades.

 

Exija un trato adecuado e individualizado a sus necesidades particulares: ¿Conozco lo que la entidad financiera gana conmigo para negociar en plan de igualdad?  Quiero ser rentable para mi banco pero en su justa medida y no pagar ni el gasto de otros, ni sueldos ni pensiones multimillonarias.

Compare los tipos de interés de sus créditos y cambie a la entidad más barata, que le ofrezca garantías. Busque los comparadores de crédito en Internet. Amortice deuda cuando pueda, sobre todo si es de primera vivienda, ya que maximizar la desgravación fiscal del 15% le beneficia.

Salvo excepciones, no se endeude en moneda diferente de sus ingresos, ni a tipos que no pueda asumir (sume al tipo actual un 3% y así sabrá si puede pagar el préstamo cuando los tipos suban).

7) Consulte con su asesor fiscal dos veces al año, planificando sus impuestos en mayo y noviembre.

 

8) Invierta en lo que conozca mejor que la media del mercado y tenga siempre liquidez. Las oportunidades se presentan cada cuatro o cinco años y debe estar preparado. Si necesita, busque un buen profesional o asesor independiente y páguele en función de los resultados.

9) Haga un balance periódico de las medidas tomadas y cuantifique el ahorro en términos monetarios y la sensación de felicidad/infelicidad de las mismas.

10) Infórmese y fórmese tanto en su actividad laboral como en la particular. Estamos en un mundo que cambia, pero esto no  nos debe hacer perder el equilibrio. Tenga siempre alternativas preparadas antes de que se presenten las situaciones comprometidas y haga caso del  viejo refrán: “el que espera la sopa de otro se la come tarde y helada”.


11) Aprovéchese de las subvenciones de todo tipo y de los planes Renove de coches, electrodomésticos, aire acondicionado, ascensores para eliminar barreras arquitectónicas, etc.

 

Si es miembro de un colectivo especial  (familias numerosas, minusválidos, tercera edad…) averigüe las condiciones especiales que tienen y exíjalas. No se desanime por las tramas burocráticas, ya que las ayudas suelen llegar aunque tarden.

12) Si es miembro de un club, comunidad de vecinos u asociación, revise las cuentas y exíjale al administrador que actúe como un buen padre de familia mirando por el bien colectivo y todos los años pida presupuesto a varias casas de los servicios comunes (mantenimiento de ascensor, limpieza, seguros, suministros y reparaciones).


13) Como el camino se demuestra andando, aquí van algunas páginas que suelo visitar para minimizar mis gastos. Seguro que con su ayuda las completaremos y nos ahorraremos unos cuantos euros.

En el artículo anterior empezamos a comentar nuestra tarea por el lado del control del gasto. Algunos comentarios recibidos nos señalaban que, una vez construido nuestro sistema basado en el consumo desmedido, es imposible modificarlos sin generar más paro. Creo, sin embargo, que endeudarse para vivir por encima de nuestras posibilidades es un mal endémico que nos ha llevado a la situación actual, por lo que el anterior razonamiento no hace sino alargar y agrandar el problema.