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Inversor al borde de un ataque de nervios
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Enrique Roca

Pon tu talento a trabajar

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Inversor al borde de un ataque de nervios

Todos los días recibo varios correos de mi amigo Pepe (prejubilado) queriendo conocer mi opinión sobre lo que está pasando en los mercados financieros y, de

Todos los días recibo varios correos de mi amigo Pepe (prejubilado) queriendo conocer mi opinión sobre lo que está pasando en los mercados financieros y, de paso, contrastar sus ideas para ver si logra rentabilizar su indemnización.

Conocí a Pepe en la facultad y doy fe que tiene matrícula de honor en macroeconomía y que destripa los vericuetos contables como nadie. Además, su inquietud por los mercados le lleva a leerse no sólo los comentarios de Kike Vázquez, Daniel Lacalle o S. McCoy, sino también toda la prensa económica de ambos lados del Atlántico y el fin de semana, la griega y la italiana. A las ocho de la mañana recibo puntualmente su resumen.

Hoy he recibido varios correos cuyos temas son: incremento de la mora en los bancos italianos, comentarios del BIS sobre los precios de los activos y su pérdida de relación con la economía real, el menor peso de los salarios (43,5% en el PNB norteamericano) mientras que los beneficios empresariales están en máximos, con lo que únicamente pueden disminuir, la evolución de las ganancias salariales por hora que muestran que la única forma de crear empleo en EEUU fuera de la Administración es bajando los salarios, la caída de la producción industrial en toda Europa y el incremento de inventarios en los concesionarios de coches americanos.

De España se conoce todas las cuentas y mentiras de todos los gobiernos (central, autonómicos y municipales) y me viene advirtiendo de que, incluso, Roberto Centeno se queda corto en sus críticas a la política económica de los vividores a costa del presupuesto de todos (banca, políticos, empresarios, sindicatos). Sus historias sobre la realidad española son para no dormir en varios años, eso por no hablar de la desunión política en Europa o el problema catalán.

Con estos argumentos no es de extrañar que asista atónito a lo que sucede en todos los mercados financieros desde hace alguna temporada y, fiel a su planteamiento, está en la máxima liquidez posible. Esto repercute en la disminución de su patrimonio real, aunque se consuela porque el día que un director de caja le propuso comprar unas preferentes le dijo de hijo puta para arriba y canceló la cuenta.

Pepe me pregunta (a mí, pobre ignorante) por qué los mercados no es que no bajen, sino que muchos están en cotas máximas y, para postres, la volatilidad en mínimos.

Los argumentos e ideas (más valdría decirle que estoy tan despistado como él y que les solicito su colaboración) que se me han ocurrido, a ver si ustedes me echan un cable, son los siguientes:

A) Que tenga paciencia, ya que que él está en lo cierto, los mercados equivocados y en algún momento la firmeza en sus creencias será recompensada. Los cisnes negros ocurren cuando nadie se lo espera y la próxima vez será una epidemia.

B) Que las buenas empresas y sus ratios no están caros (no me atrevo a decir baratos) y sus en beneficios en máximos. Y eso es lo que cotiza el mercado.

C) Que no luche contra la Fed. Los gobiernos y los bancos centrales son alcistas siempre en bolsa. Al igual que cuando no hay liquidez se estrangulan precios y se malvende, cuando la hay en abundancia (¿pero la hay?) suben los precios más allá de lo razonable.

D) Que vuelva a la facultad, pero esta vez de psicología, especializándose en propaganda y parapsicología, y acepte que es la economía financiera la que guía a la economía real. Prueba de ello es que los mercados alcistas nacen en las depresiones y que la bolsa se anticipa en varios (¿cuántos?) semestres a la economía real y que las manos fuertes están comprando (no miremos las cifras de negociación). ¿Le recomiendo las lecturas de Hugo Ferrer y le aconsejo, fuera de argumentos, que si el mercado está loco sigamos la tendencia?

¿Insisto que no intente predecir los mercados leyendo la prensa, ya que los mercados van por delante y la prensa solo refleja las emociones de la mayoría que habitualmente no acierta en sus predicciones sobre los mercados.?

F) ¿Le recomiendo algo a lo Kostolany? En el largo plazo, la economía (el PIB) y la cotización van de la mano. En el medio plazo, si no recuerdo mal, el tipo de interés ejerce una función fundamental sobre la cotización; la economía no tanto. En el corto plazo, la economía y la cotización de la bolsa pueden ir desligadas. Atribuye que la cotización depende en este caso de la psicología de los intervinientes en el mercado y de dinero que fluye a la bolsa.

G) Que intente tener información privilegiada de los bancos centrales y de las reuniones secretas de los brokers internacionales.

F) Que la bolsa es un sustitutivo del Gordo, pero con más posibilidades de éxito a poco que racionalicemos y sepamos lo que compramos.

G) Que mientras haya aún de donde robar (pensiones futuras, estado del mini-bienestar, subidas de impuestos y tasas, recortes de prestaciones) no hay por qué preocuparse, pues el capital seguirá ganando más y pagando menos impuestos.

H) Que no se deje influir por la realidad político-económica española, o europea, que el mundo crece a nivel global y que la esperanza de vida aumenta.

Yo creo que lo único que me atreveré a decirle, si ustedes no me aportan más luz, es que diversifique entre toda clase de activos, tenga buenas dosis de liquidez y que lea de vez en cuando un buen libro de aquellos gestores cuya rentabilidad está contrastada en el largo plazo. Y delegue la gestión en buenos profesionales aprehendiendo lo que subyace en una acertada metodología de la inversión.

Todos los días recibo varios correos de mi amigo Pepe (prejubilado) queriendo conocer mi opinión sobre lo que está pasando en los mercados financieros y, de paso, contrastar sus ideas para ver si logra rentabilizar su indemnización.

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