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¿Hay suficiente dinero para recapitalizar la banca?
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Enrique Benito

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¿Hay suficiente dinero para recapitalizar la banca?

El 20 de junio, el Eurogrupo acordó otorgar poderes al Fondo de Rescate Europeo (ESM) para recapitalizar directamente a bancos con problemas, remplazando el anterior mecanismo

El 20 de junio, el Eurogrupo acordó otorgar poderes al Fondo de Rescate Europeo (ESM) para recapitalizar directamente a bancos con problemas, remplazando el anterior mecanismo mediante el cual el ESM prestaba a los estados miembros, que a su vez recapitalizaban sus bancos, provocando el famoso círculo vicioso entre recapitalización y deuda pública.

Se ha debatido bastante sobre la posibilidad de utilizar la recapitalización de manera retroactiva, lo que favorecería a países como España o Irlanda, que podrían reducir de manera significativa la deuda que ya han adquirido con el fondo, unos 41.000 millones de euros en el caso español, algo a lo que Alemania y Holanda se oponen.

Sin embargo, poco se ha comentado sobre el potencial de rescate del fondo, y si será suficiente para la total recapitalización del sistema bancario. Los principales problemas vienen de la incertidumbre en la valoración de los activos (la banca europea cotiza en torno a la mitad de su valor en libros), el retraso en el reconocimiento de pérdidas (por ejemplo, mediante la conversión a saldo vivo de préstamos incobrables), o las cifras de activos ponderados por riesgo (APR), que ya nadie se cree.

Wolfgang Münchau indicaba recientemente en el Financial Times que el periódico francés Les Echos había estimado un déficit de capital en Europa en torno a 1 billón de euros, incluyendo al Reino Unido (FT, "Europe is ignoring the scale of bank losses", 23-06-13). Münchau se atrevía también con su propio estimador, unos 2,6 billones de euros, basado en un promedio de pérdidas materializadas del 5% sobre el total de activos de la Eurozona y un 5% de pérdidas potenciales, actualmente ocultas. Sin embargo, un ajuste por error de sesgo del tamaño de la economía italiana dejaba la cifra en torno al billón de euros, cantidad que, según Münchau, todavía sería inalcanzable.

Hagamos unos cálculos rápidos (y aviso, muy, muy crudos). El ESM posee un capital total de 700.000 millones, de los cuales 500.000 se encuentran actualmente disponibles para recapitalizaciones. El límite de ayuda directa por entidad se ha impuesto en un máximo de 60.000 millones de euros, el coste de la cual se compartiría con el país en cuestión (el ESM pone un 80% y el país pone un 20%), siempre que la ratio de capital de la entidad se encuentre por encima de un valor mínimo.

En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra acaba de anunciar los resultados de las últimas pruebas de resistencia para el sector, arrojando un déficit de unos 31.000 millones de euros para alcanzar una ratio de capital de alta calidad (Tier 1) equivalente a un 7% de APR.

Supongamos que cada país de la Eurozona necesita una cifra similar a la del Reino Unido para cubrir las necesidades adicionales de capital de su sector bancario (nótese, repito, la crudeza del estimador), lo que nos situaría en un déficit de casi 530.000 millones, y sumémosle los 200.000 que el Comité de Basilea estima que se necesitan para cumplir con las nuevas regulaciones en Europa, lo que arroja un total de 730.000 millones de euros.

Si asumimos que los países miembros contribuyen un 20%, como requiere el nuevo acuerdo, y que el FMI y Banco Mundial aportan un 15% (en rescates previos han contribuido en torno al 25%), el déficit resultante que cubriría el ESM se situaría en torno a los 475.000 millones de euros. Si se permite el uso retroactivo del fondo, como indicaba anteriormente, esta cifra podría aumentar entre los 100.000 y 230.000 millones de euros.

Nótese que no todo este dinero debe salir de recapitalizaciones. Desapalancamiento y venta de activos, reservas, emisiones de pasivo y quitas a acreedores deberían bastar para garantizar que los fondos del ESM son suficientes.

Por supuesto, en este momento no podemos hacer otra cosa que especular. La utilización del nuevo mecanismo no está prevista hasta mediados de 2014, cuando el BCE, en su papel de nuevo supervisor único en la Eurozona, haya concluido el análisis que determine las cifras oficiales. Pero ya sabemos que las europruebas de estrés no gozan de muy buena fama. Todo apunta a que esta será decisiva, no únicamente para las entidades supervisadas, sino también para la reputación del nuevo supervisor.

El 20 de junio, el Eurogrupo acordó otorgar poderes al Fondo de Rescate Europeo (ESM) para recapitalizar directamente a bancos con problemas, remplazando el anterior mecanismo mediante el cual el ESM prestaba a los estados miembros, que a su vez recapitalizaban sus bancos, provocando el famoso círculo vicioso entre recapitalización y deuda pública.