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Libro blanco, Edison, Blesa, Auna... los problemas se le amontonan a Pizarro
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Jesús García

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Libro blanco, Edison, Blesa, Auna... los problemas se le amontonan a Pizarro

La seriedad y el recogimiento de Manuel Pizarro en la junta de accionistas de BME llamó la atención de más de uno de los presentes. Pizarro,

La seriedad y el recogimiento de Manuel Pizarro en la junta de accionistas de BME llamó la atención de más de uno de los presentes. Pizarro, que abandonó el Salón de los Pasos Perdidos por una puerta lateral -que para eso tiene despacho en la casa y conoce el paño-, se cuece en su propio jugo ante el cúmulo de asuntos pendientes, importantísimos para la vida de Endesa y sus accionistas, a pocos días de la junta que se celebra el próximo 27 de mayo.

Pizarro tiene problemas para todos los gustos. Uno de los más importantes es el viento que viene de la mano del Gobierno ante un Libro Blanco que empieza a ser filtrado convenientemente. Ni a Endesa ni a Iberdrola, los dos grandes, le viene bien esa idea de que no puedan negociar en el mercado mayorista mas del 10% de lo que se produce. Es todo lo contrario a un mercado liberalizado, puesto que deja en manos de Industria la regulación de los precios. No querías arroz, pues toma dos tazas.

Está por ver qué ocurre, pero en el sector se teme lo peor. Incluso han llegado a resucitar a UNESA para convertirla en interlocutora, después de meses de inanición ante los constantes trompazos -verbales- entre representantes de Endesa e Iberdrola. El Libro Blanco, finalmente, les va a unir, aunque sea en la batalla. Lo contrario sería poco inteligente, como en los últimos meses.

Sin duda, la historia demuestra que en este país te tienes que llevar bien con el regulador, en este caso con Industria, porque, si quiere -ya lo demostró Rato en muchas ocasiones-, te echa del mercado o simplemente te aparta. Ahora es Endesa la que sufre los embates porque Pizarro sigue asido a su puesto como buen aragonés y con ganas de pelea, aunque serio, muy serio, últimamente.

Y como los golpes no vienen solos, desde que se fue Rato, el PP se asemeja a un gallinero, sobre todo en Madrid. Blesa, con la mano que mece la cuna de la señora Aguirre, toma posiciones en Endesa y de qué modo. Y, de paso, pone a Pizarro en un aprieto.

Endesa, que dejó de tener núcleo duro, ve como a su alrededor la política se aprieta en los asientos de su consejo de administración. Con solicitudes lógicas por parte de Caja Madrid, ya que ha realizado una inversión total del 9% en Endesa que vale en el mercado casi 1.800 millones de euros. No sólo pide dos consejeros más, sino también un vicepresidente, de nueva creación. Falta por ver si con mando en plaza, lo cual sería definitorio y definitivo.

Ahí anda Pizarro intentando equilibrar las fuerzas entre unos y otros mientras que La Caixa, con un 5%, parece haber perdido interés por el consejo de la eléctrica tras el portazo inicial. Lo veremos.

Deben salir del consejo José Fernández Olano, ex presidente de Aldeasa tras ser amortizado en la auto-operación Altadis-Autogrill; Rafael Español, presidente de La Seda, y Jose Luis Oller, ex director general de Meff. Tienen sillón también el recién salido de la presidencia de Ebro, Fernández Norniella, y Alberto Alonso Ureba, hermano del secretario del consejo de Telefónica, entre otros como José María Fernández Cuevas, Juan Ramón Quintás, que preside la CECA; el ex sindico de la Bolsa, Francisco Javier Ramos Gascón, y José Serna, ex director general de la Bolsa de Barna. Hay donde elegir, sobre todo entre los ex presidentes de privatizadas y sectores estratégicos.

El enésimo asunto en la agenda de Pizarro se encuentra en Italia. La eléctrica española está pendiente de que EdF se decida a dejar Edison, lo que colocaría a Endesa en una tesitura complicada, pero también alternativa. El salto a Italia daría a Pizarro posibilidades de blindaje, aunque su consejo, su nuevo consejo, deberá decidir al respecto. Estamos ante una ambiciosísima operación en la que el Gobierno italiano no quiere mantenerse al margen. Está condicionando a EdF y lo hará con el que venga después. Luego está el problema del endeudamiento de Endesa si le diera por comerse Edison, aunque, con los tipos de interés actuales, casi todo es posible, incluso operaciones de canje que tanto se llevan y cuestan tan poco, por lo general.

La venta de Auna es la espita que daría aire a todas estas cuitas de Manuel Pizarro en Italia, aunque en los mercados, cada vez que se observa un obstáculo a la operación Edison, la acción lo celebra. Así de pérfidos son.

Pizarro tiene ante sí una montaña de problemas, pero dicen sus conocidos que se crece ante la adversidad. Lo veremos de aquí a final de mayo.

La seriedad y el recogimiento de Manuel Pizarro en la junta de accionistas de BME llamó la atención de más de uno de los presentes. Pizarro, que abandonó el Salón de los Pasos Perdidos por una puerta lateral -que para eso tiene despacho en la casa y conoce el paño-, se cuece en su propio jugo ante el cúmulo de asuntos pendientes, importantísimos para la vida de Endesa y sus accionistas, a pocos días de la junta que se celebra el próximo 27 de mayo.

Manuel Pizarro