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Pizarro centra sus iras en La Caixa de Fornesa pero recibe golpes de la CNMV y la CNE
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Jesús García

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Pizarro centra sus iras en La Caixa de Fornesa pero recibe golpes de la CNMV y la CNE

Vale todo en este juego de marrullerías jurídicas, repleto de dimes y diretes, de comunicados y contracomunicados dignos de estudio, y también de rubor, aunque aquí

Vale todo en este juego de marrullerías jurídicas, repleto de dimes y diretes, de comunicados y contracomunicados dignos de estudio, y también de rubor, aunque aquí no se pone colorado nadie.

La eléctrica de Manuel Pizarro continúa su política de poner cada semana un palo en las ruedas de la OPA de Gas Natural. Ahora, ha decidido centrar sus iras jurídicas en La Caixa que preside Fornesa, después de que la entidad pretendiera, a través de Fainé, dejar claro que no es el motor de la OPA.

La artillería de Pizarro lanza una andanada a La Caixa con el interés de que la SEC abra una investigación o expediente para ver si realmente esa entidad de carácter semipúblico ha cumplido con sus obligaciones. Parece una estrategia dispuesta, única y exclusivamente, para ganar tiempo. Eso es lo que ha respondido con rapidez La Caixa en otro comunicado.

La eléctrica de Pizarro ha abierto el frente de la Audiencia Nacional, el de Bruselas, el de la CNMV, el de los ayuntamientos y las comunidades autónomas, y ahora lo hace en con el regulador americano más estricto; con la famosa Sec.

Incide precisamente en un aspecto que La Caixa parece querer soslayar, su calidad de accionista de Repsol y de Endesa y, curiosamente, se hace pública esta denuncia cuando se ha filtrado otro papel de Caja Madrid a la Sec, al parecer anterior a la Opa, planteando que no tiene interés de acudir a operaciones empresariales. Este último papel tiene en contra de sus argumentos la temporalidad, puesto que ya se ha subrayado extraoficialmente que si se retira la Opa podrían empezar a negociar. Todo es posible con el tiempo en contra.

La Caixa, por supuesto, insiste en que sólo será financiadora de la operación y que no ha tenido el control de Gas Natural ni de Repsol.

Los abogados de Endesa rizan el rizo cuando denuncian que Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural, negó allá por abril “y de manera taxativa” que fuera a realizar “alguna operación corporativa con una eléctrica”. Si empezamos a tirar de hemeroteca habría que crucificar ante la Sec a tres de cada dos consejeros delegados o presidentes de las empresas de este país.

Y por si faltaba algo, sacude la badana a La Caixa como presunta inductora de la sustitución de Alfonso Cortina en Repsol. Riega, por lo tanto, todos los terrenos donde la caja catalana tiene poder en plaza. La Caixa, por supuesto, niega la mayor en este concierto de dimes y diretes de ambas compañías.

Los misiles jurídicos han cruzado el rubicón del Atlántico, mientras en casa, la CNE -por cierto, David Vegara ha defendido el nombramiento de la presidenta de ese organismo- desestima la solicitud de Endesa de personarse como parte interesada en el informe que elabora el órgano regulador. Además, la comisión de valores le requiere a la eléctrica que en un plazo de 10 días ponga negro sobre blanco los acuerdos del consejo de administración respecto a la nueva política de retribución a los accionistas y de abono de la totalidad de las plusvalías recibidas por la venta de Auna. Los abogados de Endesa van a tener trabajo de sobra para reclamar ante las autoridades.

Todo el tiempo que consigan ganar puede jugar a su favor, aunque el presidente, el consejero delegado; el consejo en suma puede quedar chamuscado en esta pugna con dardos envenenados ahora hacia La Caixa. La respuesta de la entidad catalana no ha tardado pero como subraya el dicho: “Cada semana un plátano, perdón un palo, en las ruedas de la OPA”.

Vale todo en este juego de marrullerías jurídicas, repleto de dimes y diretes, de comunicados y contracomunicados dignos de estudio, y también de rubor, aunque aquí no se pone colorado nadie.

Manuel Pizarro