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¿Rue del Percebe número 13, o Carrera de San Jerónimo s/n, frente al impuesto del tabaco?
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Jesús García

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¿Rue del Percebe número 13, o Carrera de San Jerónimo s/n, frente al impuesto del tabaco?

Errare humanum est, pero ayer fueron 30 diputados del PSOE los que se equivocaron al votar, y derogaron el real decreto para subir los impuestos del

Errare humanum est, pero ayer fueron 30 diputados del PSOE los que se equivocaron al votar, y derogaron el real decreto para subir los impuestos del tabaco.

No hay manera, la norma se resiste, y deberá pasar otra vez por el Consejo de Ministros, si es que antes no se produce un bucle en el túnel del tiempo y queda atorada en un agujero negro legislativo. Hubo llantos y todo, porque no es para menos. No se votaba ninguna enmienda al Estatuto Valenciano. Y votaron como los lemmings, aquellos ratones colorados noruegos, que saltan al mar para suicidarse.

No fue para tanto, porque en dos días se soluciona, aunque parezca una escena filmada por los Hermanos Marx en su mejor época de El Camarote. Habrá que esperar para la convalidación, probablemente hasta la próxima semana y estarán todos los no fumadores cruzando los dedos para que no pase nada.

El Congreso de los Diputados, el lugar donde conviven nuestros representantes y se votan las normas que rigen nuestros destinos, parece en ocasiones el templo de los filisteos; el centro de las reyertas nacionales, la cueva de los insultos, incluso la Rue del Percebe número 13.

Lo curioso es que no se ha producido realmente el incremento y Pedro Solbes ya está insinuando la posibilidad de que se produzcan nuevas subidas impositivas en esta pugna abierta entre el Ejecutivo y las tabaqueras, esencialmente después de que Philips Morris, tal y como hizo en Estados Unidos en un viernes famoso de hace unos años, hiciera lo propio, bajando con fuerza los precios de su producto estrella.

El Gobierno hace birlibirloque con el doble juego: prohíbe fumar, por un lado, y, por otro, eleva los impuestos para engrasar sus arcas, que hay muchos compromisos con las Comunidades Autónomas. Un doble rasero que horada sus argumentos. Mientras, las tabaqueras le piden que establezca impuestos mínimos en las marcas baratas, algo que hasta ahora, sorprendentemente, no se ha hecho en esta lucha contra el fumeque.

Antes de la votación de marras, habíamos asistido también el miércoles a un rifirrafe nada constructivo de ese deconstructor de la realidad económica socialista que es Vicente Martínez Pujalte, frente al ministro de todas las salsas económico-político-industriales, José Montilla.

Las actuaciones del titular de ese departamento pueden y deben ser criticadas, mucho más por la oposición, pero de ahí a la acusación de uno o un par de delitos median media docena de grandes avenidas. Pujalte se montó en el tren de la pasión opositora, con los vagones de su grupo como apoyo, y le acusó de urdir, manipular y amenazar para sacar adelante la OPA de Gas Natural sobre Endesa.

“Retire, si quiere, lo de maquinar para alterar el precio de las cosas y se diga que el ministro estaba actuando impropiamente en su cargo intentando variar el valor de las acciones”. Era la respuesta de Pujalte cuando Manuel Marín le pidió que se disculpara. Montilla le dijo que ante estas acusaciones lo lógico es acudir a los juzgados y pidió, por si acaso, el diario de sesiones.

Los ciudadanos de a pie no dan crédito a estas situaciones, impropias de un Parlamento civilizado, y los accionistas de Endesa y Gas Natural probablemente ya ni siquiera se inmutan, porque sobre ellos ha pasado una apisonadora de descalificaciones políticas y económicas desconocidas hasta que llegó esta oferta.

La Ley del Tabaco está provocando estragos entre los ciudadanos, sobre todo entre los fumadores, que sienten que el aliento del Estado está sobre su cogote y sufren algo así como el miedo a la libertad. También, entre los accionistas de Altadis, que registran en sus carteras los vaivenes provocados, primero, por la norma y, luego, por el incremento de impuestos y las alegrías febriles inducidas por el run run de las Opas, que lo mismo surge de un periódico británico o sirve como tesis de un banco de inversión. Es lo que tiene el corporate.

Errare humanum est, pero ayer fueron 30 diputados del PSOE los que se equivocaron al votar, y derogaron el real decreto para subir los impuestos del tabaco.

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