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Bruselas se ceba con España en la OPA de E.ON, mientras Polonia birla una pieza a Endesa
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Jesús García

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Bruselas se ceba con España en la OPA de E.ON, mientras Polonia birla una pieza a Endesa

Al Gobierno español le van a poner mil veces colorao en Bruselas con su comportamiento ante la OPA de E.ON. Pocas veces se puede enfocar peor

Al Gobierno español le van a poner mil veces colorao en Bruselas con su comportamiento ante la OPA de E.ON. Pocas veces se puede enfocar peor un problema y por eso el resultado va camino de ser nefasto para la imagen de España.

“El asunto de Gas Natural con Endesa podría haberse resuelto con una reunión entre muy pocas personas y de modo efectivo para preservar el capital español, pero se ha hecho muy mal”, subraya un alto ejecutivo de una eléctrica que prefiere permanecer en el anonimato. “Y así nos van las cosas, ahora”, añade.

Bruselas ha mordido en blando y va camino de expedientar ya mismo a Madrid, porque el famoso decreto que faculta a la CNE para vetar la OPA plantea “problemas de circulación de capitales” y de “trato discriminatorio respecto a la alemana E.ON”. Eso ha dicho el comisario europeo de mercado interior, Charlie Mc Creevy, un irlandés de armas tomar. Esto, sin entrar en asuntos de competencia de los que se ocupa Neelie Kroes que, a lo peor, se toma la revancha tras aquel estudio inicial de la Opa de Gas Natural.

“En esto de la OPA de E.ON sobre Endesa hemos metido la pata con Bruselas”, decía un ex comisario europeo a un pequeño grupo de periodistas, en un off the record de los que nada le gustan a Manuel Conthe.

El Gobierno tiene dificultades para plantear abiertamente que se niega a poner en manos de un extranjero a la primera eléctrica privada, porque desconfía de los planes de futuro de los alemanes. Prefiere que parte de la energía nuclear tenga dueños españoles y que, por ejemplo, el suministro a las islas continúe donde está. Puede resultar razonable la confianza en las industrias españolas para generar empleo en el país y manejar proyectos de inversión.

También en otros países latinoamericanos están planteándose qué va a ser de ellos cuando eléctricas como Enersis pasen a estar en manos de un alemán. No es lo mismo y poco tiene que ver con el denominado nacionalismo paleto.

El problema es, una vez más, la torpeza del Gobierno a la hora de darle solución a estas circunstancias, porque se quiere ser liberal y guardar la ropa. Se capitanea la OPA de Gas Natural, pero no se materializa.

Es infumable el precio de la OPA frente a la de un competidor que pone 6 o 7 euros más, por mucha especulación que se haya producido. Si Gas Natural y el Gobierno quieren romper el espinazo a E.ON, es necesario dinero contante y sonante cuanto antes, a no ser que juguemos a aburrir al contrario, enredarle en procesos judiciales infinitos y que al final se vaya todo al garete.

Los franceses, intervencionistas hasta la médula, van a hacer la operación Suez-GDF y Bruselas no parece tan interesada en meterles mano como con España, y eso que acaban de hacer una ley anti-opas hostiles. En Luxemburgo han hecho tres cuartos de lo mismo para frenar a Mittal.

Aquí, le hemos dado apresuradamente poderes a la CNE, que ya empieza a ponerle chinas en el zapato a E.ON, pidiéndole muchos más papeles, pero se ha hecho de modo muy burdo y con un enemigo de tomo y lomo como es Alemania.

Zapatero se la juega en esa cena de abril con la Merkel. Entretanto, continúa el embrollo interno de la posible suspensión cautelar de la OPA de Gas Natural, si es que Endesa solventa sus dudas internas y consigue que le rebajen la estratosférica garantía impuesta por la juez, porque el problema supera el del mínimo coste financiero del aval.

Por si faltaba algo, uno de nuestros nuevos socios, Polonia, impone su ley por la vía también del dedazo del Ejecutivo. El Gobierno polaco de Kazimierz Marcinkiewicz ha decidido crear un campeón nacional y darle a Endesa un portazo en las narices. No le va a vender Zespol Elektrownia Dolna Odra (ZEDO) a la eléctrica española, por el artículo 33, porque no le da la gana. “Vamos a crear un grupo energético, con una distribuidora (PSE), ZEDO y el proveedor doméstico BOT”, ha dicho el presidente.

La Comisión Europea silba mirando hacia el otro lado del Atlántico, mientras que le birlan la pieza a Endesa, pese a que firmó en diciembre un proyecto de acuerdo para comprar el 85% de ZEDO, aunque después el Gobierno se replanteó su privatización. Pura seguridad jurídica en las transacciones.

Bruselas tampoco dijo nada cuando Endesa quiso comprar Edison y el Gobierno francés y el italiano llegaron a un acuerdo por el que, junto con EDF, se repartieran el negocio.

Aquí, la discrecionalidad de Bruselas es manifiesta, como lo fue cuando sancionó a Portugal por superar los límites del déficit público y se tentó la ropa con Alemania y Francia. Ahora, aprieta las tuercas al Gobierno español, que tiene pocos argumentos para justificar esa especie de pseudoliberalismo intervencionista trasnochado que practica.

Y si la OPA de E.ON sale adelante, van a ser legión los grupos extranjeros llamando a las puertas de las empresas del Ibex, empezando por las eléctricas y terminando por los bancos. Y se acabó el chollo de las poltronas de por vida. Al tiempo.

Al Gobierno español le van a poner mil veces colorao en Bruselas con su comportamiento ante la OPA de E.ON. Pocas veces se puede enfocar peor un problema y por eso el resultado va camino de ser nefasto para la imagen de España.

Manuel Conthe