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Sanahuja y Rivero, con la trampa de la oferta sobre el 100%, muestran las vergüenzas de una injusta ley de OPAs
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Jesús García

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Sanahuja y Rivero, con la trampa de la oferta sobre el 100%, muestran las vergüenzas de una injusta ley de OPAs

Ni Joaquín Rivero, con un 6,7% del capital de la inmobiliaria, ni la familia Soler, con un 5,4%, propietarios estos últimos del Valencia Club de Fútbol,

Ni Joaquín Rivero, con un 6,7% del capital de la inmobiliaria, ni la familia Soler, con un 5,4%, propietarios estos últimos del Valencia Club de Fútbol, ni la familia Sanahuja, con un 24,3%, pueden permitirse el lujo de lanzar una OPA sobre el 100% de Metrovacesa. Mucho menos ahora que sus opitas parciales han calentado la acción hasta precios situados en la estratosfera de su valoración. Comprar Metrovacesa en Bolsa vale 7.781 millones de euros.

Es un juego de todo o nada, en el que ninguno de los dos puede ir a por el todo, pero pretende forzar al otro para que se quede, como se dice vulgarmente, colgado de la escalera.

Metrovacesa es la primera inmobiliaria española y una de las mayores europeas tras la digestión del vehículo Gecina, una perita en dulce que ha multiplicado el endeudamiento de la compañía y las expectativas. Rivero como Sanahuja están tensando la cuerda de la normativa de OPAs ahora que desde la secretaria de Estado de Economía se insiste en la modificación para que los minoritarios no queden convertidos en estatuas de sal ante los poderosos como hasta ahora.

La claves de la nueva OPA de Rivero y Soler es que se hace para controlar hasta el 26% del capital y a 80 euros, frente a los 78 euros ofrecidos por Sanahuja por el 20%, pero para controlar el 44%. Si los Sanahuja quieren contraofertar tendrán que hacerlo al menos por el mismo número de valores, y como tienen el 24,3% superarían el 50%, con lo que se verían obligados a lanzar una oferta por el 100%.

Una ley injusta

Puede resultar injusto, asimétrico como dicen ahora, que quien tiene un 24,3% y quiere controlar algo más del 44% no pueda ampliar su OPA a 82 euros. Tiene que ir a por el 100% teniendo en cuenta que los contraofertantes tan sólo desean tener el 26% y han dicho, como Rivero, que más allá del 10% no les interesa y que después podrían vender.

Es evidente que la ley de opas permite estos juegos, pero ya siendo injusto que los participantes hagan suculentas ofertas por porcentajes parciales como el 10% o el 20%, lo es más que aprovechándose de la ley los accionistas tengan que optar por una oferta de 80 euros sabiendo que otros darían hasta 82 euros.

O las OPAs son para todos al 100% o en este caso queda claro que el que más participación tiene sufre la injusticia de la norma y mucho más los pequeños accionistas.

Lo curioso es que ni unos ni otros podrían ofertar por el 100% a solas y que no es necesario tener ese porcentaje para controlar una empresa. La ley de OPA en estos puntos se torna inservible, ineficaz, injusta, asimétrica... El viejo debate de las tomas de control parciales se abre como un melón.

Rivero, un experto en estas lides, usa los resortes para que los Sanahuja sufran la filosofía de la vieja normativa de OPA y el espíritu, de la nueva normativa de OPAs, que ya perfuma los despachos de la CNMV de Manuel Conthe, aunque el ejecutivo puede caer en su propia trampa. Los límites son muy finos y Rivero es un especialista en subirse al filo de la navaja y surfear a la velocidad permitida. Si Montesquieu levantara la cabeza llamaría a Maquiavelo, que es de lo que aquí estamos hablando.

Respuesta contundente

Joaquín Rivero, que ha estado a punto de ponerse malo con el revés de Román Sanahuja y sus hijos queriendo controlar Metrovacesa con una OPA parcial y aplicándole idéntico ungüento que el que él usó para los anteriores emplastes bursátiles, se ha repuesto con esta respuesta contundente.

Si tú ofreces 78 euros por el 20% más, yo 80 por el 26%. Por financiación que no sea, que sigue siendo barata; y bien pensado cerramos el coto a posibles compradores.

Pero los Sanahuja no hicieron la apuesta pensando en que no habría respuesta así que la partida continua su curso, pese a las dificultades interpuestas por los hombres de Rivero, que aún si se hiciera con el 26% se vería obligado a lidiar con el bicho dentro, un bichito que conoce mejor que nadie los intersticios de Metrovacesa. Sanahuja podría retirar la OPA y esperar a un mejor momento, con lo que se pondría en duda la gobernabilidad de la compañía. Estamos ante un juego de todo o nada, no valen medias tintas, ni en la gestión.

Todo hay que decirlo, la inmobiliaria la ha hecho a pulso el carácter de Joaquín Rivero, pero los Sanahuja han estado ahí sufriendo en silencio hasta que han dicho basta y han puesto en duda la transparencia de la gestión y lo poco que cuentan con ellos para el porcentaje que tienen. De ahí la OPA.

Los 82 euros de Cresa no han sido admitidos por la CNMV por cuestiones burocráticas, de plazos, porque antes llegaron los papeles de Rivero y los suyos, pero habrá que ver en qué queda el asunto si hubiera sobres como mandan los cánones.

Rivero, como hizo con aquella Bami de las casas de los inspectores de Hacienda, o con la Zabálburu en manos de la Tabacalera presidida por Alierta, se trabajó la fusión y la compra de la inmobiliaria del BBVA, por cierto con OPAs parciales, ahora no está dispuesto a irse a Holanda de presidente de una inmobiliaria extranjera dando un portazo. Sería simplemente irracional por su parte abandonar el barco cuando navega a casi todos los nudos deseados por los mares de Europa y con él como capitán.

Estamos ante la lucha por el control de la primera inmobiliaria española y una de las principales europeas, con una generación de nuevos ricos hechos en el boom apostando sus cuartos y todo hay que decirlo a precios de vértigo.

Es su dinero. Que paguen si quieren controlar, aunque lo quieren hacer comprando lo justo. Algo por otro lado muy habitual en el mundo económico, empresarial y financiero español por que aquí señores y, basta mirar el Ibex, se controlan empresas y consejos de administración con muy poquito. Así que como extendamos el espíritu de la ley aquí tienen que hacer opas por el 100% casi todos.

Ni Joaquín Rivero, con un 6,7% del capital de la inmobiliaria, ni la familia Soler, con un 5,4%, propietarios estos últimos del Valencia Club de Fútbol, ni la familia Sanahuja, con un 24,3%, pueden permitirse el lujo de lanzar una OPA sobre el 100% de Metrovacesa. Mucho menos ahora que sus opitas parciales han calentado la acción hasta precios situados en la estratosfera de su valoración. Comprar Metrovacesa en Bolsa vale 7.781 millones de euros.

Joaquín Rivero