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Rivero y Sanahuja se tiran los trastos a la cabeza, con los minoritarios esperando las dos OPAs
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Jesús García

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Rivero y Sanahuja se tiran los trastos a la cabeza, con los minoritarios esperando las dos OPAs

Un terremoto anunciado se cierne sobre la acción de Metrovacesa. El fin de las dos OPAs, lejos de despejar el camino de la empresa, va a

Un terremoto anunciado se cierne sobre la acción de Metrovacesa. El fin de las dos OPAs, lejos de despejar el camino de la empresa, va a suponer el choque de dos trenes que pueden hacer saltar las vías sobre las que circulaba una locomotora a gran velocidad, quién sabe si a demasiada, con Joaquín Rivero tocando el pito cada vez que superaba una estación, una compra, un nuevo edificio, una operación más a la buchaca.

Pero esta situación parece que toca a su fin. Los Sanahuja le han retirado la confianza a Rivero y lo han hecho después de que éste les respondiera con una contraopa o quién sabe si con una anti-OPA para evitar que se hicieran con el poder. Rivero y Bautista Soler van a pagar a 80 euros la acción de Metrovacesa por el 26%, como respuesta a la OPA a 78 de los Sanahuja por el 20%.

La existencia de dos OPAs parciales abre una magnífica posibilidad a los accionistas minoritarios y no tan minoritarios para acudir a las ofertas teniendo en cuenta el prorrateo cantado.

La alternativa es simplemente, según recomiendan algunos brokers, acudir a ambas ofertas y colocar el máximo posible a un precio promedio que resulta simplemente estupendo para cualquier accionista de la compañía que haya entrado en los últimos tiempos.

Va a ser muy interesante ver qué hacen en esta tesitura entidades como Bancaja, con un 6%; Caja de Ahorros del Mediterráneo, con un 3,8%, o la Corporación de la Caja de Castilla-la Mancha, con otro 1,1%.

La oportunidad de vender a precios nunca antes vistos está siendo analizada con lupa y debería serlo también por las enfermeras del Pensioenfonds PGGM, que lleva con todos sus amores Santiago Fernández Valbuena, quien, además, es vicepresidente de la compañía. El hombre que lo sabe casi todo de Telefónica como director financiero tiene en esta ocasión que retratarse.

El final de las OPAs se plantea apasionante porque de él va a depender el reparto de fuerzas en el consejo de administración.

Cabe la posibilidad también doble de que Rivero y Soler se hagan con un 36% de la compañía, pero que los Sanahuja alcancen también su 44% solicitado, con lo que tendrían derecho a ocho consejeros, igual que el actual presidente y su socio Soler. Dieciseis de 20 consejeros, con otros cuatro dependiendo de quién se queda o se va entre los actuales accionistas.

Sin duda un vuelco impresionante que puede poner muchas chinas en el camino hasta ahora expedito de Rivero. Los Sanahuja llevan tiempo trabajando en los posibles cambios y Rivero ya no es un hombre de su confianza. Ha dicho, además, que compra para luego vender porque no le gusta tener más del 10%.

Los Sanahuja han fichado hace bien poco a Jesús García de Ponga, procedente de las filas del BBVA y de la antigua Argentaria, un técnico del sector que podría entrar primero en el consejo para más tarde alcanzar puestos de mayor responsabilidad.

Román Sanahuja y Joaquín Rivero hace al menos dos meses que no han cruzado palabra, desde que empezaron a enturbiarse las cosas tras la venta de la participación de Luis Portillo.

Lo peor es que empiezan a surgir referencias que horadan la confianza en la compañía como ese asunto que publicó La Gaceta del posible conflicto de intereses con Royal Bank of Scotland. Es la entidad que ha prestado dinero para hacer esta OPA a Rivero y, además, es el banco al que Metrovacesa pagó 97,8 millones de euros -hemos dicho bien: más de 15.000 millones de las antiguas pesetas- en concepto de gastos de formalización por el préstamo de 7.573 millones para la compra de Gecina.

Por cierto, si se abre una dura pugna entre ambos contendientes los más perjudicados pueden ser los pequeños accionistas que han confiando en la compañía. Pero si la acción lo empieza a sufrir muy por debajo de los 80 y los 78 euros que van a pagar unos y otros es posible que el nerviosismo entre los contendientes, Rivero, Soler y Sanahuja, y los bancos prestamistas empiece a aparecer y de qué modo.

El panorama aparece nublado más allá de que se esté cambiando la ley de OPAs y que la realidad siga mostrando que en este país, con porcentajes mínimos, se llegan a controlar las empresas de hecho.

Rivero y Soler han diseñado una oferta contra la de los Sanahuja, con el fin de obligar a estos a que compren el 100%, pero el asunto se pone turbio y difícil porque los de Sacresa van adelante con su OPA.

Si los accionistas -incluidas las cajas y las enfermeras- acuden a las dos OPAs y promedian el resultado en el consejo, puede ser explosivo. Se avecina, si nadie lo remedia, una de las más importantes batallas en el sector inmobiliario y es por el control de la primera empresa del sector, por ahora.

Un terremoto anunciado se cierne sobre la acción de Metrovacesa. El fin de las dos OPAs, lejos de despejar el camino de la empresa, va a suponer el choque de dos trenes que pueden hacer saltar las vías sobre las que circulaba una locomotora a gran velocidad, quién sabe si a demasiada, con Joaquín Rivero tocando el pito cada vez que superaba una estación, una compra, un nuevo edificio, una operación más a la buchaca.

Joaquín Rivero