Es noticia
Aríztegui, del Banco de España, pone una bomba bajo el Gobierno de BME
  1. Mercados
  2. Punto de Vista
Jesús García

Punto de Vista

Por

Aríztegui, del Banco de España, pone una bomba bajo el Gobierno de BME

“Tiene narices que sea el Banco de España -sentado en el consejo de BME- el que se le ocurra poner en duda el Gobierno corporativo cuando

“Tiene narices que sea el Banco de España -sentado en el consejo de BME- el que se le ocurra poner en duda el Gobierno corporativo cuando lo que debería es irse. En ninguna bolsa europea hay presencia de una institución pública”, dice un consejero de la entidad que, como no podía ser de otra forma, prefiere mantenerse en el anonimato.

“¡Qué barbaridad!”, se le escuchó decir para sus adentros a Antonio Zoido -micrófonos abiertos-, mientras el representante del Banco de España, Javier Aríztegui, explicaba los motivos de su abstención en los nuevos nombramientos de consejeros “independientes” en la junta de BME.

Sin pensárselo dos veces colocó una bomba bajo la noticia que presidía la junta general de accionistas de BME, la salida a Bolsa mediante una OPV sobre el 33% del capital, condicionada a la adhesión de ese porcentaje.

Dijo Javier Aríztegui: “No es porque tengamos la mínima duda con respecto a los cuatro consejeros propuestos, que merecen todo nuestro respecto como el del mercado. Ni tiene que ver con el conocimiento de la renuncia de otros que dejan el consejo que cuenta con el cariño del BdE. No tiene que ver con esto. El Banco de España se abstiene en este punto porque le hubiera gustado un mayor esfuerzo por parte de la sociedad en el cumplimiento del código de buen gobierno en su globalidad, no nombre a nombre, no detalle a detalle, y al mismo tiempo un mayor nivel de acuerdo y de diálogo con las dos bolsas -Bilbao y Valencia-, que tienen que abandonar el consejo. Por tanto la satisfacción del Banco de España con este acuerdo es parcial y, como tal, nos lleva a abstenernos. E insisto, dentro del más absoluto de los respetos por las cuatro personas que se nombran y las tres que han tenido que renunciar”.

Salen del consejo, Ángel Torres, representante de la Bolsa de Valencia, José Luis Damborenea, director general de la Bolsa de Bilbao, y Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4. Y entran Álvaro Cuervo García, catedrático de Economía de la Empresa por la Complutense, Premio Economía Rey Jaime I en 1992 y consejero de ACS, Sonae y vicepresidente de Tafisa; Karel Lanno, principal ejecutivo del Centre for European Policy Studies; Manuel Olivencia, académico numerario de la Real de Jurisprudencia y Legislación, y Margarita Prat Rodrigo, doctora en Ciencias Económicas y Empresariales con la tesis El uso ilegal de información privilegiada en las OPAs, en la Universidad de Comillas.

Sólo concluir la Junta, Manuel Pizarro ha tenido unas palabras con el consejero del Banco de España recriminándole su postura, aparentemente contraria a la del comité ejecutivo del banco emisor, según confirmó uno de los consejeros que escuchó el choque y se aprestó a contarlo.

Según ese consejero, el dardo del Banco de España iba directo contra Manuel Pizarro, que sigue como vicepresidente y “debería haber salido”. Nada de esto, sin embargo, se le planteó en el último consejo de administración de BME a Manuel Pizarro. Vamos que nadie se atrevió a decirle nada excepto unas palabras de Joan Hortalá relacionadas con la importancia de las cuatro bolsas en la formación de Bolsas y Mercados, según recuerda un consejero presente en dicho acto.

Otros consejeros de la entidad, sin embargo, opinan que la crítica es cosecha propia de Aríztegui, aunque estiman que “nada tiene que ver la presencia de las otras bolsas -por otro lado muy respetable- con el Gobierno corporativo”.

Otra de las interpretaciones es que Javier Aríztegui no habla por la boca de Jaime Caruana sino que se ha alineado con el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Manuel Conthe, quien le ha dado varios toques de atención a BME antes de salir a bolsa para que acoja en su seno las normas básicas del gobierno corporativo e, incluso, habló también de la necesaria representación de las bolsas periféricas.

Antonio Zoido, sin embargo, ha insistido en todo lo contrario. En el amplio esfuerzo realizado y que se cumplen con creces los criterios de buen Gobierno y ahí está la presencia de dos independientes en la comisión ejecutiva, la creación de un consejo asesor de mercado, así como la de una comisión operativa y de sistema con mayoría de consejeros independientes y externos.

Por otro lado, la cara de José Luis Damborenea era un poema mientras departía con el consejero delegado de Norbolsa, Agustín Garmendia, en la copa posterior a la junta, que se ha celebrado en el recinto conocido como ‘La herradura’: los ventanales que dan al parqué donde hace muchos años se hacía el conteo de títulos, dedil de plástico verde en mano.

Ángel Torres, de Bolsa de Valencia, estaba mucho más tranquilo, dispuesto a comer con Hortalá, aunque ayer no había partidita de mus. Aríztegui se quedó un ratito tras su voraz comparencia y, preguntado por este periodista, no quiso dar más explicaciones que las vertidas en la Junta.

Una junta en la que, además, se ha establecido un blindaje para Zoido de hasta 2,4 millones, tres veces su sueldo. Una junta que supone un paso decisivo, histórico para la evolución y marcha de este mercado, que ha pasado de ser un monopolio de agentes a una sociedad privada y pronto cotizada.

El Banco de España mantiene un 9,5% del capital y son muchos los consejeros que estiman que debería vender su participación en la salida a bolsa para que dejara de producirse esta tutela pública sin ningún sentido en mercados abiertos.

BME va a salir al mercado porque “facilita una valoración objetiva, potente incontestable y que se convierte en una pieza estratégica utilizable en combinaciones, acuerdos u operaciones societarias en el futuro”, según dijo Antonio Zoido.

La semana del 12 de julio es posible que empiece a cotizar, si el tiempo y la autoridad lo permiten, que diría un taurino.

“Tiene narices que sea el Banco de España -sentado en el consejo de BME- el que se le ocurra poner en duda el Gobierno corporativo cuando lo que debería es irse. En ninguna bolsa europea hay presencia de una institución pública”, dice un consejero de la entidad que, como no podía ser de otra forma, prefiere mantenerse en el anonimato.

Antonio Zoido