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Rivero y la sorpresa de un mercado que pulveriza la OPA de los Sanahuja
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Jesús García

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Rivero y la sorpresa de un mercado que pulveriza la OPA de los Sanahuja

Cuando la familia de Román Sanahuja, a través de Sacresa, lanzó la primera OPA sin avisar sobre Metrovacesa, el presidente de la empresa Joaquín Rivero estuvo

Cuando la familia de Román Sanahuja, a través de Sacresa, lanzó la primera OPA sin avisar sobre Metrovacesa, el presidente de la empresa Joaquín Rivero estuvo a punto de abandonar y sopesó, según hicieron llegar algunos de sus hombres más cercanos, la posibilidad de convertirse en primer ejecutivo de alguna gran empresa del sector en Europa.

Pero fue sólo un desmayo. Rivero se ha convertido en la principal pesadilla de los Sanahuja, a los que les está ganando por la mano en cada una de sus iniciativas. Son victorias que desmoralizan a los Sanahuja dispuestos, por lo que se ha visto, a luchar hasta el final, aunque a medida que se acerca el fin de la OPA, el 20 de septiembre, la cosa se pone peor.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que había visto cómo la OPA de Endesa se enfriaba encaminándose hacia una solución, todavía está por ver si es de éxito, tienen más tajo si cabe en la doble OPA de Metrovacesa. Que el mercado haya llevado la acción por momentos a los 78 euros, el precio de la OPA de los Sanahuja, parece algo más que una casualidad, que un calentón. Parece la mano que mece la cuna.

En la última jornada se movieron cinco veces más títulos de lo normal -lógico en plena OPA-, pero igual que en el sector eléctrico, hay nuevos elementos exógenos que modifican el panorama.

Los famosos hedge funds, los fondos de alto riesgo, hace semanas que entraron en juego a la vista de que los precios de la OPA distaban arrobas de la cotización y del valor de los activos mucho más. El NAV (valor neto de los activos) como mucho alcanza los 55 euros y el precio de la acción sumó el viernes pasado por momentos los 78 euros.

El organismo supervisor, decimos que tiene tajo, debe desentrañar de qué se trata. Por un lado, si es que el mercado pretende forzar a los Sanahuja a una OPA mayor -cosa complicada inicialmente, aunque hayan hablado con varios bancos para ello-, o que simplemente algunos se han creído las últimas palabras y promesas de las últimas entrevistas que ha dado Rivero, quien ha conseguido en los últimos años una revalorización del 390% de la compañía.

Ésta es una posibilidad abierta y que podría explicar la nueva actitud de algunas de las cajas presentes en Metrovacesa, que van a ir sólo con una pequeña parte de su capital a la OPA de Rivero para que no haya tanto prorrateo. Rivero se engrandece con estos golpes de efecto.

Las cajas, como no tienen accionistas poco tienen que explicar, aunque sería digno de observación -de escuela de negocios en clase de riesgos empresariales- conocer las argumentaciones usadas por estas entidades si no acuden a la OPA. Ni tampoco a la de los Sanahuja. En ambos casos las plusvalías obtenidas serían estratosféricas y todo hace pensar que difícilmente se obtendrán ganancias mayores con otras transacciones, a no ser que todos sepan mucho más de lo que dicen.

Digno de análisis es el comportamiento del fondo PGGM de las enfermeras holandesas, que inició su estampida sin esperar ni siquiera a la OPA. Y el público en general no lo supo a tiempo. Juzguen ustedes si la CNMV estuvo o no a la altura.

La Comisión de Valores también tiene ahí tajo, igual que las operaciones de autocartera de los últimos meses y, una vez que concluyan las OPAs, deberá perseguir la marcha del valor y la ejecución de los compromisos de pago de las deudas por unos y por otros, con su efecto sobre la marcha de la empresa.

Por lo pronto, Rivero gana por goleada, aunque el partido no ha terminado. Ha visto cómo la CNMV echaba por tierra la triquiñuela de los Sanahuja de evitar una OPA por el 100% y, lo que es mejor, lo ha hecho público, ha sido transparente, lo que es de agradecer incluso por los pequeños accionistas. Bien es cierto que después de muchas críticas.

Otra cosa es que se compartan los argumentos en contra de la OPA a 90 euros y se aclare o no, por qué en casos como ACS en Abertis o en OHL se ha permitido el baile de mínimos porcentajes hacia la OPA sin que se haya producido un fraude de ley.

Rivero ha conseguido además que se retrase en un día la publicación de anuncios de los Sanahuja y después ha publicado remitidos rectificando a Sacresa. Una lucha nunca vista en los mercados españoles, donde todo parecía indicar que los inversores se iban a beneficiar de ambas OPAs. Rivero ha bramado contra la OPA a 78 y trata de que sea un estrepitoso fracaso.

Que la acción se haya colocado por momentos en los 78 euros no ayuda precisamente a Sacresa, que todavía no ha dado una a derechas pese a ser el principal accionista, con un 24% de la empresa.

Por lo pronto, Metrovacesa saldrá del Ibex el día 21 -ya sabe la actuación de los fondos en estos casos- y veremos qué ocurre tras la reunión del comité del Ibex el 25.

Esta semana se dirime el futuro más cercano de una nueva estructura accionarial de Metrovacesa, donde todo parece indicar que podría vivir un periodo de incertidumbre porque las luchas intestinas no ofrecen las mejores mieses para dirigir una compañía. Pero hay algo más importante, la marcha de la cotización será la prueba del nueve para todos.

Para Rivero y Soler; para los Sanahuja, que tienen que hacer frente a unas tremendas deudas; para las cajas, que aunque no den cuentas a nadie no podrán justificar una caída del valor y el mantenimiento de su inversión; para PGGM y finalmente para los fondos de alto riesgo que han entrado en las últimas semanas. A no ser que Rivero nos sorprenda y logre que la cotización alcance los 100 euros o más.

Todo es posible en este mercado donde la fantasía y la burbuja sobreviven por encima de los fundamentales, convertidos en una vieja historia para clásicos bolsistas. Lo dicho, atentos a la marcha de Metrovacesa, que hoy vale 8.000 millones, es la primera inmobiliaria española y vive en su interior una guerra de guerrillas familiares y personalismos variados.

Cuando la familia de Román Sanahuja, a través de Sacresa, lanzó la primera OPA sin avisar sobre Metrovacesa, el presidente de la empresa Joaquín Rivero estuvo a punto de abandonar y sopesó, según hicieron llegar algunos de sus hombres más cercanos, la posibilidad de convertirse en primer ejecutivo de alguna gran empresa del sector en Europa.

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