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Bruselas empapela a España, Montilla ve sombras anticatalanas y Fornesa se va de Repsol
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Jesús García

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Bruselas empapela a España, Montilla ve sombras anticatalanas y Fornesa se va de Repsol

José Montilla sigue erre que erre sin admitir ninguno de sus errores. Montilla ha sido probablemente uno de los hombres que con su actitud más ha

José Montilla sigue erre que erre sin admitir ninguno de sus errores. Montilla ha sido probablemente uno de los hombres que con su actitud más ha perjudicado a la operación de Gas Natural sobre Endesa. La propició y la hundió, junto con otros cuantos que no supieron cómo hacer frente al vendaval Pizarro y su arsenal jurídico y pensaban que el campo iba a ser orégano.

Pues bien, el ex ministro de Industria sigue esgrimiendo sus particulares fantasmas. Y ayer en Radio Cataluña insistía en que ha habido, por una parte, una operación contra Cataluña y, por otra, el interés de algunas personas por no perder el control de Endesa.

“Esto no es un problema territorial. También lo es, pero va más allá (...) El hecho de que el accionista principal fuera La Caixa y ésta tuviera la sede en Cataluña no ha ayudado nada, es obvio, pero no ha sido el único factor”, insistía el ex ministro horas antes de que se conociera que Bruselas ha empapelado a España por usar artimañas para evitar al entrada de E.ON, con las famosas condiciones impuestas por la CNE. Montilla sabe algo de esto.

Clos, el ministro de los olvidos, no le ha dado importancia al expediente de Bruselas y esto acabará en los tribunales.

La Comisión Europea puede tener parte de razón en sus argumentos, pero se ha mostrado especialmente dura con España y no así con Alemania y no digamos Francia, Luxemburgo o Italia en asuntos similares.

Por cierto, estaría muy bien que pronto los órganos de la CNE fueran elegidos por el Congreso. Sería un paso más, aunque sería excelente que fueran directamente técnicos independientes los que formaran la institución. Un sueño.

Ricardo Fornesa admitía el pasado viernes en la rueda de prensa de resultados de La Caixa, que su pretensión de que el centro de decisión de Endesa quedara en España no ha sido posible y cuando no es posible por factores exógenos, hay que dedicarse a otra cosa. Estas palabras junto con aquellas otras del vicepresidente de La Caixa, Antonio Brufau, señalando que el consejo de Gas Natural debería sudar tinta para admitir una OPA a los precios ofrecidos por E.ON, han hecho pensar que Gas se retirará de la puja.

Hoy mismo lo decide y podría ofrecer una gran sorpresa si se mantuviera firme e hiciera una oferta mollar.

Fornesa y Brufau insistieron en que la decisión está en manos del consejo, como si La Caixa tuviera poco que decir. Esta especie de alejamiento estratégico ha aportado más incertidumbre al proceso.

Y por si faltara algo, Fornesa pasa a un segundo plano en Repsol, donde dijo que Sacyr podría decidir, si así lo considerara oportuno, cambios en la cúpula de la empresa. Era simplemente una hipótesis al hilo de la pregunta de un periodista.

Entra Raventós, pero es Sacyr la que empieza a copar puestos de acuerdo con su presencia, con sus tres pesos pesados: Rivero -presente ayer mismo en la charla de Sebastián en el Ritz, no se pierde una-, Abelló y Loureda.

La OPA de Endesa ha sido la más politizada de la historia empresarial española. Por ambas partes. Blesa lo sufre en propias carnes, Fornesa tres cuartos de lo mismo, al tiempo que ha puesto de manifiesto que el sistema funciona muy mal.

Todo el sistema en jaque por las triquiñuelas del equipo jurídico de Pizarro. Las instituciones en solfa con decisiones contrarias como las últimas del Supremo, los reguladores con sus enaguas al aire, la ley de OPAs, un desastre con Acciona campando a sus anchas y en suma, un guirigay que ha demostrado cómo los cambios de opinión del Gobierno socialista han perjudicado una operación que podría tener carácter industrial o no, pero que finalmente se iba a jugar en el terreno del mercado.

Claves las posiciones de Blesa, que no confía en el proyecto de Acciona, y la de los Entrecanales, y esencial la decisión hoy de Gas Natural porque podría costarle unos miles de millones de euros más a E.ON, ese gigante surgido de las ayudas y de los beneplácitos de los diferentes gobiernos alemanes que permitieron la creación de ese monstruo, obviando las líneas más gruesas de la competencia.

Por cierto que en todo este proceso los alemanes han contado también con el apoyo clarísimo de su gobierno, que no ha dudado en presionar a Bruselas.

Politización por todas partes y especulación a raudales, con informes para no dormir y opiniones siempre interesadas de unos y otros.

El que ponga más dinero en el sobre o sobre el parqué se llevará el gato al agua. PSOE y PP deberían reflexionar sobre sus extremas posiciones en defensa de sus propios intereses políticos. Por encima de los criterios industriales, financieros o de necesidad de una política energética específica en España e inexistente, los partidos han primado sus intereses y han provocado estragos en el mundo de las empresas. Tras esta OPA quedan hechos unos zorros casi todos.

José Montilla sigue erre que erre sin admitir ninguno de sus errores. Montilla ha sido probablemente uno de los hombres que con su actitud más ha perjudicado a la operación de Gas Natural sobre Endesa. La propició y la hundió, junto con otros cuantos que no supieron cómo hacer frente al vendaval Pizarro y su arsenal jurídico y pensaban que el campo iba a ser orégano.

José Montilla