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Cada declaración de Rato es dinamita pura para el Gobierno ZP
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Jesús García

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Cada declaración de Rato es dinamita pura para el Gobierno ZP

Los líderes del PP regionales y nacionales se cuecen en su salsa a la espera de ver en qué queda el salto de Rodrigo Rato a

Los líderes del PP regionales y nacionales se cuecen en su salsa a la espera de ver en qué queda el salto de Rodrigo Rato a la vida civil, más allá de su actual ocupación en el Fondo Monetario Internacional. Su despedida está resultando muy lenta para el PSOE puesto que las visitas de Rato al suelo patrio se convierten en artillería propia de la oposición frente a un Gobierno que encuentra siempre débiles respuestas en el PP a su labor económica.

Rodrigo Rato es el auténtico látigo económico del Gobierno ZP y sus incursiones por el parque jurásico de la política española provocan sarpullido en el Ministerio del ramo.

Rato, con cara de cansado y mordiéndose los labios ante las preguntas viperinas de los chicos de CQC, ha advertido a los países con alto déficit público de que los efectos de la crisis de las subprime se empezarán a notar en 2008, pero que si la sequedad crediticia continúa tendrá efectos negativos en los presupuestos. Vamos que habrá que ajustar los presupuestos al nuevo orden económico, aunque se espera un crecimiento vigoroso.

Pedro Solbes, desde Luxemburgo, no ha tardado en contestar a Rodrigo Rato y ha aclarado que no planea revisar sus previsiones de crecimiento para la economía española en 2008, amén de que no es necesario introducir modificación alguna en el proyecto de presupuestos. Dice que una revisión del 3,8 al 3,3 por ciento ya ha resultado suficiente y que las cuentas están hechas con la necesaria cautela como para no ser necesarios cambios.

En el intercambio de pareceres de ambos contendientes subyace un debate muy interesante y políticamente incorrecto en tiempo electoral. Si la crisis arrecia en Estados Unidos, Europa no va a poder quedar al margen, ni mucho menos Japón o la mismísima China. Si el mercado del crédito no reacciona la situación se hará simplemente insostenible. Hemos asistido a una cadena de profit warning entre los grandes bancos de inversión que han sido tomados por las bolsas con cierto desdén, pero que darán lugar a otra retahíla de comunicaciones por parte de bancos y banquetas en el mundo. Está por venir.

En el caso español, existe otro problema añadido. El ajuste inmobiliario, caída de precios de la vivienda, y endurecimiento de las condiciones crediticias empieza a hacer muescas en el consumo privado. Y además el sector exterior no reacciona y sigue ofreciendo una aportación negativa al PIB. Ha caído el IVA por la menor compra de vivienda, han empezado a venderse menos coches y además la inversión extranjera ha sufrido un drástico descenso en los últimos meses. Son sólo ejemplos.

Si la crisis crediticia tiene efectos en el consumo americano y la economía estadounidense sufre síntomas gripales de recesión, Europa no estará a salvo y España, tampoco. Es preferible que no sea necesario modificar los presupuestos por que supondrá que Rato tenía razón en sus vaticinios. Y seguro que ni él mismo quiere ganar la apuesta en estos supuestos.

Por ahora, el patio político está tan revuelto que las declaraciones de Rato, en cualquier tribuna española, resultan granadas contra el esqueleto de la política económica del Gobierno ZP. Pedro Solbes es el cancerbero más solvente intentando como puede que no le cuelen goles desde su propio partido, primero, y tampoco desde el PP usando, como el que no quiere la cosa, al magno organismo.

Los líderes del PP regionales y nacionales se cuecen en su salsa a la espera de ver en qué queda el salto de Rodrigo Rato a la vida civil, más allá de su actual ocupación en el Fondo Monetario Internacional. Su despedida está resultando muy lenta para el PSOE puesto que las visitas de Rato al suelo patrio se convierten en artillería propia de la oposición frente a un Gobierno que encuentra siempre débiles respuestas en el PP a su labor económica.

Rodrigo Rato