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El euro y la peligrosa levedad del dólar
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Jesús García

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El euro y la peligrosa levedad del dólar

Que Rodrigo Rato diga que el dólar está sobrevaluado respecto a algunas divisas -imaginamos que se refería al yuan- ha dejado perplejos a los analistas y

Que Rodrigo Rato diga que el dólar está sobrevaluado respecto a algunas divisas -imaginamos que se refería al yuan- ha dejado perplejos a los analistas y los operadores, pero sobre ha echado algo más de presión a la caldera de la divisa americana.

Las expectativas de una nueva rebaja del precio del dinero en Estados Unidos este fin de mes acentúan el movimiento especulativo en torno al dólar, así como el repentino reverdecer del yen y del carry trade por encima de los que dicen que estamos ante el fin de la crisis de crédito.

La devaluación encubierta del dólar es un hecho para las autoridades políticas europeas, que viven en división una situación que amenaza a la industria exportadora en países como Francia e Italia, necesitados también de reformas estructurales que no han llevado a cabo.

Será difícil que de la reunión del FMI y del G-7 surja una declaración conjunta sobre la situación real del mercado de divisas, simplemente por que los intereses son absolutamente dispares. El yuan estará en sus oraciones por que permite declaraciones generales mientras que los chinos aplican filosofía oriental para sus cambios. Dos pasos adelante y uno atrás con declaraciones que pocas veces se reflejan en la realidad.

También los americanos predican un dólar fuerte cuando la realidad de los hechos es absolutamente contraria. Por eso sorprenden las declaraciones de Rodrigo Rato, a años luz de las planteadas tan sólo hace unos días en Financial Times.

Por lo pronto las previsiones hablan de un retroceso claro del crecimiento económico mundial. En principio sólo de cuatro décimas, aunque con unas perspectivas de riesgo crecientes a la vista de que las tensiones en los mercados financieros podrían ser un palo en las ruedas del motor económico. Mayor preocupación existe por el impacto de la crisis inmobiliaria -subrayado por el FMI y por Henry Paulson- en la economía americana.

Desde una perspectiva fundamental resulta perfectamente explicable el comportamiento del dólar, aunque puede que su debilidad esté hinchada por altas dosis de especulación que juegan en esta ocasión a favor de la corriente, sobre todo por que las perspectivas de unos tipos de interés hasta medio punto por debajo de cómo se encuentran ahora mismo están más que latentes en los mercados internacionales.

De hecho son la gasolina de las bolsas internacionales y en especial justifican la altura del mercado americano, que está a cuatrocientos puntos de sus máximos históricos.

El euro por encima de 1,43 dólares, cada vez más cerca de sus máximos absolutos, las materias primas hirviendo y el crudo casi en 90 dólares van a poner en solfa la ejecución presupuestaria para el año próximo -de seguir así las cosas- no sólo en España sino también en una mayoría de países occidentales. Estados Unidos está encontrando su medicina para crecer con un dólar débil, otra cosa es que la explosión del sector inmobiliario lance por los aires una década de crecimiento y de nuevo empecemos a hablar de recesión. Crucen los dedos.

Que Rodrigo Rato diga que el dólar está sobrevaluado respecto a algunas divisas -imaginamos que se refería al yuan- ha dejado perplejos a los analistas y los operadores, pero sobre ha echado algo más de presión a la caldera de la divisa americana.

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