Republicanos vs demócratas, o más bien ratones vs gatos

El líder de los republicanos en el Congreso, John Boehner, ha reconocido que todavía no se han producido “avances importantes” con los demócratas para evitar la masiva subida de impuestos que entrará en vigor en enero si antes los dos partidos no alcanzan un acuerdo. De hecho, ha reconocido que ni el Secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ni la Casa Blanca, han remitido un nuevo plan para alcanzar un pacto.

Desde la relección de Obama como presidente de Estados Unidos, la actualidad política gira en torno al abismo fiscal, la masiva subida de impuestos y recortes de gasto que amenazan a EEUU con una nueva recesión, si antes las dos fuerzas políticas no logran un acuerdo destinado a reducir el inmenso déficit con ajustes más progresivos.

Mientras los republicanos apuestan por recortes importantes en los presupuestos, los demócratas, con Obama a la cabeza, defienden una subida de impuestos a las rentas más altas y blindar a la clase media para no debilitar más aún la frágil recuperación económica estadounidense.

Sin embargo, el acuerdo sigue sin estar preparado y ya sólo queda un mes para evitar el abismo fiscal. Boehner ha criticado a la Casa Blanca, de la que dice desconocer su compromiso para hacer más recortes de gastos, tal y como exigen los republicanos.

Boehner ha dejado claro que no se cierran a un aumento de ingresos procedente de subidas impositivas, pero insiste en que sólo contemplan esa idea “con serios recortes de gastos”. Y avisa sobre la idea de elevar el límite de deuda. Los republicanos solo están dispuestos a ampliarlo siempre y cuando la cantidad sea igualada o superada por los recortes en el presupuesto.

Estamos ante un pulso más duro de lo que podamos entender, las posiciones son diametralmente opuestas entre ambas partes y solo la premura temporal va a evitar una lucha encarnizada peleando cada dólar entre las partes.

Ambas partes van a tener que hacer importantes concesiones y ceder en muchos aspectos, este tipo de negociaciones suelen ser largas y duras, por eso me sorprende tanto que a estas alturas no haya un borrador preliminar de acuerdos, entiendo que ambas partes presionarán con declaraciones a los medios para hacer ver que son ellos los dialogantes y la otra parte la que no quiere llegar a un acuerdo.

Mala señal si empezamos a jugar de esa manera, mas por el efecto colateral, que por el fondo. Todos sabemos que en el fondo es un juego y finalmente se pondrán de acuerdo. No llegar a un acuerdo, aunque sea de mínimos no es posible, los mercados lo saben y el daño colateral es precisamente ese, el mercado no debe vivir con la incertidumbre de la posibilidad de una no resolución del conflicto, nos va demasiado en ello.

Va a ver recortes y subidas de impuestos, pero dónde y cuánto es muy importante. Ya va siendo hora de que vayan avanzando, cada día cuenta y un acuerdo de última hora y precipitado solo demostraría negligencia por ambas partes.

Tocar el techo de deuda, como quieren los demócratas, y dar una patada adelante, muy a la europea, no es del agrado de los republicanos. Saben que esas medidas populistas no les favorecen y crear un monstruo de deuda aún mayor no es razonable por lo que sus exigencias de recortes son de sentido común

Seguiremos expectantes, pero esta incertidumbre ni es sana ni comprensible.