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La huella de la gestión pasiva
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Juan Gómez Bada

Rumbo Inversor

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La huella de la gestión pasiva

En inversiones cotizadas la estrategia que sigue la gestión pasiva (fondos indexados y ETFs) es dar dinero a toda empresa que cotice sin exigir nada

Foto: Un robot manejando un ordenador. (iStock)
Un robot manejando un ordenador. (iStock)

Pongamos que alguien le enseña un estudio en el que se demuestra que si hubiera invertido hace 20 ó 30 años en todas las empresas que se crearon entonces en España habría obtenido una rentabilidad media muy elevada. Superior a la de muchos de los fondos de capital semilla que realizan inversiones similares.

Seguidamente le dice que quiere crear un fondo que entregaría 10.000 euros a cada empresa que se crease a cambio de una participación en el capital. Sin analizar su modelo de negocio. Además, si en el futuro hubiera ampliaciones de capital siempre acudiría para conservar su porcentaje. ¿Invertiría?

Seguro que habría muchos inversores a los que les sonaría muy bien la idea. Concepto sencillo y estadísticamente muy rentable.

Ahora cambie de gorra. Pónganse en el papel del potencial emprendedor. Es usted un trabajador por cuenta ajena y se entera de que existen 10 fondos como el comentado anteriormente que le darían un total de 100.000 euros para que montase su propia empresa.

No le exigirían nada. No le limitarían su salario, ni estudiarían la viabilidad de su plan de negocio, ni le reclamarían dividendos, ni le cortarían el grifo en caso de que quisiera realizar futuras ampliaciones de capital por cualquier motivo, etc. ¿Suena bien, no? ¿Emprendería utilizando esa pólvora ajena? Es muy probable que sí.

Ahora vuelva a ponerse la gorra del inversor. Se ha enterado que cientos o miles de personas están montando empresas para disponer los 100.000 euros que les dan estos fondos. Intuye que los salarios que se ponen son generosos, que los modelos de negocio no están tan depurados como antes, que los emprendedores no arriesgan su dinero (si va bien la empresa ganan, pero si va mal pierden los inversores de los fondos), que no tienen intención de pagar altos dividendos porque nadie se los exige y porque preferirán utilizar los beneficios para crecer y así justificar unos salarios todavía más elevados, etc.

Llegados a este punto, ¿sigue pensando que invertir en todas las empresas sin realizar un análisis previo es buena idea?

Esto no es ciencia ficción. En inversiones cotizadas es la estrategia que sigue la gestión pasiva (fondos indexados y ETFs). Dan dinero a toda empresa que cotice sin exigir nada. En Estados Unidos está teniendo un éxito muy considerable. En la última década, más de un billón español (o trillion americano) de dólares ha dejado la gestión activa para invertir en gestión pasiva.

Por supuesto es una cuestión de volumen. Si hubiera un único fondo pequeño siguiendo esta estrategia apenas distorsionaría el mercado respecto al de hace 20 ó 30 años. Con el volumen que están adquiriendo afectan a las decisiones de los directivos y a la rentabilidad media para el accionista de las empresas cotizadas.

Por otro lado, en este nuevo mercado donde la gestión pasiva tiene una cuota de mercado relevante, aparecerán más oportunidades para aquellos que sí discriminen inversiones y hagan un buen trabajo de análisis. Tendremos que esperar todavía unos años para ver la diferencia de rentabilidad a largo plazo entre los que invierten en todo y los que seleccionan las inversiones con criterios sensatos.


Pongamos que alguien le enseña un estudio en el que se demuestra que si hubiera invertido hace 20 ó 30 años en todas las empresas que se crearon entonces en España habría obtenido una rentabilidad media muy elevada. Superior a la de muchos de los fondos de capital semilla que realizan inversiones similares.

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