Rumbo Inversor
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Barón de Ley: cómo comprar una empresa con el dinero de esa empresa
"El problema no es del comprador. Son los propietarios los que no deberían vender. Deberían ser conscientes de que por separado sus activos valen mucho más"
Imagine que le ofrecen comprar un piso con muebles incluidos por 800.000 euros. Por otro lado, usted sabe que entre los muebles que adquiriría hay un cuadro muy valioso por el que se paga en mercado un precio mínimo de 1 millón de euros. La operación es más que evidente. Podría pedir una hipoteca por el valor del inmueble para adquirirlo. Una vez comprado, subastaría el cuadro y obtendría el dinero necesario para amortizar anticipadamente la hipoteca. Sería una operación excepcional. Habría comprado el piso con el valor de los muebles. Solo habría necesitado que alguien le financiase durante un breve período de tiempo.
En el sector inmobiliario es muy difícil encontrar este tipo de situaciones, sin embargo cuando se trata de empresas esta situación más común. Veamos un conocido ejemplo.
[¿Saben los empresarios cuánto valen sus empresas? ¿y los inversores?]
En septiembre de 2005 Gas Natural lanzó una OPA sobre Endesa teniendo el acuerdo previo de venta a un tercero (Iberdrola) de algunos de los activos de Endesa por valor de 8.000 millones de euros. El pez pequeño quería comerse al pez grande y para poder digerirlo había pactado la venta de una parte de los activos (muebles) de la empresa que quería comprar.
El plan falló porque los directivos de Endesa, no conformes con la operación planteada, buscaron otros posibles compradores y los consiguieron. Mostrando el valor de los activos de la compañía se interesaron la alemana E.ON, Acciona y la italiana Enel. Finalmente, a un precio que rondaba el doble del planteado por Gas Natural, Enel y Acciona adquirieron Endesa.
En noviembre de 2018 se está produciendo otra operación que me recuerda a cómo Gas Natural quería financiar la compra de Endesa. El accionista mayoritario de Barón de Ley ha aumentado en 2018 su participación en la compañía desde el 47,85% al 69,13% del capital, según el hecho relevante enviado a CNMV el pasado martes 27, y debe realizar una oferta de compra sobre el 100%. Comunicó previamente que la hará sin prima respecto a su cotización de mercado.
La empresa cotiza muy barata porque al estar tan sobrecapitalizada, la rentabilidad sobre recursos propios no es tan elevada como debiera ser. Algo excepcional para el comprador.
Esta vez no hace falta un acuerdo previo de venta porque gran parte de los muebles de la compañía están en ya liquidez y el accionista mayoritario controla la sociedad. A cierre de 2017 la empresa contaba con 158 millones entre caja, depósitos y bonos. A esta cantidad hay que sumarle la caja generada en 2018 (23 millones en los 9 primeros meses) y la capacidad de endeudamiento de un negocio muy estable.
Estas cifras representan una parte muy relevante de los 448 millones del precio en bolsa de la compañía. La empresa cotiza muy barata porque al estar tan sobrecapitalizada, la rentabilidad sobre recursos propios no es tan elevada como debiera ser. Algo excepcional para el comprador. Para comprar una parte significativa del capital que no posee, el accionista mayoritario solo necesita que un banco le adelante el dinero. Una vez comprados los títulos puede repartir entre los accionistas el dinero que la empresa no necesita. Con lo que reciba por su participación podrá devolver el préstamo. Por último, el negocio sin caja será más rentable y el mercado reconocerá mejor su valor.
Al igual que en los casos descritos anteriormente, el problema no es del comprador. Son los propietarios los que no deberían vender. Deberían ser conscientes de que por separado sus activos valen mucho más.
Imagine que le ofrecen comprar un piso con muebles incluidos por 800.000 euros. Por otro lado, usted sabe que entre los muebles que adquiriría hay un cuadro muy valioso por el que se paga en mercado un precio mínimo de 1 millón de euros. La operación es más que evidente. Podría pedir una hipoteca por el valor del inmueble para adquirirlo. Una vez comprado, subastaría el cuadro y obtendría el dinero necesario para amortizar anticipadamente la hipoteca. Sería una operación excepcional. Habría comprado el piso con el valor de los muebles. Solo habría necesitado que alguien le financiase durante un breve período de tiempo.