Rumbo Inversor
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Por qué la rentabilidad media de los inversores es muy inferior a la de sus fondos
La responsabilidad de los pobres resultados obtenidos por los clientes es de todos los que participamos en el sector, no solamente de quienes distribuyen o comercializan los fondos
Numerosos estudios demuestran que la rentabilidad de los activos financieros es superior al rendimiento medio que consiguen los inversores que invierten en ellos. A la diferencia entre ambas cifras se la conoce como “brecha de comportamiento” o “behavior gap” porque se explica por las malas decisiones de los inversores en la selección de los momentos de inversión y desinversión. Los inversores en media tienden a comprar caro y vender barato.
Esta diferencia es mayor en fondos de inversión que en otros activos como bonos y acciones. Esto es así porque los inversores se basan en mayor medida en la rentabilidad pasada como motivo para elegir en qué fondo invertir.
Todos los que trabajamos en el sector de gestión de activos somos testigos de cómo las mayores suscripciones se dirigen a los fondos que han tenido un mejor comportamiento reciente y cómo los reembolsos provienen de aquellos otros que últimamente han tenido comportamientos peores.
Si solamente nos centramos en un fondo concreto, veremos cómo las suscripciones aumentan tras los momentos de buenos resultados y los reembolsos se disparan tras los períodos de bajadas. Debemos tener en cuenta que incluso los fondos de los mejores gestores atraviesan épocas en las que los resultados no son buenos, por lo que ningún fondo se libra de esta circunstancia.
[Vivimos en un episodio de recuerdo de la crisis de crédito]
A pesar de los numerosos estudios realizados en este campo, las conclusiones de los mismos no han conseguido por ahora cambiar la forma de actuar de los inversores. La responsabilidad de los pobres resultados medios obtenidos por los clientes es de todos los que participamos en el sector, no solamente de quienes distribuyen o comercializan los fondos. Por ello, quiero aportar mi granito de arena dando difusión a este problema, aportando datos del fondo que dirijo y proponiendo soluciones.
Avantage Fund, el fondo que asesoro, es un ejemplo más. Desde su creación hace cuatro años y medio ha generado una rentabilidad del 32% (6,2% anualizada) pero a fecha de hoy ha perdido más dinero del que ha ganado. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser que un fondo con buena rentabilidad, con 5 estrellas Morningstar, 5 estrellas VDOS, Lipper Leader en rentabilidad total, rentabilidad sostenida y gastos y que pertenece al 10% más rentable de los rankings a 3 años de Expansión y Citywire haya perdido más dinero del que ha ganado? Por los momentos en los que se han producido las suscripciones y reembolsos.
La responsabilidad de los pobres resultados obtenidos por los clientes es de todos los que participamos en el sector
En 2018, al calor de los buenos resultados aumentaron mucho las suscripciones y el patrimonio del fondo se multiplicó por cuatro. Después de realizarse la mayoría de las aportaciones, en los últimos 6 meses, el fondo ha bajado. Sin necesidad de desplomarse la valoración y manteniendo excelentes resultados a largo plazo, las recientes caídas han supuesto que a fecha de hoy el fondo haya perdido más dinero del que ha ganado. A esto hay que añadir que en enero y febrero de 2019 se han producido muchos más reembolsos que suscripciones debido a las bajadas de los últimos meses.
Por lo tanto, aunque el fondo continúe generando buenos resultados a largo plazo (en ello centro mi esfuerzo), muchos inversores se habrán quedado por el camino. Además, lo más probable es que este comportamiento se repita más adelante provocando que la rentabilidad media futura de los inversores siga siendo inferior a la rentabilidad futura del fondo. Algo similar ocurre y probablemente ocurrirá en el futuro en el resto de fondos de inversión.
Como inversores, ¿qué podemos hacer?
Lo más importante es utilizar otros motivos distintos a la rentabilidad pasada para elegir el fondo o fondos en los que invertir. Éstos pueden ser la confianza en la persona que dirige las inversiones, su experiencia y formación, los criterios de inversión utilizados, la política de inversión del fondo, las comisiones del fondo, etcétera. En el caso de que complementariamente queramos fijarnos en la rentabilidad pasada, deberemos mirarla en el largo plazo y ser plenamente conscientes de que la conocida frase “rentabilidades pasadas no presuponen rentabilidades futuras” es absolutamente cierta. En el fondo que dirijo yo y en todos los demás.
El segundo consejo es que, una vez elegido un fondo, debemos permanecer en él durante mucho tiempo. Es lógicamente la mejor manera de que nuestra rentabilidad sea lo más parecida posible a la del fondo. Si lo hemos seleccionado por motivos distintos a la rentabilidad pasada nos será más fácil mantenernos invertidos en el fondo porque, cuando pase por momentos de peores resultados (que llegarán antes o después), podremos seguir confiando en la inversión. La habremos elegido por aspectos mucho más estables que su rentabilidad.
Numerosos estudios demuestran que la rentabilidad de los activos financieros es superior al rendimiento medio que consiguen los inversores que invierten en ellos. A la diferencia entre ambas cifras se la conoce como “brecha de comportamiento” o “behavior gap” porque se explica por las malas decisiones de los inversores en la selección de los momentos de inversión y desinversión. Los inversores en media tienden a comprar caro y vender barato.
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