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Liquidez: las empresas se mueren
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Juan Gómez Bada

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Liquidez: las empresas se mueren

Cuando se abra la ventanilla, veremos los verdaderos problemas. Cientos de miles de autónomos y empresas de todos los tamaños pedirán financiación en el mismo momento

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Avanzada la tercera semana del estado de alarma, las empresas siguen sin la liquidez prometida. Para muchas, si llega, llegará tarde. La línea de avales del ICO todavía no se está tramitando.

Cuando se abra la ventanilla, veremos los verdaderos problemas. Se colapsarán los departamentos de riesgos de los bancos. Cientos de miles de autónomos y empresas de todos los tamaños pedirán financiación en el mismo momento.

Las entidades financieras asumen una parte significativa del riesgo de impago (20% en el caso de pymes y autónomos, 30% si se trata de préstamos nuevos a grandes empresas y 40% si son renovaciones), por lo que deben realizar un análisis de la calidad del crédito. Destaco que muchísimas de estas empresas pedirán créditos o préstamos por primera vez, lo que obliga a un análisis más exhaustivo del negocio.

Foto: Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno. (EFE)

Para entenderlo, debemos ponernos en la situación de los bancos. Es difícil, pero hay que hacerlo. En un entorno de incertidumbre como el actual, los impagos se disparan y con los tipos de interés que cobrarán a los que sigan pagando solo compensarían una pequeña fracción del capital de los préstamos en mora. Sin avales, no darían ni un solo préstamo a empresas o autónomos, salvo refinanciaciones, donde aplica el famoso: "De perdidos, al río".

Por lo tanto, aunque un aval del 70% u 80% del principal parezca mucho, no lo es. Hay que tener en cuenta que, en las reclamaciones de deudas, los intereses acumulados siempre son una parte muy significativa de lo debido, y estos no están cubiertos por el aval.

Por otro lado, los bancos funcionan como una aseguradora. Con métricas, ratios y ciertas comprobaciones, asumen una probabilidad estadística de impago de cada empresa y el coste que debe cubrir el tipo de interés. En una situación como la actual, sus tablas se han quedado obsoletas. La incertidumbre es enorme.

Por estos motivos, la deseada liquidez va a tardar mucho tiempo en llegar a la mayoría de los autónomos y empresas. Muchos de ellos, aunque acepten endeudarse para tratar de superar el parón actual, deberán echar el cierre antes de que les llegue el crédito.

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¿Es posible agilizar el proceso para salvar más empresas?

Sí. La liquidez llegaría antes a sus destinatarios si se tomasen alguna o varias de las siguientes medidas:

1º) Aumento de las garantías del Estado. Si se incrementa el porcentaje avalado, el riesgo de las entidades financieras disminuiría significativamente y podrían conceder financiación con un estudio más superficial.

2º) No asignando cuotas por banco. Las entidades financieras deberían darse prisa en conceder los créditos y préstamos. Si no tuvieran el pastel repartido de antemano y tuvieran que competir, aligerarían sus procesos para poder llegar al mayor número posible de buenos clientes.

3º) Estandarización de condiciones (tipo de interés, plazo, etc.). Todo buen director financiero, o quien realice sus funciones en una pyme, debe pedir financiación a varias entidades y elegir la propuesta más conveniente. Esto provoca que se pierda mucho tiempo en gestiones, análisis de las alternativas y negociación de las condiciones. Además, empeora el cuello de botella de las entidades financieras, porque un mismo crédito lo tienen que analizar varios bancos. La estandarización evitaría también abusos en los costes que podrían cargar las entidades financieras sobre los autónomos o pymes que tengan menos conocimientos financieros.

4º) Prohibición de vincular la concesión de la financiación a la contratación de otros productos o servicios. Todo buen comercial tratará de vender otros productos y servicios que ofrece su entidad financiera. Máxime cuando sabe que puede aprovechar la acuciante necesidad de liquidez de las empresas. La ralentización se produce porque esto abre una negociación entre las partes y hace que los créditos no tengan los mismos costes efectivos, lo que obliga a las empresas a preguntar a más entidades, igual que en el punto anterior. Por ello, los bancos deberían conceder la financiación rápido y si condicionantes de este tipo. Más adelante será cuando el comercial podrá aprovechar la relación con la empresa para tratar de vender otros productos y servicios.

En conclusión, lo adecuado sería que el autónomo o empresa conociera de antemano cuánta liquidez le puede proporcionar el Estado a través de los bancos, a qué tipo de interés y a qué plazo. De esta manera, la tramitación sería más rápida y no habría sorpresas en el proceso.

Termino recordando que cada empresa que muere hace desaparecer empleos directos, pero el coste no acaba ahí. Paraliza el consumo de bienes y servicios de la propia empresa y genera una fuerte caída del consumo de sus trabajadores, lo que a su vez generará más quiebras y despidos. Una espiral negativa en toda regla.

Avanzada la tercera semana del estado de alarma, las empresas siguen sin la liquidez prometida. Para muchas, si llega, llegará tarde. La línea de avales del ICO todavía no se está tramitando.

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