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“¡Cómo se nota que el banco no es de nadie!”
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Juan Gómez Bada

Rumbo Inversor

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“¡Cómo se nota que el banco no es de nadie!”

Un directivo de un banco que está haciendo ajustes me comentó que este proceso estaba desmotivando a todo tipo de empleados.

Foto: (EFE)
(EFE)

Los momentos más difíciles para los dirigentes de las empresas se producen cuando tienen que reestructurar las compañías. No es plato de buen gusto para nadie tener que despedir a una parte de la plantilla, sin embargo, la buena gestión de esos procesos de reestructuración es clave para la recuperación posterior de las compañías.

Hace unos días un directivo de un gran banco nacional me comentó que estaba a la espera de saber a quién le afectaba el ERE en el que están inmersos; en su área no sabían, todavía, quiénes continuarían y quienes saldrían por la puerta. «Pero, ¿no estáis a tope de trabajo?» —pregunté sorprendido—. Sabía que trabajaba en CIB (Corporate & Investment Banking) y que, en estos momentos, hay un boom de transacciones de empresas en el mercado. «Sí —me respondió—, pero nosotros también tenemos que contribuir con una cuota de despidos, aunque no tenga ningún sentido. ¡Cómo se nota que el banco no es de nadie!». Posteriormente me comentó que este proceso estaba desmotivando a todo tipo de empleados.

La conversación me dejó seco. ¿Cómo puede ocurrir? En el resto del mercado las empresas están rechazando asesorar transacciones por falta de capacidad y este banco paga a sus empleados grandes sumas de dinero, libres de impuestos, por marcharse a la competencia.

Foto: Oficina del Banco Santander. (Reuters)

Para ilustrar mejor la situación que vive este singular mercado, quiero compartirles los comentarios de dos socios de dos Big Four diferentes —y que compiten con los bancos para fichar este tipo de profesionales— en las últimas semanas:

«El teletrabajo nos hace polvo, no conseguimos retener el talento, la tasa de rotación se ha disparado»

«Cuando me llaman los clientes empiezo a sudar y pienso: por favor, que no me pidan nada porque no tengo equipo».

Es decir, necesitan más personas con estos perfiles como agua de mayo. En la situación actual, de alta demanda e insuficiente oferta, tener más equipo significa poder facturar más, significa poder servir a más clientes a los que, más adelante, se podrá ofrecer otros productos y servicios.

En cualquier caso, ninguna empresa debería poner cuotas de despidos en todas sus áreas

Resalto que este mercado particular de fusiones y adquisiciones corporativas es muy rentable, pero también muy cíclico. Ahora está «booming», como reconocía hace poco una cotizada del sector, pero habrá un momento en el que no será tan rentable ni tan sencillo conseguir asesorar transacciones.

En cualquier caso, ninguna empresa debería poner cuotas de despidos en todas sus áreas, por su propia supervivencia. En la mayoría de las reestructuraciones sobran trabajadores con determinada cualificación y faltan empleados con otros perfiles. A día de hoy, un banco no puede permitirse parar todo tipo de contrataciones y despedir ciertos tipos de perfiles en las áreas de CIB o IT.

Despedir es muy difícil y duro, por eso mismo los directivos no pueden tirar la toalla y dejarse llevar. En lugar de coger el toro por los cuernos y defender el futuro de la empresa, quedándose con los mejores empleados y los que generan mejores resultados, a menudo escogen el camino más sencillo para ellos y menos traumático para sus empleados: ofrecen incentivos para abandonar la empresa de manera voluntaria y sobrepagan en las prejubilaciones y despidos.

Hablando de bancos, destaco que hay uno en el Ibex que no ha llevado el camino de los demás

¿Quién pierde? La empresa y sus accionistas. Se van personas que ha costado mucho fichar, se genera una selección adversa porque se van los que más oportunidades tienen en el mercado, no se premia el desempeño, el compromiso de los trabajadores con la empresa se desploma y la factura de indemnizaciones se dispara.

Hablando de bancos, destaco que hay uno en el Ibex que no ha llevado el camino de los demás: no paga a sus empleados por marcharse de manera voluntaria y genérica. Lleva 7 años en la cartera de Avantage Fund, porque, entre otros motivos, es el único banco en dicho índice que cumple con nuestro requisito de alineación de intereses entre directivos y accionistas. ¿Será el único que es de alguien? ¿Será por eso que está obteniendo en el largo plazo unos resultados diferentes?


Los momentos más difíciles para los dirigentes de las empresas se producen cuando tienen que reestructurar las compañías. No es plato de buen gusto para nadie tener que despedir a una parte de la plantilla, sin embargo, la buena gestión de esos procesos de reestructuración es clave para la recuperación posterior de las compañías.

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