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Una oportunidad de inversión vista desde dentro
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Juan Gómez Bada

Rumbo Inversor

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Una oportunidad de inversión vista desde dentro

Debemos acordarnos de que en momentos como el actual, la decisión de invertir o incrementar la inversión no se percibe tan evidente como con una perspectiva temporal

Foto: Rublos rusos (Reuters/Dado Ruvic)
Rublos rusos (Reuters/Dado Ruvic)

Cuando miramos los momentos de fuertes desplomes de las bolsas con suficiente perspectiva temporal, los solemos calificar como grandes oportunidades de inversión. Sin embargo, cuando se analizan durante el proceso de caída, la cosa cambia; no se ve todo tan claro.

Hace dos años nos encerramos en casa para hacer frente a un enemigo invisible y mortal: la Covid 19. El grado de incertidumbre que teníamos era enorme, ya que no sabíamos cuánto tiempo íbamos a tener que estar encerrados, ni si aguantarían las empresas sin ingresos, ni si mantendríamos nuestros puestos de trabajo, ni si los bancos podrían hacer frente a un previsible tsunami de impagos de empresas y particulares, ni si las endeudadas cuentas del Estado aguantarían una subida brutal de los gastos unida a un desplome de la recaudación vía impuestos... La situación, económicamente hablando, era dramática.

Desde el punto de vista del inversor, cuando se analiza con perspectiva, aquel marzo de 2020 fue excepcional para invertir. Las revalorizaciones que han obtenido los inversores que compraron en esas semanas han sido enormes y quienes vendieron por la incertidumbre económica se tiraron de los pelos poco después.

Foto: Vladimir Putin, presidente de Rusia. (EFE/Aleksey Nikolskyi)

No obstante, conviene destacar que en aquellos días en los que la bolsa caía de forma abrupta día tras día, nadie sabía cuándo se iba a producir el mínimo, ni cuál iba a ser el desenlace a nivel económico.

Lo que sí sabíamos es que, tras las pandemias, como la del SARS en China en 2003, la recuperación económica suele ser muy rápida. Además, el impulso monetario y fiscal sin precedentes que se aprobó en esos momentos daba más posibilidades a una recuperación rápida. Al final, aunque las restricciones a la actividad duraron mucho más de lo que preveíamos en la primavera de 2020, la recuperación de la confianza, de la economía global y de las bolsas en meses posteriores de 2020 y en 2021 ha dejado aquel momento dramático en un «bache» en los gráficos bursátiles.

Hoy, nos enfrentamos a otra gran incertidumbre. No sabemos si la invasión de Rusia a Ucrania es el primer paso de un conflicto bélico mayor o si la hostilidad comercial entre países va a seguir aumentando.

Foto: Foto: Unsplash

Los conflictos bélicos son, tristemente, más habituales en nuestra historia. En guerras pasadas tampoco se sabía si la escalada de violencia iba a aumentar y nuestros miedos actuales también se produjeron entonces. La historia también nos dice que los inicios de conflictos bélicos suelen ser excelentes momentos para invertir a largo plazo. Cuando el miedo aumenta, las bolsas caen abruptamente y, cuando la incertidumbre disminuye, suelen subir más rápido que en momentos de gran crecimiento económico.

Es probable que el año que viene digamos: «tenía que haber aprovechado la oportunidad». No obstante, debemos acordarnos de que en momentos como el actual esa decisión de invertir o incrementar la inversión no se percibe tan evidente. Los riesgos de escalada del conflicto ahora se ven mayores de lo que se considerarán en el futuro, cuando analicemos el pasado y no el presente.

Cuando miramos los momentos de fuertes desplomes de las bolsas con suficiente perspectiva temporal, los solemos calificar como grandes oportunidades de inversión. Sin embargo, cuando se analizan durante el proceso de caída, la cosa cambia; no se ve todo tan claro.

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