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Guerra: un nuevo desafío para la economía y las empresas
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Juan Gómez Bada

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Guerra: un nuevo desafío para la economía y las empresas

No nos debemos quedar en el simple hecho de que los precios de la electricidad o de las materias primas van a ser más elevados, tenemos que mirar a más largo plazo

Foto: Kyiv, Ucrania (Reuters/Valentyn Ogirenko)
Kyiv, Ucrania (Reuters/Valentyn Ogirenko)

Han pasado tan solo dos semanas desde que Rusia invadiera Ucrania. Sin embargo, muchas cosas han cambiado en Europa en este corto espacio de tiempo más allá del comienzo de una guerra cruel y trágica.

No volveremos a pensar como hace un mes en muchos aspectos. En el ámbito militar, los países están en tensión y todo apunta hacia una carrera armamentística.

El segundo gran cambio es el energético, debemos invertir mucho más para ser autosuficientes y competitivos. No podemos sufrir el chantaje ruso. Las empresas salen de Rusia, los inversores que invirtieron allí pierden su dinero y nosotros pagamos a Rusia el petróleo y el gas más caro que antes del conflicto.

Por otro lado, el precio de la electricidad, que se fija en un mercado marginalista determinado por el gas, se ha disparado. La consecuencia más directa sobre la actividad es que muchísimas empresas de muchos sectores pierden competitividad respecto a otras que producen en otros países. Esto último significa una cosa a medio plazo: más paro.

Foto: Pedro Sánchez, durante el Comité Federal del PSOE. (EFE/Emilio Naranjo)

El tercer gran cambio es la inflación. Los hogares ya están notando la reducción de su renta disponible en ocio, salud o educación porque tienen que dedicar más presupuesto para combustible, calefacción y alimentación. ¿Qué significa esto para el sector turístico español? ¿Cuántos alemanes y rusos van a venir a nuestras costas este verano?

Todos estos cambios impactan de manera directa sobre nuestras inversiones. Analizando uno a uno los modelos de negocios de las compañías podemos hacernos una idea de quiénes serán los beneficiados y quiénes los perjudicados. Podemos prever que la demanda aumentará para empresas como Técnicas Reunidas y disminuirá para otras como Meliá.

Sin embargo, no nos debemos quedar en el simple hecho de que los precios de la electricidad o de las materias primas van a ser más elevados durante unos meses o años, tenemos que ser capaces de mirar a más largo plazo y tratar de predecir qué va a ocurrir después, cuando el incremento de la capacidad que vamos a realizar se ponga en funcionamiento.

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La gran ventaja de la situación actual respecto a la década de los años 70 es que ya existe la tecnología necesaria para reducir nuestra dependencia de determinados países productores de combustibles fósiles. El inconveniente es que nos llevará tiempo adaptarnos.

La economía de mercado funciona así. Hubo un tiempo en el que faltaban mascarillas, ahora sobran, y su precio ha caído más del 90%. Los plazos para producir energía en las cantidades que necesitamos son mucho más largos. Nos llevará años, pero podemos estar seguros de que los precios de la energía volverán a caer.

Han pasado tan solo dos semanas desde que Rusia invadiera Ucrania. Sin embargo, muchas cosas han cambiado en Europa en este corto espacio de tiempo más allá del comienzo de una guerra cruel y trágica.

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